Luna de miel en Nueva Zelanda, un paraíso natural
Si buscan un destino con ciudades cosmopolitas, imponentes paisajes naturales y playas multicolores, en Nueva Zelanda encontrarán todo eso y más. Un país que los espera a sus anchas con mágicos escenarios para disfrutar del amor.
Tan emocionante como elegir el anillo de compromiso o probarse el vestido de novia, será el momento en que confirmen la compra de sus pasajes para la luna de miel. Sin duda, uno de los viajes inolvidables que marcarán su historia y, más aún, si se inclinan por un destino fascinante como Nueva Zelanda. Si intercambiarán sus anillos de matrimonio el próximo año y quieren cruzar las fronteras, aquí encontrarán varias razones que los convencerán de viajar al país oceánico.
Coordenada
Nueva Zelanda es un país de Oceanía que se localiza en el suroeste del océano Pacífico y que está formado por dos grandes islas, Isla Norte e Isla Sur; ambas marcadas por los volcanes y la glaciación. La mayor parte de la población neozelandesa es de ascendencia europea, mientras que las minorías corresponden a indígenas maorís, asiáticos y polinesios. Se reconocen tres idiomas oficiales, siendo inglés el más popular, mientras que la moneda es el dólar neozelandés. Para viajar a Nueva Zelanda desde Chile no necesitan visa, pero sí portar su pasaporte vigente, pasajes de ida y vuelta, y reserva en un hotel.
Sitios de interés
Wellington
Al extremo sur de Isla Norte aparece la capital de Nueva Zelanda entre un puerto y colinas verdes. Se trata de una ciudad vibrante, cultural y cosmopolita con muchos lugares por visitar. Entre ellos, el Museo Nacional Te Papa Tongarewa, el Jardín Botánico, el Monte Victoria, la multicultural Calle Cuba, el Santuario de Kaori y el famoso Teleférico de Wellington. Además, encontrarán allí numerosos cafés, restaurantes, teatros, galerías de artes, centros comerciales, parques, ríos, playas, bosques, granjas y mucho más. Una ciudad que también es conocida por sus cervezas y, de hecho, se toparán con bares de cerveza artesanal en casi todas las calles céntricas.
Auckland
Si celebrarán su postura de anillos de oro en Nueva Zelanda, no dejen de pasar por Auckland, la ciudad más grande del país. Se trata de una urbe portuaria, donde tendrán mucho por ver y por hacer. Por ejemplo, ahí se localiza la imponente Sky Tower, con 328 metros de altura, en la que se sitúan hoteles, casinos, bares y restaurantes. Además, si se atreven, no dejen de lanzarse al vacío en modo skyjump. También podrán practicar velerismo en Auckland en sus dos puertos, así como visitar algunos de los 23 parques naturales que posee. Un panorama infalible para perderse entre lagos, colinas, flora endémica y hermosos bosques nativos.
Playas
Nueva Zelanda es también un destino de playa y, por lo tanto, ideal si desean relajarse tras pasar varios meses confeccionando los adornos y encintados para matrimonio. El país tiene 15.000 km de costas, en los que es posible encontrar balnearios turísticos, playas desiertas y otras tantas con naturaleza salvaje. Además, mientras las playas de East Coast se caracterizan por su fina arena blanca y aguas turquesas, las de West Coast se distinguen por su arena negra de origen volcánico. Ambas, igualmente espectaculares. Entre las más famosas destacan las playas Piha, Tauranga, Moeraki, Bruce Bay, Ohope Beach y la playa de Cathedral Cove. Esta última, que aparece en la segunda parte de la película ‘Narnia’, exhibe un arco de piedra caliza y rocas fascinantes que emergen del agua cristalina. ¡Una verdadera joya!
Hogar de la Tierra Media
A propósito de cine, el impresionante paisaje de Nueva Zelanda, con sus doradas llanuras, sus imponentes montañas y sus encantadores valles, sirvió como escenario para la “Tierra Media” en la pantalla grande, tanto en “El señor de los anillos” como en la trilogía de “El Hobbit”. Se utilizaron más de 150 lugares de rodaje en todo el país, muchos de los cuales hoy funcionan como atracción turística. De este modo, podrán incluir en su luna de miel la visita a diversos sets de filmación, por ejemplo, donde se dio vida a la aldea Hobbiton o a las Tierras de Mordor.
