El matrimonio de Angel Baros y Jacqueline Olivares en Calama, El Loa

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un día estupendo y bello, una ceremonia y matrimonio de ensueño. Me sentí una verdadera princesa.

Los nervios no me abandonaron, comencé a sentir una mezcla de emociones, cuando me puse el vestido no sabía si reír o llorar de la emoción. Cuando nos dirigíamos al local en el auto me dieron ganas de comer. Y cuando llegué, comencé a cuestionar sobre cómo me veía si a mi pareja le gustaría mi vestido, mi peinado y maquillaje. Después en la ceremonia, en un momento que me borré y me acordé de mi hermana que estuvo molestando toda la semana con el moño para el auto de la novia y al final se quedó en la casa. Luego volvía la ceremonia con mi mente.

También recuerdo que un momento en la fiesta me senté en el centro del escenario para contemplar cómo mis familiares y amigos disfrutaban de mi fiesta de matrimonio. Fue una noche inolvidable y bella. Disfruté cada momento.

Gracias a ustedes ya que me dieron las directrices para coordinar y realizar cada tarea del matrimonio junto a mis damas de honor y mi familia. Luego volví a entrar con mi mente a la ceremonia.