El matrimonio de Andrés y Gianina en Antofagasta, Antofagasta

La crónica de nuestro matrimonio

Mi matrimonio fue espectacular, fue con más de un año de preparación y Dios proveyó para poder hacer lo que siempre soñamos sin endeudarnos.

Fue todo muy lindo, un verdadero trabajo en equipo, creo que este gran evento llamado matrimonio es un ensayo de como trabajará en equipo el futuro matrimonio. Fue interesante verme muy controladora ja, ja, ja y ver que mi novio, ahora esposo, me consentía en casi todo, porque más de alguna vez se impuso en cosas que eran importantes para él y que obviamente se consideraron.

El gran día estaba estresada, no sabía si iba a almorzar (no lo hice de hecho) por los últimos detalles que quedaban pendientes, pero estaba llena de paz porque me iba a unir por siempre con aquél hombre que amó mi alma y yo a él y que ahora nos íbamos a unir por todas las leyes.

En ese momento nos casó la oficial civil, fue chistoso porque se le volaron todos los papeles con el viento y tuvieron que correr a buscarlos al mar ja, ja, ja, menos mal que lo alcanzaron y nos casamos sin problemas. Después hubo una ceremonia de la arena, muy linda y simbólica, puesto que representa la unión de las vidas donde, como la arena, no se pueden separar más. Finalmente se hizo la ceremonia religiosa, donde mi pastor nos casó, fue muy importante para mí eso, fue una ceremonia bellísima, llena de emotividad porque se reconocieron los esfuerzos de nuestras personas más cercanas. Todo eso no duró más de 45 minutos, y como hubo varios cortes y cambios se hizo ameno, todos contentos con el pastor y queriéndose casar por "La Ley de la Arena" como me decían los invitados. La comida estuvo fantástica y el baile muy divertido, la música estuvo espectacular. Bailamos un megamix que incluía cueca, saya, polka y reggaetón para abrir la pista, y el vals me la lloré toda bailando con mi papá.