Gastronomía
La cocina neozelandesa presenta una fuerte influencia británica, la cual se entremezcla con preparaciones típicas heredadas de su mayor etnia indígena, los maorís. Al ser un país compuesto por islas, ofrece una amplia gama de pescados y mariscos, como salmón, langosta, ostras y mejillones, aunque también se come mucha carne de cordero, cerdo y venado. Destaca entre sus platos típicos el Hangi, que es carne o pescado con verduras elaborados en una barbacoa en el suelo, que se cocina con el vapor de rocas muy calientes. El asado Hogget, en tanto, es un cordero al horno, condimentado con hierbas y acompañado de papas, cababaza, vegetales y salsa de menta.
Ahora, si buscan algo menos rebuscado, no dejen de probar el tradicional fish and chips (pescado y papas fritas) o, si prefieren algo dulce, pidan el postre insigne que es la Tarta Pavlova. Se trata de un merengue cubierto con crema batida y distintos tipos de frutas frescas. Por otro lado, los vinos de Nueva Zelanda son de fama internacional, así que en su luna de miel sí o sí deben alzar sus copas de novios con alguna cepa autóctona de la región.
Deportes
De las frases bonitas de amor que se regalarán al despertar, saltarán a las emociones más extremas. No por nada es catalogada como la cuna del turismo aventura y, por lo tanto, en Nueva Zelanda podrán practicar deportes adrenalínicos, como el salto en bungy, paracaidismo, navegación en moto de agua, surf, canotaje, esquí en avioneta, snowboard, esferismo y ciclismo de montaña, entre muchos otros. Además, gracias a sus miles de kilómetros de senderos, encontrarán diversas rutas para practicar excursionismo o trekking, desde paseos costeros, a caminatas por bosques nativos y antiguos glaciares.
Planes románticos
- Disfruten de la puesta del sol en el Monte Victoria, a 196 metros de altura. Es catalogado como el mejor mirador de Wellington, con una vista espectacular de la ciudad en 360 grados.
- Den un paseo en velero por el golfo de Hauraki, en Auckland, famoso por su millón de hectáreas de islas y brillantes aguas azules protegidas. Encontrarán románticos paquetes con avistamiento de delfines y cena incluida.
- Arrienden un kayak para explorar las playas y lagunas en el Parque Nacional Abel Tasman. Finalizado el tramo, relájense en las arenas color naranja y disfruten del agua turquesa.
- Participen de una clase de cocina para aprender los secretos de la gastronomía local. Entre otras cosas, descubran cómo integrar las plantas nativas a los platos, lo cual podrán aplicar en su vida de casados.
- Naveguen a través de las cavernas luminiscentes de piedra caliza de Waitomo. El responsable de este fenómeno es un mosquito endémico de Nueva Zelanda, el glowworm, que habita en las cuevas y emite un pequeño brillo de origen químico, tanto en su fase de larva como en la de adulto. El resultado es una suerte de bóveda estrellada, ideal para dar un paseo en bote junto a la persona amada.
- Reserven su mesa en el único restaurante giratorio en el Sky Tower, donde podrán deleitarse con las impresionantes vistas y una gastronomía moderna de primer nivel.
- Recorran en bicicleta las viñas de la zona de Marlborough. Será una estupenda manera de disfrutar en pleno de los paisajes y de las delicias culinarias que ofrecen tales viñedos.
- Pasen unos días de relajo en la exótica isla de Tokoriki, donde encontrarán dos lujosos resorts con todo incluido. Uno de ellos, por las bondades que ofrece, es ideal para parejas y recién casados.
- Dense un baño de agua caliente en la inédita playa Hot Water Beach. Allí tendrán que cavar un pozo y podrán disfrutar de un spa natural en la arena.
- Buceen juntos en la reserva marina de las islas Poor Knights. El francés Jacques Costeau las calificó como uno de los cinco mejores sitios en el mundo para explorar el fondo marino.
Desde aventuras extremas hasta opciones de calma. Si se deciden por Nueva Zelanda para estrenar sus argollas de plata, lo cierto es que tendrán un amplio abanico de actividades por hacer y lugares por conocer. Nada mejor para desconectarse de la preparación de la boda, que seguramente los tuvo más de un año enfocados entre el banquete, la decoración para matrimonio y la fiesta.