El matrimonio de Alexis y María de los Ángeles en Constitución, Talca
En la playa Verano Azul 2 profesionales
A&M
11 Ene, 2020La crónica de nuestro matrimonio
Y así fue la boda de las galaxias…
Desperté el sábado 11 de enero a las 9 más o menos. Me había tomado un inductor de sueño la noche anterior XD así que logré descansar mucho. Me quedé en la casa de mi comadre y amiga Dalila (mamá de mi ahijadito que llevaría los anillos). La mañana voló y me sentí tan relajada siempre porque después llegaron mis papás que se quedarían conmigo ahí.
Como a las 2 almorzamos todos juntos y nos reímos mucho de todas las historias que compartimos en estos casi 12 años de amistad. Mi ahijado estaba pintando unos monitos de Spiderman y me los llevaba a cada rato para que le dijera cómo estaban quedando. Yo lo miraba en silencio y pensaba que, si no fuera por él, nada de esta historia sería real. A mi novio lo conocí el día que él se bautizó, ambos habíamos oído del otro gracias a Dalila, pero sin ningún interés… bueno, esa historia es harina de otro costal.
Después de almorzar, como a las 3, me fui a peinar con mi mamá a la peluquería. Al volver me maquillé solita y maquillé a mi amiga. Luego me vestí y ya estaba casi lista. No sentía nada de nervios, a pesar de que mis papás se juntaron con mi novio en la mañana porque andaban perdidos (ja, ja, ja) y mi viejo me dijo: “Oye, para de andar tan chistosa que el Ale está nervioso, nunca lo había visto así”, y yo como que dije: “Pero, ¿por qué estará nervioso si no pasa nada?” Yo me sentía como extrapolada de mi cuerpo, como que aún no caía en la realidad. La tarde me llevé arreglándome y tomándome fotos con mi mejor amigo Roberto, que llego también allá y se sumó al lote de amigos, buena onda y relajados. Cuando llegó el tío de mi novio (que sería el conductor del auto), recién sentí algo en la guata, ya eran las 6 de la tarde.
Seguir leyendo »Partimos rumbo a la iglesia con mi papá. La gente nos saludaba y yo sonreía. La verdad, estaba feliz. Cuando quedaba una cuadra, más o menos, para llegar a la iglesia, se me apretó la guata y le dije a mi papá: “Payo,” (así le decimos) “ahora sí me puse nerviosa” y él me dijo: “Tranquila, mi niñita, si todo va a salir bien”. Lo noté emocionado, pero en ese momento me hizo sentir segura, como cuando era chica y me llevaba al pediatra o cuando entraba a dejarme al dentista y yo me quedaba asustada. Cada cierto tiempo se asomaba a verme y me hacía “Hola” con las manos y yo le respondía para demostrarle que era una niña valiente, como siempre me decía.
Cuando nos bajamos del auto, la plaza estaba llena de gente mirando. Los invitados estaban esperando y entré muy nerviosa del brazo de mi payo hasta llegar donde el Ale. Cuando me acerqué y lo tomé de la mano, una paz llego a mí de una forma inexplicable. Lo miré y me dijo: “Te ves tan hermosa” y con eso, el sueño empezó a hacerse realidad.
La ceremonia fue preciosa. Al terminarla, nos fuimos a tomar muchas fotos y luego a la recepción. La noche se nos hizo corta; la fiesta en sí terminó como a las 4.30 am y bailamos, comimos, tomamos, nos reímos y disfrutamos como nunca. Fue, sin duda alguna, de los mejores días de mi vida, al menos hasta ahora: sé que vendrán más.
Pd1: Entre los chascarros están que al otro día teníamos que llevar los papeles de la iglesia al civil para terminar la manifestación. La hora la teníamos a las 10 y cuando llegamos a la iglesia como a las 8.30 nos dijeron que ¡el curita no había firmado! Y que los lunes era el “día libre de los curas” así que la monja que estaba ahí (ultra complaciente) dijo que no podía molestarlo (ni que fuera un Dios, el caballero); ¡por lo menos hasta las 12! Yo soy bien mecha corta, pero como nos habíamos casado recién, dije: “Ya esperemos no más”; al final me cansé y llamé yo misma al cura (ja, ja, ja) Me contestó medio enojado pero le explique la situación y en poco rato estaba lista la firma. Al llegar al civil, al fin con la firma, la secretaria empezó a leer el papel y nos dice: “Pero la fecha del matrimonio está mala” y yo así como “¡Qué chucha!” La monja había impreso mal el informe, y lo peor es que tenía las firmas de los testigos y del curita que nos casó, que no era el mismo de la parroquia. Eran ya como las 12.30 y el civil lo cierran súper temprano. Nosotros teníamos que dejar el papel listo porque nos íbamos de luna de miel, así que le dije al Ale: “Perdóname, michi” (uno de sus mil sobrenombres) “pero yo ya me enfurecí”, así que fuimos a la iglesia de nuevo y casi maté a la monja. Ya no recuerdo bien qué le dije, pero entre todo creo que le hice ver que en cualquier otro trabajo a una persona por un error así lo echaban no más. Al final hizo el informe de nuevo; tuvimos que volar a buscar a los testigos que, por suerte, no vivían tan lejos, hacerlos firmar y volver para que firmara el cura otra vez. En tiempo record estuvimos en el civil y nos entregaron la maldita libreta (ja, ja, ja): ya la odiaba a esas alturas.
Pd2: Cuando nos sacamos las fotos en la playa me saqué las sandalias y me puse hawaianas (cero glamour). Mucha gente se acercó a vernos e incluso un tipo me dijo si me podía tomar fotos porque amó mi vestido (ja, ja, ja). Fue lindo sentir el cariño de gente que ni nos conocía.
Pd3: Cuando la fiesta terminó, me fui con mis papás de vuelta a la casa de mi amiga. Tenía todas mis cosas allá y no quise dejarlos solos. Mi esposo estaba de acuerdo, así que cada uno se fue donde sus papis. Yo dormí con mis viejitos, calentita en la misma cama XD Fue la noche de bodas más tierna que jamás leerán (ja, ja, ja) Al otro día nos juntamos todos para pasar la caña con un rico mariscal en el mercado de Constitución.
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