El matrimonio de Alfredo y Paulina en Huechuraba, Santiago
Elegantes Otoño Morado 10 profesionales
A&P
24 Mar, 2018La crónica de nuestro matrimonio
El día 24 de marzo me encontraba ya en el hotel desde el día anterior, en donde me iba a preparar para el gran día. Los hoteles no garantizan que puedas llegar a la hora que gustes si es antes del check in que ellos tienen, así es que quise asegurarme, para no estar nerviosa. Sin embargo, tuve que ir a mi casa en la mañana, porque la chica que peinaba a mi mamá, abuelita y a mí, tenía dos matrimonios ese día y solo podía peinarnos temprano. Soy muy relajada así es que no quise ocasionar ningún problema por ello, solo quería facilitar y hacer que todos estuviesen lo más relajados posible. Cuando estuvimos listas a eso de las 13 horas, arreglamos nuestras cosas y nos fuimos al hotel. Contratamos el Hotel Marriot, porque nos sentimos muy acogidos por el personal, y porque nos dieron todas las facilidades del mundo para que estuviésemos cómodos ese día. Yo estimaba que en los preparativos iban a haber alrededor de 10 personas conmigo, entre ellos mis padres, abuelos y hermano. Además de fotógrafo, camarógrafo y maquillador.
Seguir leyendo »Una vez en el hotel, llego Antonio, el chico que iba a maquillar a las mujeres de la familia. Su trabajo fue impecable y muy rápido, nos tuvo listas a las 16 horas un verdadero profesional. Luego llegó María Ignacia de Guisky y a los minutos Andrea la fotógrafa, mientras su esposo Gonzalo estaría con mi marido en sus preparativos. ¡Oh! Esperen, había olvidado que también iba a ir otra chica, la que quiso ser mi wedding planner en último minuto. Nataly, de Eventos Full, pero ella llegó con más gente y en ese minuto perdí la noción de cuántos había en la habitación. En ese minuto agradecí haber tenido la idea de pedir una habitación de dos ambientes, de lo contrario todos jamás hubiésemos podido estar ahí dentro. La verdad nunca estuve nerviosa en mis preparativos, lo pasé muy bien, porque mi mamá me mantuvo ocupada todo el rato, además estaba con toda mi familia, y contaba con la ayuda de todos, aunque fuésemos mucho y siempre dicen que la novia debe estar tranquila sin que nadie la moleste, para mí entre más fuésemos mejor. Mi mamá hizo mi ramo de novia y los de mis damas, así como aquel que iba a lanzar en la fiesta, y por esa razón no tuvo tiempo de ocuparse de sus detalles, así es que la ayudé hasta que todo estuvo listo de esa forma también me distraía, creo que en ese momento ella estaba más nerviosa que yo.
Cuando estuvimos listos, realizamos algunas fotos en familia y luego ellos se marcharon a la iglesia, yo solo debía esperar a que me avisaran cuando debía irme. La limusina llegó a las 18 horas y estaba relajada porque tenía 30 minutos para llegar a la iglesia, pero siempre sale algo de último minuto y por alguna extraña razón terminamos saliendo del hotel a las 18:20. ¡Sí! No quería llegar tarde, porque la chica del coro tenía otro matrimonio y le había prometido llegar a la hora, pero esto ya no era mi culpa. De haber sido por mí a las 18 horas hubiese estado yendo camino a la iglesia, pero no fue posible así es que lamentablemente llegamos un poco tarde, pero no lo típico que se tarda una novia, sino mucho menos, porque apuré al chofer, ¡hasta que aceleró! Mientras mi padre, trataba de calmarme, sacándose fotos conmigo en el interior de la limusina.
