Protocolo para matrimonios con padres divorciados
Si la relación es cordial entre ellos, no habrá problema alguno. Sin embargo, cuando no se pueden ver ni en pintura, deberás actuar para evitar momentos incómodos en tu celebración. No vaya a ser que una mala cara estropee la magia de tu gran día.
Ya que los divorcios son una realidad cada vez más común en la actualidad, no es raro que muchos novios tengan que organizar el matrimonio pensando en la situación de sus padres divorciados. Si éste es tu caso, debes saber que, antes de cualquier protocolo, lo fundamental es guiarse por el sentido común, la educación, la tolerancia y la buena voluntad de las partes. Eso sí, el panorama se complica aún más cuando es solo uno de ellos quien ha logrado rehacer su vida. ¿Deben sentarse juntos ambos padres? ¿Y las nuevas parejas? ¿Qué pasará con las fotos? Si no sabes lidiar con esta situación, toma nota del siguiente punteo que te ayudará a despejarte.
1. Dialogar
Lo primero que debes hacer es sostener una honesta conversación con tus padres, ya sea juntos o por separado, según la relación que mantengan. Para evitar roces o posibles malas caras en tu matrimonio, tendrás que preguntarles si no les incomoda compartir la mesa presidencial o tener que enfrentarse a sus respetivas nuevas parejas, en el caso que las haya. La idea es que dialoguen lo más directamente posible, ya que será la instancia también para buscar soluciones. Más vale dejar las cosas claras desde el principio, que improvisar sobre la marcha cuando declares el “sí”.
2. ¿Solos o acompañados?
Si resulta que uno de tus padres aun siente rencor y no está preparado para compartir con la nueva pareja de su ex cónyuge, lo mejor será que ambos asistan solos a la celebración. De lo contrario, la situación será incómoda para ellos y para ti. Lo mejor es prevenir posibles reacciones despechadas y, por ningún motivo, dar cabida a que se arme un escándalo. Esto ocurre con más frecuencia cuando uno tiene pareja y el otro no. Ahora, si ambos poseen una nueva relación y se respetan entre sí, entonces no habrá problema en que acudan acompañados.
3. En la ceremonia
Ya sea si se trata de un matrimonio religioso o por el civil, el protocolo determina que los padres se ubiquen en la primera fila que sigue a sus hijos. O que uno se sitúe en la primera y el otro en la segunda banca, si la relación es fatal. Eso sí, no se recomienda que sus nuevas parejas los acompañen en esa instancia. No hay reglas al respecto, pero lo más atinado es que estos se ubiquen un par de filas más atrás. Respecto a la salida de la Iglesia, lo ideal es que padre y madre se esfuercen por avanzar juntos.
4. En la recepción
En el caso de que tus padres derechamente se lleven mal y no se puedan ni ver, se aconseja que cada uno se siente en una mesa aparte con su respectiva parentela. En la mesa presidencial, en tanto, se ubicarán por esta vez los novios y padrinos de la boda. Y ya que el protocolo indica que los familiares más cercanos también debieran estar allí, la opción es que los hermanos de los novios tomen palco en dicha ubicación. Por otro lado, si tus papás rehicieron sus vidas y mantienen actualmente una relación cordial, entonces podrás ubicarlos en la mesa presidencial. Pero solo a ellos. Sus respectivos nuevos cónyuges deberán entender y tendrán que sentarse junto a otro grupo.
5. Book de fotos
Para no generar tensiones innecesarias, al fotógrafo que estará a cargo debes informarle sobre la situación de tus padres divorciados. Con estos antecedentes en mano, el profesional sabrá cómo manejar el escenario y lograr que posen sin exponerse a situaciones incómodas. Sobre todo al momento de las fotos familiares. Otra alternativa es que tú misma le sugieras qué tipo de fotos es conveniente hacer; por ejemplo, con los padres por separados, con la familia paterna y luego con la materna, etcétera. Lo esencial, nuevamente, es que no sea un tema que te pese durante ese día.