8 trucos para ahorrar en el look nupcial y lucir increíble
Aunque el vestido de novia es la pieza más importante del outfit nupcial, es posible ahorrar en él siguiendo algunos consejos prácticos. Verás que así no se resentirá tu bolsillo y lucirás como siempre lo imaginaste.
Casarse involucra una serie de gastos que debes acomodar dentro de un presupuesto. Por lo tanto, si necesitas ahorrar y no quieres hacerlo en los anillos de matrimonio, pues te acompañarán para siempre, una alternativa es que lo hagas en el vestido de novia y el look en general. Desde comprar un traje en línea hasta correr tú misma con los accesorios para tu peinado de novia. Revisa estos trucos y escoge el que mejor te acomode.
1. Optar por prendas heredadas
Usar el vestido de novia de tu madre o de tu abuela siempre será una buena opción si el objetivo es ahorrar. Las prendas heredadas tienen un encanto especial, así que no descartes esta posibilidad si se te presenta. Si te gusta el estilo vintage, ¡esta es tu opción! Ahora, si resulta que no es de tu talla y tu madre te lo permite, puedes reutilizar la tela de ese vestido antiguo para confeccionar uno nuevo.
2. Arrendar el vestido
Versus comprarlo, arrendar un vestido te resultará siempre más económico y, por lo demás, te evitará la complicación de qué hacer con él o cómo guardarlo después de dar el “sí acepto”. ¿Lo mejor de todo? Que encontrarás un amplio abanico de tiendas y boutiques que se dedican al rubro, así que solo es cuestión de que busques bien.
3. Comprar un vestido usado
Si no te gusta la opción de arrendar, pues quieres guardar el vestido de recuerdo, entonces adquirir una prenda usada será una estupenda idea. En Internet hallarás una oferta muy variada de segunda mano, aunque el consejo es que vayas personalmente a mirar los vestidos. No siempre lo que se ve en pantalla es tal cual como en la realidad.
4. Mandar a hacer el vestido
¿Por qué no? Además de ahorrar, pues tú comprarás la tela donde más te convenga, podrás tener el vestido de novia con encaje que siempre soñaste. Un diseño a la medida y que además te costará más barato que un vestido de catálogo, dependiendo el lugar donde te lo hagas. Un consejo: si no tienes a alguien de confianza, elige a tu costurera o modisto en base a recomendaciones.
5. Comprar un vestido simple
Mientras más elaborado, más costoso resultará para tu bolsillo. La pedrería, cristales, encaje, capas de tul, cinturones joya, mangas de efecto ilusión y tantos otros detalles, no solo engalanan a un vestido, sino que además lo encarecen. Por eso, mejor inclínate por un vestido de novia sencillo que se adapte a tu presupuesto e igualmente deslumbrarás. Verás que hay modelos muy simples que nada tienen que envidiarle a uno más recargado.
6. Pedir prestado un vestido
Quizás tienes una amiga o prima cercana que no tenga problema en prestarte el vestido. Seguro te parecerá una opción muy poco tentadora a la primera, pero lo cierto es que no tienes que lucir exactamente igual a ella. La magia está en los complementos y, por ejemplo, si le agregas un velo, una sobrefalda, una capa o una cola, puedes darle una vuelta total a ese look, sin tener que modificarlo.
7. Comprar un vestido en liquidación
Si no quieres renunciar a llevar un traje nuevo en tu gran día, una excelente opción será buscar un modelo entre los saldos, vestidos de muestra o piezas fuera de temporada. Eso sí, no las hay siempre, así que tendrás que estar atenta a las liquidaciones, remates y ventas de bodega, entre otras instancias en las que podrás encontrar vestidos nuevos a precios económicos.
8. Ocupa tus joyas
Con respecto a los accesorios, recurre a tu propio joyero para complementar tu outfit nupcial. Seguro tienes alguna cadenita fina o unos aros brillantes que destacarán aún más el peinado recogido que pretendes llevar. ¿Recuerdas esas perlas que te regalaron y nunca las usaste? Quizás ahora sea la oportunidad de estrenarlas.
¡Ya sabes! Es perfectamente posible ahorrar en el look nupcial, aunque también puedes hacerlo en otros ítems, como en la decoración para matrimonio; por ejemplo, decorando tú misma las copas de novios o apostando por invitaciones y centros de mesa DIY.