Al llegar, en la entrada de la iglesia Santos Ángeles Custodios, esperaban mis damas de honor (compañeras de universidad y de la vida) nerviosas porque recién les habían llegado sus ramos, pero ansiosas y felices por ser parte de este gran día. También estaba mi hermana quién llevaba las argollas y yo debía entregarle la mía, eran las más bellas damas del mundo entero. Jamás estuve nerviosa, de hecho me sentía genial y cuando las vi me sentí realmente afortunadas de tenerlas en mi vida para acompañarme y ayudarme en este momento, pero al llegar al altar algo pasó y no aguante la emoción y aunque ni yo lo tenía planeado, lloré y mucho. Pero ahí estaba mi esposo consolándome y con una sonrisa enorme la cual me calmó. La ceremonia fue muy linda, significativa, porque al padre lo conozco de años y tuvimos un encuentro con mi esposo y él días antes del matrimonio, así es que tuve tiempo de presentárselo y de esa forma que nos conociera más como pareja. Eso le permitió realizar una ceremonia que nos representara. Siempre recuerdo con mucho cariño al padre Fernando Montes quién primero casó a mi hermana y ahora a nosotros. Por otro lado, el coro Angeli Músicos, era de cuentos de hadas. En conjunto me ponían la piel de gallina, fue una gran elección porque todos me decían lo maravilloso que eran como músicos. Nos fuimos a la recepción casi instantáneamente luego de la ceremonia, pero nos desviamos unos minutos para hacer algunas fotos en el camino, así es que paramos en el Parque Bicentenario un lugar cercano a nuestro destino, más que todo para darle tiempo a los invitados de llegar. De todas formas, cuando llegamos al centro de evento en Espacio Riesco, fuimos a un salón aparte para descansar unos minutos y comer un poco, la verdad teníamos muchísima hambre. También solicitamos la presencia de nuestros familiares para hacer una pequeña sesión fotográfica con ellos, y así luego poder reunirnos con el resto de los invitados. Fue super enriquecedor verlos a todos, ¡porque había personas que venían incluso desde Isla de Pascua y Australia, sólo a vernos! Lo mejor es que compartimos esos momentos con quienes más nos importaban, amigos de infancia, de la universidad, compañeros de trabajo, familia...Todos los que fueron parte de nuestra historia desde nuestro inicio hasta ese día.
Entramos al salón e hicimos un brindis de agradecimiento por los presentes, dando inicio a la cena, la cual estuvo realmente exquisita. Durante ésta reprodujimos un diaporama con fotos nuestras y de los invitados, así los hacíamos partícipe de la situación, sintiéndose realmente involucrados en la celebración. Varios nos dedicaron palabras de agradecimiento y buenos deseos. ¡Incluso mi abuelito de 89 años! También hubo karaoke para entretenerlos a todos. Cuando nos llamaron a partir la torta de la mejor pastelería del mundo, Art Torta, no sabíamos en donde cortarla, porque pese a que eran pocos invitados, alrededor de 100, la torta era inmensa, pero logramos sacar un trozo dando inicio a la apertura del buffet de postres, instante en el que me ausenté del salón para coser la cola de mi vestido y que no me molestara al momento de bailar el vals, lo cual ya se aproximaba.
El vals para nosotros era un tema, con Alfredo habíamos planeado hacer algo con nuestros amigos, un baile super entretenido, porque yo contaba con mis amigas bailarinas e incluso mi maestra, pero el tiempo no estuvo de nuestro lado y no pudimos concretar la idea, así es que hicimos un vals nosotros solos, el día anterior, a decir verdad, la noche anterior. Por lo que estábamos un poco nerviosos, sobre todo yo que soy bailarina y todos saben que bailo, así es que sentía una presión de que saliera todo perfecto. Pero esa noche vi que Alfredo estaba preocupado, de hecho, me pidió que ensayáramos antes de entrar y fue en ese momento en que decidí relajarme y disfrutar el momento, para darle seguridad y confianza de que todo saldría perfecto. Y así fue, salió muy lindo el vals, de hecho salió tal como lo practicamos y me sentí realmente en las nubes con Alfredo. Luego bailamos con nuestros padres un momento muy tierno que queríamos vivir con ellos e iniciamos el bailable. Doy fe que nuestros invitados estuvieron on fire toda la noche pero aún faltaba una sorpresa para ellos y para nosotros obvio, habíamos contratado como regalo de papá a los Titan Led show de robots, así es que mientras esperábamos su llegada realizamos otras actividades como cabina fotográfica, lanzamiento de cervezas por parte de Alfredo para los chicos, y yo el ramo para las chicas. Cuando llegaron los robots, fue sorpresivo porque se nos había pasado volando la noche y no tuvimos noción de que ya eran las 2 de la madrugada. Tuvimos que disfrazarnos con ellos para dar paso a su entrada y no teníamos idea de que hacer, fue totalmente una sorpresa para nosotros improvisar en medio de la pista para que los invitados no sospecharan que los robots venían tras nosotros. Pero fue genial, un show que contrataría para todos los eventos. Fue la sensación de la noche. Los invitados quedaron felices y nosotros más porque estábamos ansiosos que llegara ese momento. El show finalizó con éxito los robots se marcharon y llegó el cotillón, teníamos permiso para quedarnos hasta las 6 de la madrugada en el centro de eventos, pero estuvimos hasta las 4 o 5 como máximo porque al otro día viajábamos a Nueva Zelanda y teníamos que descansar. Nuestros padres se quedaron hasta que recolectaron nuestras cosas, y parte de la decoración del salón, y un par de amigas que nos acompañaron hasta el cierre.
La verdad fue un día muy bello e inolvidable del cual hablaremos toda nuestra vida, porque lo pasamos increíble y nuestros invitados quedaron felices. Hasta el día de hoy aun nos hablan de lo genial que lo pasaron, de lo increíble que estuvo la comida y la ceremonia y lo mucho que les gustaría repetir todo.
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