El matrimonio de Arturo y Bárbara en San José de Maipo, Cordillera
De noche Primavera Morado 9 profesionales
A&B
09 Sep, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Nuestra historia partió a mediados del 2015, y cuando recién llegaba diciembre nos pusimos a pololear. Llevábamos cerca de un mes de pololeo cuando me fui a Inglaterra por unos meses, distancia que puso a prueba nuestra relación y que sorteamos con éxito. Y cuando menos lo pensaba y menos lo pronosticaba, él partió a mi encuentro, para despedirme del viejo continente viajando junto a él. Cuando cruzábamos París, tuvo la romántica idea de pedirme matrimonio frente a la Torre Eiffel y así partió la travesía de nuestro matrimonio.
La planificación del matrimonio fue fascinante, partimos visitando la ExpoNovios el 2016 para llenarnos de ideas y echar a volar nuestra imaginación. Cada detalle fue planificando con mucho tiempo, porque lo que queríamos era tener un matrimonio lleno de sorpresas únicas y que todo resultara perfecto.
Nuestras sorpresas consideraban una alfombra roja para fotografías, que nosotros mismos armamos y el cual resultó todo un éxito, una tómbola con preguntas para nuestros invitados que resultó ser un mar de risas, y muchas manualidades más. Además de las sorpresas que traía el centro de eventos, todo conjugó en que nuestra fiesta estuviese animada en todo momento y recibiéramos muchas felicitaciones de nuestros invitados, como una fiesta única.
Seguir leyendo »En mi historia, lo único que provocó estrés, fue que donde realicé mi vestido, no entendían lo que querían y lo hacían a su pinta. Pero con la planificación, nos aliviamos mucho estrés de última hora.
El día de la boda comenzó temprano, con las tareas puntuales que debían realizarse el mismo día. Mientras el novio salía con mi padre, trataba de ordenar los últimos detalles en casa para que nada se nos olvidara y tranquilamente preparar algo para comer antes del evento. El novio no me dejó que lo viera después de la peluquería, y entró a escondidas a nuestro departamento para llevar su ropa. Mientras tanto, nos enterabamos que los invitados comenzaban a llegar a Santiago, participaban amigos desde Arica hasta Chiloé.
La maquilladora llegó puntual, para comenzar a arreglar a mi madre, y mientras eso sucedía, tenía que lidiar con los contratiempos de qué invitados se bajaban a último minuto, una lástima era perder sus cupos, siendo que dejamos fuera a otros porque no había mayor capacidad.
Estaba calmada, mi novio estaba calmado en casa de mi hermano, por lo que ayudaba a mi padre a arreglar el auto de la novia. ¡Hasta que llegó mi turno de arreglarme! Ahí surgió un poco de ansiedad, pero todo seguía tranquilo, el fotógrafo llegó a tomarnos unas fotografías y en cuestión de segundos ya íbamos camino a la iglesia.
Estaba tranquila, sólo me preocupaban las gotas de lluvia, pero cuando el auto se detuvo, y bajé camino a la iglesia, las gotas de lluvia ya no importaban, y cuando crucé las puertas de vidrio, el mundo se detuvo, las piernas me flaqueaban y la emoción se apoderó de mi, sólo quería llegar a él.
La ceremonia religiosa resultó hermosa, participaron nuestras personas más queridas, lo que la hizo única. No nos dimos cuenta, cuando ya finalizaba la ceremonia e íbamos camino a Casa Bosque, para nuestra recepción. Estábamos en la suite de novios del recinto, cuando nos creíamos que todo ya estaba sucediendo, que todo lo que trabajamos estaba ahora saliendo a su esplendor, la emoción y la felicidad nos embriagaba, la alfombra roja que nosotros mismos armamos, escuchábamos que era todo un éxito y todos querían una foto ahí.
Cuando bajamos al encuentro de nuestros invitados, fuimos recibidos con tal calidez, que sentía que mi corazón explotaba, posterior a eso realizamos el juego de la tómbola, en el cual estaban todos los nombres de los invitados, lo que hizo que todos se sintieran partícipes y rompimos el hielo de unos con otros con preguntas divertidas. Para cerrar el cóctel, preparamos un video, un video que grabamos en la playa, en el cual contábamos nuestra historia y de las cuales escuchábamos las carcajadas a lo lejos.
En la cena, entramos como rockstars desde una escalera. Nos permitimos hacer un brindis, escuchar el brindis de nuestros padrinos y tomarnos fotografías con cada mesa, todo fue breve y resultó perfecto en el tiempo.
Cuando partió la fiesta, comenzamos con nuestros vals clásico para continuar con nuestro vals de la película UP, nadie esperaba que llegáramos con nuestros globos de helio a bailar dicha canción. El baile estaba tan prendido, no había persona sentada, que nos preguntábamos en qué minuto serían las actividades, porque el ambiente estaba muy prendido, entre los juegos de solteras y solteros, los hombres-led, la cabina telefónica y el cotillón, la noche se nos pasó en un suspiro. Pero uno de los suspiros más disfrutados y reconfortantes, vivimos un sueño y lo mejor es que lo continuamos viviendo.
Creo que lo que hizo tan particular nuestra fiesta, fue cada detalle, cada manualidad y cada muestra de cariño.
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