Tips para elegir la fecha del matrimonio
Si se acaban de comprometer, el próximo paso es decidir cuándo darán oficialmente el ‘sí’. Para ello, deben tomar en cuenta ciertos factores que serán clave a la hora de encontrar el día correcto.
Elegir la fecha de boda no es tan simple como parece. Primero, porque la decisión debe ser tomada a consciencia entre dos personas, los novios. Y segundo, porque hay que considerar diversos escenarios para que todo resulte perfecto y sea de una de las mejores fechas. Si tienen dudas de por dónde empezar, aquí les contamos cómo hacerlo.
Tipo de casamiento
Antes de siguiera pensar en la fecha, deben analizar qué tipo de matrimonio y qué estilo de matrimonio desean -religioso o civil, majestuoso, íntimo o término medio-, y sólo así podrán tener una idea de cuánto tiempo tardarán en organizarlo. Si apuestan por algo pequeño, unos cuantos meses bastarán. No así en el caso de una boda rimbombante y llena de detalles, para la que probablemente necesiten tomarse hasta un año.
Posibles contratiempos
Por mucho que quieran casarse en un día especial, como el de su aniversario de pololeo, lo primero que deben chequear es la disponibilidad de sus invitados o, al menos, de los más importantes. Anticiparse a si los padres, hermanos o mejores amigos de ambos podrán asistir o tienen ya compromisos inamovibles. Lo mismo con la Iglesia, Registro Civil o centro de eventos donde pretenden celebrar. Es fundamental que sean previsores, reserven su hora y arrienden con antelación para no llevarse ninguna sorpresa.
Días especiales
Otra recomendación es que se fijen, si acaso la fecha en la que están pensando contraer el vínculo, no coincide con vacaciones, feriados u otras festividades. De ser así, podría verse afectada la asistencia de algunos invitados o, por otro lado, la disponibilidad de locales en donde hacer la fiesta. Por ejemplo, en los días previos a Navidad o Año Nuevo son de las peores fechas.
Presupuesto
¿Cuánto tiempo necesitarán ahorrar? A menos que ya cuenten con un fondo suculento para el matrimonio, es fundamental considerar seriamente el dinero del que disponen, y cuánto es lo que podrán pagar y de qué forma. En este ítem deben ser especialmente analíticos, pues nadie quiere endeudarse más de la cuenta.
Luna de miel
No olviden que el día que escojan para el matrimonio será determinante respecto a su luna de miel. Por lo tanto, si anhelan hacer un viaje al sur de Chile, no querrán que sea en invierno y les toquen eternos días lluviosos. Para ello, deben planificar la luna de miel previamente: a dónde les gustaría ir y qué época del año es la más apropiada para hacerlo.
Estación de año
Si sueñan con una celebración al aire libre, por una boda en la playa, tienen que planificarla para cuando el tiempo los acompañe o, de otra forma, la cosa no funcionará. Además, deben tomar en cuenta que el vestuario de los invitados dependerá ciento por ciento de la estación en que se concrete el enlace nupcial. Sean visionarios, entonces, frente a las temporadas de frío o calor.
Los pros del invierno
La gran mayoría de las pareja lo rechaza, pues las bajas temperaturas imposibilitan que la novia y los invitados se luzcan en su esplendor. Sin embargo, ya que los costos son menores en esta época en los hoteles o centros de eventos, debido a la escasa demanda, ésta puede ser una gran oportunidad para ahorrar. Por ejemplo, planear una boda temática al estilo “Frozen” y reservar ese dinero ahorrado para la luna de miel o su nuevo hogar. Asimismo, no tendrán que pelearse con otros novios para conseguir fecha en un local determinado.
Los pros del verano
Por la otra vereda encontramos la estación del año más codiciada por los futuros marido y mujer. Y es que si bien los servicios son más costosos por tratarse de temporada alta, las posibilidades también son más atractivas. Desde organizar una boda frente al mar, hasta casarse rodeados de hermosos jardines en alguna parcela o sitio, la celebración sin duda será maravillosa. Eso sí, deben tomar precauciones si auguran temperaturas muy elevadas.
El trabajo
Y un último factor a considerar son sus obligaciones laborales. Por su salud física y mental, intenten planificar el matrimonio para un periodo en el que puedan solicitar vacaciones o, al menos, unos cuantos días libres en sus respetivos trabajos. No vaya a ser cosa que opaquen su gran día por estar con estrés o demasiado cansados.