La torta de matrimonio: ¿por qué es tan importante?
Aunque se ha ido renovando en formas, sabores, colores y estilos, la torta sigue siendo protagonista del banquete nupcial, salvaguardando una tradición que alude a la abundancia y la fertilidad.
El rito nupcial está lleno de símbolos y costumbres que se han traspasado a través de los siglos, como la postura de anillos de matrimonio, el ramo de novia, el vestido de novia en color blanco y la torta nupcial como broche de oro a la declaración de votos.
Y aunque efectivamente las tradiciones se van renovando y quedando muchas en el camino, lo cierto es que la torta de matrimonio no puede faltar en ninguna celebración. ¿De dónde viene esta dulce usanza? Aclaramos todas sus dudas en este artículo.
Los inicios
Así como los anillos de oro encuentran su origen en el mundo egipcio, se dice que la torta nupcial nació en la Antigua Roma. Según las creencias de esa época, el novio debía comerse durante la ceremonia la mitad de una masa de trigo con sal (similar a un pan grande) y romper la mitad restante sobre la cabeza de su mujer. Este acto representaba la ruptura de la virginidad de la novia, así como la jefatura del nuevo esposo sobre ella.
Los invitados, en tanto, debían recoger las migas que caían y comerlas como símbolo de fertilidad, prosperidad y larga vida al matrimonio.
Sin embargo, el aumento en el volumen de esa masa generó que esta práctica se esfumara, evolucionado más adelante a un plato que fue muy popular en los matrimonios del siglo XVII. De hecho, era conocido como “pastel de novias” y consistía en un trozo de carne picada, muchas veces de cordero, decorado con migas de pan dulce.
Así se mantuvo la tradición hasta finales de siglo, cuando empezó a concebirse la torta nupcial como la conocemos hasta el día de hoy.
La torre
Fue en Gran Bretaña donde se impuso la moda de montar pequeños pasteles, llevados por los invitados, con la idea de hacer una torre lo más alta posible y decorarla con una capa de azúcar glasé. Primero eran de harina, agua y sal, pero con el tiempo se les fue añadiendo otros ingredientes como frutos secos. Mientras más alta la torta, mucho mejor augurio. Además, en Inglaterra se creía que si los novios lograban besarse sobre estas torres de pastel sin que se cayeran, tendrían buena suerte toda la vida en el amor.
Por su lógica poco práctica e inestable, eso sí, la idea se abandonó años después y se reemplazó por hacer un único y enorme pastel.
Originalmente, las tortas de matrimonio eran de color blanco como un símbolo de pureza, pero también de abundancia material, pues solo las familias más ricas tenían acceso a comprar azúcar refinada para su confección.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que la torta de novios lograra masificarse más allá de la élite. En sus primeras versiones, constaban de varios pisos a base de bizcocho, robándose toda la atención entre los adornos de matrimonio dispuestos para el banquete nupcial.
Tradiciones
Muchas creencias se han tejido en torno al pastel desde sus comienzos, siendo una de las más antiguas, la de esconder un anillo de cristal en su interior. Según ésta, el invitado que lo encontraba se aseguraba un año de felicidad, mientras que si la afortunada era una mujer, significaba que era la próxima en casarse. Se dice que de allí derivó años más tarde el ritual de los dijes, en el que las solteras jalaban una cinta en busca del preciado anillo.
Pero si bien las tradiciones datan de hace muchísimos años, todavía hay algunas que se conservan vigentes en la actualidad. Entre ellas, que los novios deben cortar juntos el pastel, idealmente con una espada, en representación de la primera tarea que realizan en conjunto como marido y mujer.
Al momento de dar el primer corte, el marido coloca su mano sobre la de su esposa para que entre los dos saquen la primera rebanada. Luego, ambos se dan un trozo a probar y, a continuación, se disponen a compartirla con el resto de los invitados. Esto último, como señal de abundancia, con la variación de darle a cada invitado un trozo para llevar a su casa.
Figuras de novios
Y otra costumbre que no pasa de moda, sino muy por el contrario, se renueva, es la de incorporar las figuras de los novios en la cima del pastel. ¿Cuál es la tendencia hoy en día? Personalizarlas al máximo, además de elegir los diseños más originales, como también ocurre con la decoración de las copas de novios y la papelería misma.
De allí, tal vez, que algunos novios se espanten cuando les “raptan” a sus muñequitos, que es otra de las tradiciones que ha logrado subsistir, aunque tímidamente, a través de los años. Ésta consiste en que un invitado, por lo general un familiar o amigo muy cercano, se roba disimuladamente los novios de la torta sin ser descubierto. Y la idea es que, llegado el primer aniversario de casados, les devuelve los muñecos con una invitación a cenar o algún regalo especial.
Ahora, si de costumbres curiosas se trata, hay otra que surgió en Estados Unidos y que dicta que los novios deben guardar un trozo del último piso del pastel en la nevera hasta cumplir un año desde que intercambiaron sus argollas de plata. Entonces, deben descongelarlo y comerlo entre los dos en augurio de una vida llena de felicidad; aunque hay que reconocer que por el dudoso estado en el que puede quedar ese trozo, no es una tradición con muchos seguidores.
La verdad es que son muchas las tradiciones asociadas a la torta de bodas, así como las nuevas versiones de la misma que hoy en día no dejan de sorprender. Desde tortas con suculetas que combinan con el peinado de novia, hasta modernas creaciones tipo lienzo en las que incluso es posible escribir frases bonitas de amor. Lo importante eso sí, es que, más allá del estilo, la torta sigue la gran invitada al festejo.