El matrimonio de Arturo y Andrea en Arica, Arica

En resumen, puedo decirles que lo único que escogí de mi boda fue mi vestido, que por cierto muy alejado de mi vestido de ensueño. Varias fueron las veces en que parecía que mi matrimonio se convertiría en una reunión familiar más de las que acostumbra hacer la familia de mi esposo.

No pude colocar la lista de música que había organizado con tanto esmero, pasando la noche en vela para poner un poco de nuestro toque en la recepción. Tampoco disfruté la comida ya que no la elegí yo, y aunque en el lugar se las arreglaron para darme cosas que pudiera comer, no era lo que yo hubiera querido.

Me hice de fuerza para sonreír, intentar pasar el mejor momento. Lo hice por amor a mi esposo, por respeto a su familia, y por amor a mí misma. Pero fue muy difícil, casi sufrido. En el momento en que firmamos y fuimos legalmente declarados conyugues, solo ahí pude desparramarme en los brazos de mi esposo, en una de las fotos se ve ese momento, y creo que mi cara de ¡por fin! lo dice todo.

Incluso me las arreglé para hacer las cosas un poco a mi manera, sin dinero, realicé mis invitaciones, recuerdos de boda y adornos de mesa con materiales reciclados y un poco de paciencia y creatividad.

Aun sueño con mi boda ideal, no sé cuándo llegará el momento de realizarla, pero si les puedo decir que aun en los peores momentos, cuando todo parece ir mal, al tener muchas personas en contra tuya y de ese momento tan esperado, Dios se las arregla para darte detalles, sacarte una sonrisa y llenarte de ánimos. El siempre coloca personas que te respaldan, en mi caso fue tener a 3 amigos en la boda.

Por ahora puedo decir que casarme es, sin lugar a dudas, la mejor decisión que he tomado en mi vida, pero que en ese día se ejecutó mal. Estoy en espera de celebrar la boda en Colombia con mi familia, con la que espero disfrutar un poco más y poder estar un poco más cerca de ese gran día que con tantas ansias espero.