El matrimonio de Ana y Eduardo en Vallenar, Huasco
Al aire libre Verano Verde 3 profesionales
A&E
26 Oct, 2019La crónica de nuestro matrimonio
Desperté sin siquiera poner una alarma un poco asustado pensando en que se me había pasado la hora, miré a mi lado y sólo me encontré con Nicolás (14) y Santiago (1), ahí recordé que era el día, y que las mujeres, ¡no estaban en casa! Salté de la cama (día de niebla) haciendo el mínimo ruido posible para no despertar a los niños, se me venía una mañana bastante movida. Dejé a los niños durmiendo y a Santiago con su mamadera lista, Nico ya sabía que debía dársela si el papá se demoraba en llegar, porque esa mañana debía ver a la novia antes de que se convirtiera definitivamente en mi mujer. Ella (Ana) y Celeste (4) se quedaban en casa de su mamá, sólo para alargar mi esperada noche de boda. Ana quería decorar y coordinar los arreglos ella misma en esa mañana tan ajetreada, y yo debía ir porque había que cargar cosas y necesitaba ayuda para acelerar el proceso, cuento corto, salí de casa y nos juntamos en el local tipo 08:30 horas am.
Llegué, y ella estaba junto a Jaime (su padre) esperando que abrieran las puertas del local, nos miramos, sonreímos y ambos nos mostrábamos muy nerviosos sin necesidad de contárselo al otro. Despedimos a mi suegro que debía ir a lavar el auto para el traslado de la novia, y yo me hacía cargo de ir a dejar a Ana a la peluquería a las 10:30 am para que comenzará su proceso de embellecimiento extra, por lo tanto, dejamos todo listo en el local, gracias a Dios sin dificultad y tomamos regreso a la ciudad para que ella pudiese comenzar con su peinado y maquillaje. La dejé en la peluquería, no sin antes mirarla, darle un beso, y decirle que estaba feliz del paso que daríamos y tirarle la típica talla de que era la última vez que la veía soltera.
Seguir leyendo »Seguí en mi auto y recordé 2 grandes situaciones que debía dar cumplimiento: el papá de una compañera de mi equipo había fallecido el día anterior y yo debía pasar a darle un abrazo; lo hice, me estacioné a lo rápido y me bajé en el velatorio... lástima que era tan temprano, que mi colega no estaba ahí, posteriormente debí llamarla y ella entre su pena y su alegría por mi día, no podía comprender como tuve cabeza para ella en ese día. Segundo punto y ¡fatal para mí! Santiago era zona de emergencia con toque de queda y mi corbata, un reloj y unos regalos mi traje me había mandado mi sastre y hasta el día anterior Chilexpress no los tenía, la verdad estaba histérico. Llegué a Chilexpress y entre que las niñas buscaban, se reían y me tiraban tallas por casarme en zona de emergencia, encontraron mis cosas y salí corriendo del local para por fin devolverme a casa y llegar a vestirme yo y esos niños que yo asumía ya debían estar despiertos, ¡iluso!
Llegué a las 11:15 am a la casa, (a todo esto, no sé si les conté, pero me casaba a las 13:30 horas como a 20 minutos de donde vivo) abro la puerta de mi pieza, ¡y no me van a creer! esos niños aun dormían, ¡ni la leche se habían tomado! De aquí en adelante todo fue estilo flash. Le di leche a Santiago, mientras Nico (como nunca) se bañó en 3 minutos, metí a Santiago a la tina, Nico se seguía vistiendo y arreglándose, empecé a vestir a Santiago (qué difícil poner un traje a un niño tan pequeño) … se me arrancaba, quería jugar con autos en el suelo, y el Nico seguía vistiéndose y arreglándose ese pelo que quería que fuera perfecto. Terminé de vestir a Santiago, se veía hermoso y le encargué al Nico que lo viera mientras yo me bañaba, ya casi las 12:00 pm. Salí de la ducha, y comencé a vestirme, a todo esto, un traje claro, para aprovechar el día, zapatos cafés y empezar a ponernos los botonier. Ya todo listo para salir tipo 12:10 pm cuando siento un olor un poco extraño, ¡a lo que ya era evidente! ¡Santiago se hizo caca! Fue tragicómico, pero lo superamos con altura de mira, cambié pañal y comenzamos a subirnos en el auto para salir rumbo al local del evento. A todo esto, era un día de sol hermoso y ya habían cerca de 30°.
Manejé a ritmo normal, wl Nico se seguía mirando el copete en espejo del auto, y le digo: “Nico, ¿traes los anillos?”. A lo que me responde: .”..Sí”. Gracias a dios, dije, ya me veía devolviéndome. Los invitados estaban citados a las 12:45 pm, y yo hasta ese entonces, no sabía nada de la novia, si quieren saber de ella, deberán leer su historia.
Llegué por fin al local en nuestro autito apañador con los 2 niños y vemos que está llegando un auto azul, gracias a Dios, era mi familia (papá, mamá y hermanos), más el testigo que es mi amigo de la vida (Sergio, pero por extraña razón le gusta que le digan Andrés). Respiré y dije, llegó mi mamá, salvado, tengo manos para Santiago, pero iluso nuevamente, lloró todo el rato a mi lado, quería tirarse al suelo, mi celular, y que lo tomara en brazos, pero no entendía que mi traje era casi blanco. No se los dije, pero mi mamá y mi papá se emocionaron al verme, se hicieron los locos, pero los vi.
