¿Cómo se estructura una ceremonia católica?

Si han decidido intercambiar anillos de matrimonio bajo las leyes de Dios y ya están en la cuenta regresiva a alzar sus copas de novios para el primer brindis como marido y mujer, les interesará entonces conocer cómo se estructura la ceremonia. Se trata de un acto solemne que hoy en día permite, además, incorporar frases de amor y algunos ritos más o menos, según lo estipule cada pareja.

Lo primero es aclarar que la ceremonia celebrada por la Iglesia Católica puede realizarse con misa o a través de una liturgia, con la única diferencia que la primera incluye la consagración del pan y el vino, por la que solo puede practicarla un sacerdote. La liturgia, en cambio, puede oficiarla también un diácono.

De cualquier forma, el rito del matrimonio en la Iglesia Católica es universal y se celebra alrededor del mundo con la misma intención y forma. ¡Tomen nota!

Inicio de la ceremonia

El sacerdote da la bienvenida a los congregados y procede con las lecturas de la Sagrada Escritura que han sido escogidas previamente por los novios. Por lo general, se requieren tres: una del Antiguo Testamento, una tomada de las Cartas del Nuevo Testamento y otra de los Evangelios. Se puede prescindir de la segunda lectura en los matrimonios sin misa.

¿Qué representan estas lecturas? Por medio de ellas, la pareja dará fe de lo que cree y desea testimoniar a través de su vida de amor, al tiempo que se compromete ante la comunidad a hacer de esa Palabra la fuente de su convivencia en pareja. Quienes lean serán escogidos por los contrayentes entre personas que para ellos sean especiales. En seguida, el sacerdote ofrecerá una homilía inspirada en las lecturas, en la que suele ahondar en el misterio del matrimonio cristiano, la dignidad del amor, la gracia del sacramento y las responsabilidades de las personas que contraen matrimonio, tomando en cuenta las circunstancias particulares de cada pareja.

Celebración del matrimonio

Comienza con la monición y escrutinio, que se refiere a la declaración de intenciones de los novios. En esta etapa, el religioso procede a interrogar a la pareja sobre su libertad de elección, voluntad de contraer matrimonio el uno con el otro y la aceptación de procrear hijos y educarlos de acuerdo a los cánones de la Iglesia Católica. Este último apartado puede omitirse si la pareja ya no está en edad de procrear.

Continúa entonces el intercambio de votos, que en estos días puede personalizarse con frases bonitas de amor de autoría de la propia pareja. Aquí es cuando el sacerdote invita a los novios a declarar su consentimiento al matrimonio, preguntándoles si prometen ser fiel, tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándose y respetándose durante toda su vida

Bendición y entrega de los anillos

En este momento, el sacerdote bendice los anillos de oro, que pueden ser entregados por los padrinos o pajes según sea el caso. Primero, el novio coloca el anillo en el dedo anular izquierdo de su mujer y en seguida la novia hace lo mismo con su prometido, haciendo patente su unión ante la congregación.

Una vez declarados marido y mujer, los novios proceden a la firma del acta matrimonial en el mismo altar. Durante el rito del matrimonio, tanto la congregación como los novios se ponen de pie y permanecen así hasta después de la profesión de fe y la plegaria universal.

Inclusión de tradiciones locales

El rito del matrimonio en sí requiere que se completen exclusivamente los apartados anteriores. No obstante, dependiendo del país donde se celebre el matrimonio, es posible introducir algunas tradiciones locales conforme la Iglesia lo permita. Por ejemplo, la entrega de las arras, que son trece monedas como prenda de la bendición de Dios y señal de los bienes que van a compartir los esposos.

En el momento indicado, los padrinos se las entregan al novio, quien las traspasa su mujer, repitiendo las frases cristianas de amor propias de este rito. Para terminar, la novia las regresa a los padrinos para que estos las guarden nuevamente.

Otra tradición que pueden incorporar es la del lazo, en la que dos personas, elegidas por los contrayentes, les colocan a su alrededor un lazo como símbolo de su unión sagrada e indisoluble. Y si desean que nunca falten las bendiciones y la presencia de Dios en el nuevo hogar, pueden realizar la ceremonia de la Biblia y rosario, que consiste en que una pareja cercana a los novios les regala estos objetos que serán bendecidos por el sacerdote en ese instante.

Continuación de la ceremonia

Consumado así el rito del sacramento, la ceremonia continúa con el ofertorio del pan y el vino (si es misa), para luego proseguir el sacerdote con la plegaria universal u oración de los fieles en nombre de quienes repartirán luego sus encintados de matrimonio. En seguida se realiza la bendición nupcial, la oración del Padre Nuestro, la eucaristía y comunión, y la bendición final.

En esta última, el sacerdote ofrece una oración, bendiciendo a la pareja de recién casados y aquí es cuando el cura, antes de despedirse de sus fieles, le permite al novio besar a la novia.

Vale decir que una ceremonia de matrimonio católica, con misa o sin ella, puede personalizarse casi en todo sentido incluyendo lecturas, salmo y plegarias personales, además de los apartados correspondientes al matrimonio como tal.

Cortejo y posiciones

Según el protocolo, el cortejo tiene como objetivo escoltar a la novia en su camino al altar, por lo que estando ya los invitados instalados, suena la música que anuncia su entrada. Recuerden que los familiares por parte del novio deben sentarse del lado derecho de la iglesia, mientras que los de la novia, por la bancada izquierda. Si el cortejo está completo, los padrinos y testigos serán los primeros en hacer ingreso a la Iglesia.

Luego, la madre de la novia con el padre del novio se dirigirán también hacia sus puestos; mientras que los siguientes en desfilar serán el novio con su madre. Ambos se ubicarán a esperar en el costado derecho del altar. Entonces, deben entrar las damas honor y best men, seguidos por los pajes, para culminar el cortejo con la novia acompañada por su padre. Este último, entregará a su hija al novio y le ofrecerá su brazo a la madre de este último para acompañarla a su asiento, y luego dirigirse al suyo.

Siguiendo la tradición católica, la novia se sentará a la izquierda del altar, mientras que el novio tomará ubicación a la derecha, ambos posicionados frente al sacerdote. Por último, una vez concluida la ceremonia, saldrán primero los pajes y en seguida los novios, para luego dar paso al resto del cortejo nupcial.

La ceremonia religiosa está llena de signos que la convierten en una experiencia sublime. Sin duda, será un momento que atesorarán por siempre, tanto como la entrega del anillo de compromiso o cuando partan su torta de matrimonio en presencia de todos sus invitados.