6 inspiradores poemas según su zona geográfica
En la poesía siempre encontrarán inspiración si quieren inundar su ceremonia del romanticismo más profundo. Revisen estos poemas de autores del norte, centro y sur de Chile, que ciertamente les robarán más de un suspiro.
Ya que no basta con personalizar la decoración para matrimonio, hoy día es cada vez más común que los novios redacten sus propios votos o elijan frases de amor cortas célebres para incorporar en el discurso de recién casados.
Sea cual sea la instancia, lo cierto es que muchos recurren a la poesía y, mejor aún, si son escritores chilenos a quienes están citando, por ejemplo, al instante de intercambiar sus anillos de matrimonio. Si es lo que andan buscando para el gran día, revisen esta selección de 6 poemas (o fragmentos) según la zona geográfica de su autor.
Zona norte
Si estrenarán sus argollas de plata en los paisajes del norte de Chile, qué mejor que homenajear a una figura de la zona, como a la gran Gabriel Mistral, oriunda del Valle del Elqui. En “Besos”, por ejemplo, la poetisa explora su lado más sentimental.
Gabriela Mistral (Vicuña, Región de Coquimbo)
“Besos”
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Manuel Magallanes Moure (La Serena, Región de Coquimbo)
“Marina”
Tus ojos me han llamado.
Hacia ti has atraído mis deseos,
como la luna atrae
las olas de la mar.
Tus ojos buenos
me han dicho “ven, acércate” y en mi alma
las alas han abierto
los impulsos de amor, como gaviotas
que ya emprenden el vuelo.
En torno a ti, mi amada,
vuelan mis sentimientos
en ronda infatigable.
Pájaros de la mar parecen ellos.
Pájaros de la mar, que en dilatado
círculo giran, giran, sin sosiego.
Cuando las veas descender, acógelos
con amor y en silencio.
Deja a la banda de nerviosos pájaros
posarse sobre ti.
Seas en medio
del mar enorme, cual peñón desnudo
que brilla al sol, vibrante de aleteos.
Zona central
Ya sea antes o después de firmar el acta matrimonial, estas frases bonitas de amor le darán un toque único y emotivo a su enlace civil o religioso. Incluso, pueden inmortalizar en sus anillos de oro un texto muy especial, por ejemplo, el nombre del poema que sigue a continuación.
Raúl Zurita (Santiago, Región Metropolitana)
“Guárdame en ti”
Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo quede algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan.
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende.
Pablo Neruda (Parral, Región del Maule)
“Soneto XLV”
No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,
Porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.
Zona sur
Para el esperado discurso, antes de alzar sus copas de novios, también podrán tomar algunos versos para hacerlo más emotivo. Y si se trata de poesía del sur, descubrirán que sus autores tienen muy arraigada su raíz, lo cual los vuelve aún más significativos.
Jorge Teiller (Lautaro, Región de la Araucanía)
“En la secreta casa de la noche”
Cuando ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
a la hora en que los pescadores furtivos
reparan sus redes tras los matorrales,
aunque todas las estrellas cayeran
yo no tendría ningún deseo que pedirles.
Y no importa que el viento olvide mi nombre
y pase dando gritos burlones
como un campesino ebrio que vuelve de la feria,
porque ella y yo estamos ocultos
en la secreta casa de la noche.
Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro,
y su cuerpo se enciende como un árbol de pascua
para una fiesta de ángeles perdidos.
El temporal del último tren
pasa remeciendo las casas de madera.
Las madres cierran todas las puertas
y los pescadores furtivos van a repletar sus redes
mientras ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche.
Miguel Arteche (Nueva Imperial, Región de la Araucanía)
“Primera madrugada”
Escucha, susurrante, el tiempo de las estrellas,
la silabeante madrugada que se acerca.
Escúchate el cuerpo que tembloroso aguarda,
la llave desolada del abrazo, el trémulo contacto,
la mano que te cierra los ojos, la tierra que se abre
con ignorados frutos. ¡Levántate, dormida!
La noche final te atraviesa,
todo el mundo nos atraviesa, nos envuelve.
Mi cuerpo está en ti.
Nuestros cuerpos gimen a través de la tierra.
Muerdo el gozo del rocío y levantamos las banderas del amor
en lo alto de los edificios orgullosos.
Y en ti tomo la humedad de los bosques,
las solitarias fuentes escondidas.
Y liberto en tu sangre los ríos en esta hora de las colinas que se
estremecen,
ahora que tú rasgas la noche que se aleja,
y yo surjo de ti, nutrido de tu amorosa profundidad
Además de obsequiar a sus invitados los clásicos encintados de matrimonio, pueden entregarles una tarjeta de agradecimiento con algún extracto del poema elegido. Así inmortalizarán esas frases de amor en papel, a la vez que tendrán un detalle delicado con sus familiares y amigos.