Cheila y Uelder: un matrimonio íntimo en la nieve
Un amor tan fuerte como el de esta pareja de brasileños no merecía menos que un enlace mágico, especial y lleno de romanticismo. Conoce aquí los detalles de esta ceremonia realizada en la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche.
Cheila y Uelder se conocieron cuando apenas tenían once años, en la iglesia a la que ambos asistían. Si bien no engancharon desde el primer momento, con el tiempo se convirtieron en los mejores amigos y, cuando tenían quince años, él le declaró su amor. Pero ella lo rechazó por miedo a perder la amistad y, aunque dejaron de hablarse por casi dos años, el sentimiento fue más fuerte hasta que terminaron juntos.
El primer y gran amor
“Fue mi primer beso, el primer novio y mi único amor. Seguimos siendo los mejores amigos y somos compañeros, el refugio seguro el uno del otro”, cuenta Cheila, quien soñaba con formalizar algún día la relación.
Después de cinco años de novios y dos de compromiso, decidieron casarse tras terminar la universidad, ya encontrándose mucho más maduros; listos y dispuestos para emprender un camino en común.
Previamente, la pareja oficializó su boda en el registro civil de Sao Paulo, Brasil, junto a sus familiares y amigos más cercanos.
Un blanco matrimonio
Oriundos de Brasil y escapando esta vez del calor, Cheila y Uelder anhelaban conocer la nieve, por lo que planificaron su matrimonio íntimo en los bellos paisajes de San Carlos de Bariloche, Argentina.
Una ceremonia íntima, mágica y exclusiva para los dos, la cual quedó registrada bajo el lente de la fotógrafa Samanta Contín y su profesional equipo. Cuidando cada ángulo, Samanta inmortalizó el amor puro y la complicidad presente en estos novios, con la nevada localidad trasandina como telón de fondo.
“Cada detalle me hizo sentir como una princesa. Tuve el peinado y el maquillaje que quería y el bouquet superó todas mis expectativas”, relata Cheila, quien lució un hermoso vestido de Novias & Co, con accesorios de Bridal & Co y escudo de Edna Prado.
El maquillaje estuvo a cargo de Fernanda Cevallos, mientras que del cabello se encargó Gabriel Torres; todo con el mayor profesionalismo y dedicación. El elegante ramo, de Carmen Greco, era de un vistoso color naranja que hacía juego con el prendedor de Uelder.
El hotel Villa Huinid, asentado frente a un lago, fue el que acogió a los novios para sellar su amor, quienes intercambiaron sus alianzas y leyeron los votos que se escribieron el uno al otro, perpetuando de esta forma un amor de adolescentes.
“Y así comenzó nuestro felices para siempre”, comenta la flamante hoy esposa, quien describe su matrimonio en la nieve como “un cuento de hadas”.