Fue un día maravilloso para mí y para mi esposo, fue el momento soñado para ambos. Le damos gracias a Dios por el momento que nos regaló juntos a nuestras familias y amigos más cercanos.

Camila es una chica muy amorosa y delicada. Pero la verdad es que para mí no fue muy buena experiencia.
En la prueba de peinado y maquillaje todo bien, pero el peinado que me hizo no me gustó, entonces propuse otro, el cual erróneamente no probamos el día de la prueba.
El día de mi matrimonio fue el primer día que decretaron toque de queda, así que los nervios estaban de punta, pero aún así llegó a la hora estipulada y sin ningún problema, lo cual agradezco.
Ese día tenía que maquillarme a mí, mi mamá y a mi madrina, y aquí es donde empezaron los problemas.
A mi mamá no le gustó el maquillaje que le hizo, y ella en vez de proponer algo para que la clienta estuviera satisfecha, la dejó así, y ella se tuvo que sacar el maquillaje y maquillar sola, obviamente C. veía todo esto, luego al momento de peinar a mi mamá, ya no quedaba tiempo, entonces mi mamá se tuvo que peinar con la asistente del fotógrafo que gracias a Dios, peinaba. Es decir mi mamá no se peinó ni maquilló con ella y me cobró el total de la tarifa que eran como 50 mil.
Por otro lado, cuando me tenía que peinar a mí, no le resultó el peinado que me estaba haciendo, el que me dijo en la prueba que era posible de hacer, me dijo que era porque yo tenía mucho pelo. Luego de intentarlo 3 veces, me dice “no puedo, que te peine la asistente del fotógrafo”, ni siquiera me propuso una solución o algo. Obviamente ya estábamos atrasados, faltaba media hora para que me fueran a buscar, y yo no estaba ni peinada ni vestida.
Gracias a Dios, nuevamente la asistente del fotógrafo aperró y me peinó.
Ahora veo las fotos de mi matri, y tengo ese vacío de que podría haber estado con un peinado lindo y mi mami con un maquillaje espectacular. Pero no fue así, y además que fue un momento muy desagradable para todos, un momento que debería quedar en la memoria como lo más bonito.

Muy responsable. Llegó a la hora acordada. No sólo me maquilló a mí, sino a mis tres hijas. Mi matrimonio fue de día y hasta la noche mi maquillaje se mantuvo.

Desde el primer día que llegué a atenderme me sentí muy bien y también muy apoyada por parte de Camila, muy profesional y también una gran persona.

Camila me maquilló y peinó para mi matrimonio, siempre estuvo dispuesta en ayudarme en todo lo necesario.

El día de mi matrimonio en ningún momento me sentí maquillada, al contrario me sentía libre, natural, fluir en el momento más importante de tu vida gracias a una maquilladora que se preocupa de todos los detalles para que ese día sea perfecto sin incomodidades. Realmente recomendable por la calidad del servicio.