Slow wedding: una alternativa consciente para parejas que valoran lo local
Si desean casarse bajo sus propias leyes, descubran este estilo de matrimonio en el que impera lo sencillo y lo natural. No por nada son cada vez más las parejas que se inclinan por una slow wedding.
Lejos de las normas y etiquetas, lo que propone una slow wedding es disfrutar de las cosas sencillas. Una filosofía que se aplica a todo: desde la decoración, hasta la elección del vestido de novia y traje de novio. Sin lujos ni pretensiones, este estilo marca una vuelta a las raíces y a valorar los afectos más genuinos.
¿Se estresan de solo pensar en los protocolos de una boda tradicional? Si es así, prepárense para casarse en un ambiente relajado y con las personas precisas. Descubran todo sobre esta tendencia a continuación.
En qué consisten
Las slow weddings se basan en dos principios básicos: naturalidad y sencillez. Sin embargo, esto no implica que sea una boda descuidada. Todo lo contrario. La idea es atender a cada detalle, pero motivados por la ilusión de disfrutar y no por la necesidad de ostentar. Es, en pocas palabras, disfrutar el momento.
En ese sentido, no es relevante respetar los protocolos de una boda tradicional. Por ejemplo, no se solicita dress code, ni se designa a las personas por mesas, ni se realiza un programa de boda cronometrado. Además, la larga lista de invitados se reemplaza por una más corta que comprenda, únicamente, los nombres de aquellos familiares y amigos con los que realmente desean compartir en su gran día. La idea es planear una boda sin etiquetas, pero disfrutar a la vez con cada proceso de la organización. Es decir, no tienen cabida en este tipo de enlaces el estrés, ni la ansiedad, ni los agobios propios de los preparativos.
Locación y decoración
Ya que la propuesta invita a una reconexión con la naturaleza, las slow weddings suelen realizarse en lugares al aire libre, como una casona en el campo, en un viñedo, en medio de un bosque, frente a un lago o en la playa. Se trata de crear ambientes acogedores, relajados y naturales, para lo cual se utilizan recursos y adornos de matrimonio que están al alcance. Además, funcionan muy bien las ideas DIY (do it yourself), y son bienvenidas todas las propuestas artesanales y elementos reciclados, como botellas con flores frescas para los centros de mesa.
Entre otras ideas, pueden dejar las mesas desnudas, decorar con guirnaldas de fotos, reemplazar el libro de firmas por “piedras de los buenos deseos” e instalar el Candy Bar entre cajones de madera. Tanto la decoración de matrimonio campestre, como la vintage y la boho, se adaptan muy bien a este estilo.
Banquete
Aunque la gastronomía internacional o la cocina fusión están de tendencia, lo más indicado para una slow wedding es un menú sencillo y, al mismo tiempo, consciente. Por ejemplo, un tradicional asado de campo con un generoso buffet con verduras de la estación.
Además, según la temporada en que se casen, pueden apostar por diversos stands para deleitar a los invitados. Por ejemplo, montar un rincón con brochetas de frutas o helados artesanales, si el matrimonio será en verano. O instalar un punto con diversas variedades de hierbas, té o café, si darán el “sí” en pleno invierno. De hecho, lo ideal es aprovechar los alimentos disponibles de la temporada y de la zona en la que se casarán.
Eso sí, no olviden la torta de matrimonio que seguro sus familiares y amigos querrán probar. Una rústica naked cake será ideal para sellar este momento.
Vestuario
La sencillez también se impregna a la hora de escoger el outfit nupcial. Por lo tanto, lejos de los vestidos de novia estilo princesa u otros trajes majestuosos, lo que se busca son diseños con líneas simples y telas fluidas, sobre todo, respetando el diseño de autor y el uso de telas amigables con el medio ambiente. Igualmente, en lo que respecta a peluquería y maquillaje, optando por peinados de novia con pelo suelto y colores nude, respectivamente que estén en armonía con el traje. Las novias y novios que apuestan por el slow wedding quieren sentirse cómodos y auténticos y, sobre todo, ser responsables con su entorno.
¿Y qué hay de los invitados? Independiente del lugar o la hora, la consigna para ellos es la misma: que cada uno asista con el vestuario que le quede más cómodo. Aunque no se excluyen los trajes y vestidos de fiesta, seguro que sus invitados optarán por atuendos más sencillos y cotidianos.
Y es que, a diferencia de los lujos y protocolos que implica un matrimonio tradicional, una slow wedding privilegia disfrutar de cada segundo para ser conscientes del momento que están viviendo.