12:45 en punto y comienzan a llegar los invitados, el Nico en el baño con mi hermano que le seguía arreglando el pelo, y yo, Santiago (llorando) y Andrés, recibíamos a los invitados y nos sacábamos fotos con todos. Pasó el rato y ya eran las 13:15 pm, me llama mi suegro que estaban listo ya muy cerca, ¡él siempre es muy apurado para todo! Le dije, “no” y se la llevó a dar una vuelta más larga... aun me faltaban invitados (varios), y lo más importante aún, no llegaba aun el juez. Hice memoria y me acordé que el juez me dijo que lo llamara… busqué mi celular y obviamente no estaba en mi bolsillo, porque se lo pasé a Santiago para que no llorara, pero tuve que ser cruel y hacerlo llorar otra vez, él no entendía que era un ratito. Procedo a llamar al juez, y como de chiste, él viene entrando, con el celular sonando. Esperamos 10 minutos y llamé a mi suegro para que hagan el ingreso (la novia después me contó que estaba mareada con la vuelta que le dieron).
Acortando la cosa, veo llegar el auto blanco, y me dije: “llegó el momento”. Fue bacán ver ahí tanta gente importante para uno acompañándote en ese momento, era realmente emocionante. Caminé solito al altar y me dispuse a hacer un gesto al DJ para que dejara caer la canción de entrada de la novia, que tanto nos esforzamos en elegir (nunca llegábamos a acuerdo). Comienza a sonar entonces, “Shallow” de Cooper y Gaga. Comienzan las lágrimas de algunos y las caras de felicidad de otros, yo solo recuerdo mi corazón latiendo a mil y una ansiedad tremenda por verla por fin vestida para mí. Entró justo a su padre, al ritmo un poco acelerado de la canción, la tomé de la mano, besé su frente y me despedí de su papá, quien la entregó sin ninguna condición. Ahí procedimos a la ceremonia, un juez muy flexible, pero entre esa mezcla de nervios y no sé qué, solo recuero momentos de la ceremonia.
Me voy a devolver un poquito pero no les conté que antes de que entrara la novia, entró mi suegra con Santiago y Celeste que se veía hermosa y con un letrero que decía "tranquilo, respira, ya viene la novia" sorprendentemente se portaron bien en la ceremonia. Significativo de la ceremonia, el Nico entregando las argollas, nosotros firmando y un momento especial donde ambos presentamos nuestros votos preparados por separado la noche anterior a la boda. Nos entregan la libreta, ¡y ya somos felizmente casados! ¡Vienen los abrazos y el festejo con todos! Se vino el brindis de los novios, unas palabras de Mayré (prima y testigo de Ana), todo esto acompañado de un pequeño pero sutil coctel a manos de Dulce Receta.
Inmediatamente procedemos al primer baile de novios, antes conocido como el vals de los novios, y donde llevábamos al menos 2 meses ensayando, nuestro tema era “Perfect” de Ed Sheeran. Nos salió bastante bien a mi gusto, ¡pero podría haber sido mejor! Baile que, por cierto, nos hizo darnos miradas y agarrones que no notó el público en general. Inmediatamente no podíamos pasar por alto a nuestros papás, y comenzamos un segundo vals, esta vez sonaba "Thinking Out Loud". Fue genial, bailé hasta con la Celeste, mi abuela, mi hermana, mi prima querida, mi tía y obviamente mi suegra y mi mamá. Algo veía a la novia, pero fue genial verle bailar con mi hermano, el Nico y el Santiago.
Terminó esto y por fin damos paso al almuerzo, un menú rustico en manos de Aquelarre Restorán, que consistía en una entrada de ensalada del huerto, fondo costillar de cerdo con arroz perla y papas rusticas y un postre a la segura, príncipe pobre, almuerzo acompañado de discursos donde una persona por mesa, nos daba sus buenas vibras. Termina el almuerzo y para abrir la pista y el bar los novios junto a Nico, Cele y Santi, tienen una coreografía para todos al ritmo de bachata, salsa, sound, axé y electrónica. La coreografía nos salió bien buena y nuestra pequeña familia de los tuyos, los míos y los nuestros sacó nuevamente los dotes artísticos, dicho esto, empieza el baile tipo 16:20 horas.
La gente lo pasó genial... bailaron y tomaron hasta que se aburrieron, fueron los invitados más apañadores de la vida, de 100 solo faltaron 4. Más tarde dimos hora del té y hora del bajón nuevamente en manos de dulce receta y la gente ya no podía más de regalona.
Como las 20:00 la novia me tenía una sorpresa junto a parte de su círculo de hierro, me bailaron desde Beyoncé hasta el Gan Style, pero fue maravilloso, yo quedé feliz. En algún momento tuve la intención de hacer algo así, pero mis amigos hombres no apañaban. Se nos fue el día, llegó la noche y a eso de las 23:00 horas ya la fiesta se acababa; había sido un día maravilloso, pero era hora de la noche maravillosa. Por lo tanto, nos subimos al auto, y fuimos a hacer efectivo uno de nuestros regalos hecho por mis amigas de la vida, a nuestra noche de boda, en el hotel orígenes de Vallenar, llegamos, la pasé en brazos por la puerta de la habitación, dio jugo un rato buscando el inhalador siempre perdido, y lo demás... pretendo cobrar por contarlo, tal vez a primer plano. En palabras cortas, fue un día maravilloso y fue genial vivirlo con ella. Santiago, Celeste y Nico, con sus abuelas.
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