SOS ¡mis amigas odian a mi futuro esposo!
Una complicada situación que a cualquiera nos puede ocurrir y a la que debemos hacer frente con tranquilidad, paciencia y sabiduría. A continuación te dejamos algunos tips para que todo salga lo mejor posible, ¡a no desesperarse!
Cuando comunicamos la decisión de unirnos en matrimonio con nuestro amado todas esperamos que sea una noticia que llene de alegría a nuestros seres queridos y nos gusta tener su apoyo y bendiciones, pero, lamentablemente, a veces puede pasar que seres tan cercanos como nuestras amigas no tengan la mejor actitud y, peor: que notemos que directamente no se llevan bien con nuestro futuro marido y tengamos que vivir situaciones incómodas que nos gustaría evitar, pero que debemos enfrentar.
Si estás en esta situación hay que tratar de no desesperarse ni hacerse mala sangre, ya que las relaciones humanas no siempre son fáciles, y, como siempre, la comunicación, la paciencia, pero también el saber nuestras prioridades y ser claras, nos ayudarán a mediar y a normalizar la situación para hacer ver que, aunque no todo sea perfecto, lo esencial es disfrutar y respetarse y no empañar un momento tan importante de tu vida. A continuación te dejamos algunos tips para resolver esta incómoda situación.
Encontrar el origen
Habla con tus amigas en un momento de tranquilidad y nunca ‘en caliente’ para que te expliquen qué es lo que les ocurre y puedan decirte qué es lo que las pone tensas y puedas entender el origen del problema. Aquí es importante escuchar, pero también después explicar el momento que estás viviendo y los aspectos positivos y esenciales de tu decisión. Es el momento de hacer una llamada al respeto, lo que en un amplio porcentaje de los casos, hará entender a tus amigas que este es un momento que va más allá de desaveniencias, y que tu unión no ha sido una decisión tomda a la ligera.
Dimensionar el problema
Cuando ya sabemos el origen podremos dimensionar lo que está pasando, y, como hay tantos tipos de personalidades, saber si se trata de algo de índole más superficial o de caracteres, o si bien puede ser por una preocupación más o menos fundada. Así sabremos en qué aspecto directamente ‘cortar por lo sano’ o si es algo a lo que, de alguna manera, le debamos prestar un poco más de atención.
Conversar con tu novio
Siempre hay que conocer las dos partes de un conflicto, y en este caso, conocer la opinión de tu compañero de vida, obviamente que será esencial. Esto también te podrá ayudar a dimensionar el problema, por una parte, y por otra, a contar con su apoyo para mantener los encuentros entre ellos con toda la armonía posible.
Marcar límites
Aparte de la paciencia y atención que requiera la situación, sí que está claro que, además de escuchar y tratar de entender, a veces nos podemos encontrar ante actitudes caprichosas o gratuitas ante las que tenemos que dejar claro que no vamos a transar, e invitar a recordar que si están invitadas a acompañarte en tu gran día es porque son personas importantes para ti y que esperas que sean un apoyo, no un obstáculo para que todo salga bien y todos puedan disfrutar.
Relajar tensiones
Una vez que está conversado todo lo conversable y las posiciones están claras, trata de hacer una reunión con tus amigas, como por ejemplo, una previa a la despedida de soltera, una comida o una actividad relajante en la que puedan compartir todas y se vea cómo, en la práctica, lo que están viviendo es un momento de felicidad y celebración, y que será más sabio copmpartir y disfrutar en vez de enojarse.
Poner el acento en lo positivo y dejar pasar
Tanto como si logras hacer avances como si no, no hay que cargarse encima con un problema en que, si ya le has prestado suficiente atención y no ha sido coprendido por las partes conflictivas, seguramente ya no tengas mucho que hacer. En un proceso como el del matrimonio es muy importante canalizar adecuadamente las energías y, la verdad, por mucho que nos duela hay veces que las personas por distintas razones no entran en razón. En ese caso tenemos que seguir con nuestra vida y dejar pasar la situación para ocuparnos de otras cosas y poder disfrutar del proceso de organización y finalmente del matrimonio. Las historias de amistad a veces necesitan de un poco de separación y autonomía, por lo que, digamos, hay que saber que la decisión de ser comprensivas y transar o no estará en nuestras amigas, y que nuestra misión es seguir adelante con paso firme y disfrutar al máximo de el camino que hemos elegido.