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Matrimonios

Cómo pedir a los padres ayuda para pagar el matrimonio

A diferencia de antaño, hoy día son los novios quienes costean el matrimonio y no los padres. Sin embargo, eso no excluye que puedan recurrir a ellos si en algún momento lo necesitan.

Reemplazar la lista de regalos por depósitos en dinero es una modalidad cada vez más recurrente en los matrimonios. De hecho, es beneficioso para ambas partes ya que, por un lado, los novios se ahorran el trámite de tener que cambiar los regalos y, por el otro, los invitados no se complican con respecto a qué regalar.

Ahora, ¿qué pasa cuando necesitan dinero en medio de la organización nupcial? Seguro pensarán en sus padres como la primera opción para clamar ayuda. Pero, ¿de qué forma hacerlo? Si están en esta situación, revisen las diversas opciones en que podrán pedir dinero a sus papás.

1. Como regalo de bodas

Ya sea en calidad de padrinos o simplemente como padres que son, sin duda que sus progenitores querrán hacerles un buen regalo para el matrimonio, ya sean los trajes de novios o algún electrodoméstico. No obstante, si para ustedes es más necesario el dinero en efectivo, coméntenselo cuanto antes, de modo que no alcancen a adquirir ningún presente. Sus papás estarán felices de obsequiarles algo, en este caso dinero, que saben que lo aprovecharán al máximo.

2. A través de un préstamo

Si necesitan la ayuda económica, pero no quieren que sea un regalo, una buena estrategia será negociar un préstamo con sus padres. De este modo, no les incomodará la idea de pedir ayuda, a sabiendas de que devolverán cada peso. Para dejar todo en orden, lo mejor es que, al momento de solicitarles el dinero a sus papás, quede por escrito el monto total, el número de cuotas, las fechas de pago y el modo en que van a cancelar. Cuentas claras conservan la amistad, reza el dicho y eso también vale con los progenitores.

3. Mediante el papeleo para un préstamo

Otra alternativa, si es que no pueden acceder a un préstamo bancario, por ejemplo, porque ya tienen uno o más créditos en curso o, simplemente porque no califican, es pedirle a uno de sus padres que haga el papeleo por ustedes. Es decir, si bien quedará esa persona vinculada con la institución bancaria, serán ustedes quienes asumirán el pago de las cuotas todos los meses. Así sus padres los ayudarán, pero ellos no tendrán que pagar nada.

4. Llegar a un acuerdo

El sueño de muchos papás y mamás es que sus hijos se casen, pero también que sus familiares o amigos más cercanos puedan presenciar ese momento. Aunque las parejas de hoy son más desprendidas, las generaciones pasadas, como es el caso de sus progenitores, por tradición querrán tener a la parentela completa en el gran día.

¿Qué hacer para quedar todos felices? Si sus padres desean invitar a esos familiares que ustedes ni siquiera recuerdan, entonces lleguen a un acuerdo que los beneficie a ambos. Por ejemplo, que sus padres les colaboren con dinero, a cambio de invitar a esos parientes que, si fuera por ustedes, no estarían considerados en el listado.

5. Sincerar su situación

Si los efectos de la pandemia u otro motivo les alteró sus ingresos y ahora están complicados con el presupuesto para organizar la boda, quizás la mejor opción será sincerarse con sus papás y ver a qué soluciones pueden llegar en conjunto.

Por una parte, puede que ellos se encuentren en un buen piso económico y no tengan problema en aportar con dinero. No obstante, si tampoco disponen de muchos recursos para ayudar, al menos podrán recurrir a un plan B que les permita ahorrar.

Por ejemplo, que las madres de ambos se encarguen de elaborar los encintados, minutas y tarjetas de agradecimiento. Y en vez de que arrienden un vehículo, que uno de los padres decore su propio auto y en el gran día oficie como chofer. Aunque no será un traspaso de dinero en efectivo, igualmente serán aportes muy valiosos que los ayudarán a financiar el matrimonio.

¡No olvidar!

Por último, si van a pedir dinero a sus padres, cualquiera sea la modalidad, háganlo siempre desde la humildad, en una conversación cara a cara y acepten toda la ayuda que nazca de ellos. Es decir, si necesitan 500 mil pesos para cubrir algunos pendientes, pero sus padres solo pueden regalarles o prestarles la mitad, tómenlo y agradézcanlo de corazón. Ya verán después cómo se consiguen el resto que, por cierto, será más fácil de recaudar. Seguro que sus padres estarán haciendo su mayor esfuerzo. E, incluso, si no pueden aportar con recursos monetarios, permítanles de todos modos colaborar desde otra vereda. Quizás tengan el dato de una pastelería económica o uno de ellos sea experto en caligrafía y se ofrezca para escribir los partes de boda a mano. Si bien el dinero es fundamental, cada pequeño detalle suma si se trata de costear el matrimonio.

¡Ya lo saben! Si necesitan ayuda para pagar la celebración, sus padres estarán ahí siempre dispuestos a tenderles una mano. Eso sí, lo ideal es contar con un fondo de ahorros para sortear imprevistos. Y es que en la organización nupcial y, especialmente en el último tramo, seguro les surgirá más de algún gasto que no tenían contemplado en el presupuesto inicial.