El matrimonio de Andrés y Joyce en Talagante, Talagante
Rústicos Invierno Amarillo 1 profesionales
A&J
23 Abr, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Ya más relajada luego de volver de nuestra luna de miel, es el momento preciso para poder redactar la crónica de nuestro matrimonio. Como un evento tan importante como este no puede ser preparado de un día para otro, nosotros comenzamos casi nueve meses antes.No es fácil elegir el lugar, los colores, la decoración, destinar la fecha y hora del evento, qué vestido se colocará la novia, qué traje el novio, a quién invitaremos, a quién no, etc. Aquí va la historia, luego de visitar ocho centros de eventos, nos decidimos por el Centro de Eventos Los Huiganes. Ya habíamos escogido con mucha seguridad la fecha del matrimonio, 23 de abril de 2016, ¡ pero si en abril llueve! (decían) a lo que nosotros respondíamos, buuhh, ya han pasado hartos años que no llueve en abril, pero llovió, ¡le achuntaron!Toda la bendita semana antes del evento mirando los pronósticos del tiempo, esperando que cambiara el clima, esperando que Iván Torres se equivocara como siempre, pero no, la lluvia venía, la decoración exterior amenazaba con irse a las pailas, ¿un matrimonio con lluvia? Ya con el estrés a flor de piel y luego de una semana donde casi chocaron al novio, donde me quemaron la piel en la depiladora, donde el fotógrafo decidió irse a otra batalla, entre otros, lo que no podía faltar, un reverendo zancudo decide amablemente picarme el ojo la noche anterior. Sábado 23 en la mañana despierto, el gran día había llegado, cuando siento que no puedo abrir bien el ojo izquierdo, ¡ señores y señoras, quería morir al ver ese ojo mutante! Quería llorar, pero sabía que si lloraba el ojo se me hincharía más, lo que haría que el ojo se viera aún más mutante, así que me contuve. Era el momento de recurrir a los secretos de la abuelita, Dios, machitunes ,o lo que fuera con tal de desinflamar esa cosa horrenda. Ya a eso del medio día gracias a pepino, masajes, cremas, pastillas, etc. la inflamación había disminuido considerablemente, y ya era hora para que la maquilladora hiciera su magia. Es aquí donde entra en juego toda la familia, mientras tu dices ¡aquí estoy! vístanme y jueguen conmigo. Me sentía cual barbie que visten y arreglan de arriba a abajo. Mientras yo estaba arreglándome, mi novio ya iba camino al centro de eventos, la lluvia a chuzos no había ya como pararla, el pobre llegó todo mojado ya que se nos ocurrió poner carteles de madera para que los invitados no se perdieran, pese al casi resfrío que agarró antes del matrimonio, la idea funcionó porque todos llegaron a la hora. Era la hora de partir, el deportivo esperaba por mi, ¡sí! deportivo descapotable que no pudimos ocupar del todo porque estaba lloviendo, pero bueno, son cosas que pasan. Finalmente, la ceremonia y todo el evento se tuvo que hacer al interior del salón, que asombrosamente estaba adornado de una manera muy especial y acogedora. Llegamos en el deportivo al lugar, cuando nos reciben y nos dicen que no podremos entrar porque ya el agua estaba dejando atrapados los autos en el barro ¡no, habíamos pagado un deportivo para llegar en un deportivo!, pero bueno, son cosas que pasan. Imaginen lo difícil de subir a un auto con vestido y luego bajarse, ahora imaginen bajarse del auto y volver a subirse a otro ¡sí!, cual transantiago, tuve que hacer un transbordo desde el deportivo a un 4x4 que me recogió a la entrada del salón porque si entrabamos en el descapotable, íbamos a quedar varados. Finalmente llegué a la alfombra roja, mi vestido algo desarmado, pero nada que unos ajustes de por aquí y por acá no puedan solucionar. Ya era hora de entrar, ahí estaban todos esperándome y mi hombre al frente, el lugar estaba preciosamente adornado, y cual actriz de Hollywood, todos sacándome fotos. La lluvia logró que todos estuviéramos más cercanos y más lo emotiva que fue la ceremonia, dio como resultado un sin número de lágrimas de emoción. Ya más relajados luego de la ceremonia, y como no pudimos salir a sacarnos las típicas fotos, decidimos ocupar el tiempo para sacarnos fotos con todos nuestros invitados. Posteriormente venía la cena y el buffet de postres que estaban deliciosos, comida había de sobra, así que nadie podía decir que tenía hambre. Y finalmente el bailoteo, bailar y celebrar tan hermosa unión. Luego , cuando ya estamos ambos solos, meditábamos y vimos el lado de positivo de todo, finalmente aunque a veces el camino presente obstáculos, no es sinónimo de quiebre o de agonía, el final siempre será hermoso si lo disfrutas y vives como tal.
Servicios y Profesionales del Matrimonio de Andrés y Joyce
Otros matrimonios en Salón de Eventos los Huinganes
Ver todas
Otros matrimonios en Talagante
Ver todas
Inspírate con estos matrimonios
Deja tu comentario