El matrimonio de Ignacio y Lorena: una ceremonia íntima y llena de detalles
Ambos son del sur; él de Concepción y ella de Chillán, pero eligieron Santiago para contraer matrimonio civil en una ceremonia rodeada de familia y amigos cercanos.
Ignacio y Lorena se conocieron el 20 de septiembre del 2013, en un asado en la playa y, desde entonces, no se separaron más.
De hecho, a los dos años y medio de relación llegó una primera propuesta de matrimonio de parte de él. Sin embargo, no siguieron adelante con los planes, ya que en febrero del 2016 supieron que estaban esperando a su primera hija, Dominga y Lorena no quería casarse embarazada.
La definitiva
Pero Ignacio fue por una segunda vez, y sorprendió a Lorena con una nueva petición de matrimonio; ahora, en un restaurante frente a todos los clientes y más elaborada que la anterior. Corría agosto del 2016 y Lorena tenía cinco meses de embarazo aquel día que fueron a cenar y lo pasaron increíble. Entonces, llegado el momento de pagar la cuenta, él le pidió a Lorena que sacara su billetera de la chaqueta que estaba colgada en su silla.
“Metí la mano y había una caja, me dijo que la abriera y ahí estaba el anillo. Se arrodilló al lado mío, me puso el anillo y me pidió matrimonio”, recuerda Lorena, lo que culminó con los garzones llevando champaña a la mesa y felicitando al futuro matrimonio.
La celebración
Mientras que Ignacio es amante de los deportes outdoor, Lorena es mucho más casera; pero sus estilos de vida no dificultaron para nada la organización del matrimonio que asumieran sin ayuda. Lógicamente y como suele ocurrir en la planificación de todo matrimonio, hubo diferencias de opinión, pero nada grave que los hiciera perder el foco. Es más, desde un principio tenían claro que deseaban una celebración sencilla, pero con muchos detalles, ejemplo de ello fue el sector del libro de firmas junto a las plantitas de souvernir. O la bella decoración floral que destacó hasta en la torta de matrimonio que eligieron.
Lo cierto es que todo salió perfecto y compartieron con las personas más importantes de sus vidas; salvo el papá de la novia, de 85 años, que no pudo asistir. Sin embargo, de alguna forma Lorena sintió su compañía, lo que le permitió disfrutar en plenitud de cada instante de la jornada. Además, no hubo invitados por compromiso, sino que únicamente amigos de confianza y familiares cercanos.
El vestuario
Lorena lució un hermoso vestido de novia de corte imperio y escote en V con bordados, y acompañó su peinado de medio moño con un tocado de flores, muy ad hoc con la decoración y estilo del matrimonio; mientras que Ignacio llevó en un traje de corte casual, con pantalón beige, camisa blanca y chaqueta azul. En cuanto a su pequeña hija, ésta se robó la película con su vestido blanco y corona de flores.
Locación y fotos
El lugar elegido para contraer matrimonio fue Casa Zucca, ubicada en la comuna de Las Condes, la cual escogieron por su ambiente íntimo, acogedor y por contar con un patio que decorado luce increíble. Asimismo, para Lorena e Ignacio era fundamental que tanto la ceremonia, como el cóctel y la comida, pudieran realizarse al aire libre.
Todos esos momentos fueron capturados magistralmente por el lente de Fernanda Requena, quien retrató con su cámara cada una de las emociones vividas durante ese gran día, comenzando por la preparación de la novia en el hotel junto a la maquilladora y sus amigas.
E, incluso, tampoco faltaron las anécdotas, como el traslado improvisado de Lorena, quien no llegó en vehículo, sino corriendo y encima de la hora al lugar. “Corrí por la calle, los autos me tocaban la bocina, la Fer me tomaba fotos y fue muy entretenido. Lo único malo es que el pelo me transpiró un poco y me salieron algunos rulos”, se acuerda entre risas. O la carrera exprés de Ignacio hacia un centro comercial para que le quitarán la alarma de la chaqueta que nadie había notado, todo 15 minutos antes de la ceremonia.
Luna de miel
El matrimonio fue todo un éxito y, así también, la luna de miel que pasaron en Tailandia y Bali. Preciosos parajes en los que disfrutaron de una experiencia increíble y, como viajaron solos, sin su pequeña hija, tuvieron tiempo para "pololear y realizar actividades que no podemos hacer habitualmente", como recuerda Lorena.
¡Pero eso no es todo! Y es que a las buenas noticias se suma que Lorena está embarazada otra vez. “Tengo cinco meses y medio, y vamos a tener otra niñita que se llama Jacinta. Todo nos resultó como queríamos, ¡quedé embarazada en la luna de miel!”, cuenta Lorena.
Así, más felices y enamorados que nunca, estos flamantes marido y mujer están listos para dar un nuevo paso en su historia; esta vez, como una familia de cuatro.