El matrimonio de Benjamin y María Jesús en Santiago, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Fue el día más increíble. Todo fue super tranquilo durante la mañana, hasta que empezaron a llegar la maquilladora, el fotógrafo, etc. Estaban todos tan nerviosos que mi mamá perdió el Uber a la iglesia y mi hermano rompió la llave del auto.

En la iglesia las flores de Tamara eran preciosas. La misa, increíble y el padre Cristian super entretenido y simpático. No podía sonreír de lo nerviosa que estaba, me tiritaban las mejillas, pero vi al Benja y me relajé. Obvio, se le quedaron las argollas, menos mal estaban en el auto y fue el hermano a buscarlas.

Llegamos a la Casona en un auto de Velasco Autos, precioso. Era un Ford en perfecto estado, cómodo y muy bonito. La Casona, un sueño. La decoración, maravillosa. Nos sacamos las clásicas fotos de novios y con la familia. Eso sí, poquitas, porque queríamos estar en el cóctel. Se mueren lo rico de toda la comida: asado y corderos, ¡fueron un 7!

Como novia te dicen que no vas a comer nada: ¡mentira! Comí de todo y mucho. Los garzones se encargaron de que estuviese bien atendida y de estar pendientes de cada paso que dábamos con el Benja.