El matrimonio de Benjamín y Myriam en Pirque, Cordillera
Rústicos Primavera Dorado 6 profesionales
B&M
27 Oct, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Yo creo que la mayoría de la gente planifica su matri con bastante anticipación. Nosotros fuimos en principio parte de ese grupo, reservando con 1 año de anticipación el lugar y la fecha. Pero nos relajamos. Como buenos chilenos, y porque en verdad nunca estuvimos 100% resueltos a casarnos en la clásica modalidad iglesia/fiesta, entre tan poco tiempo para dedicarnos por trabajo/estudio/salidas a terreno. Así es que, claro que estábamos nerviosos, pero menos que días anteriores. Lo más difícil del matri fue lejos los partes, entre que los hicimos a mano y nos demoramos más de la cuenta, vino el tema de la confirmación y reconfirmación, parientes lejanos y no tanto que nos dieron más de un dolor de cabeza. Y, en segundo lugar, las mesas fueron difíciles, pero no tanto (tuvimos sólo dos personas incómodas, lo malo es que se fueron temprano).
Nos casamos el viernes 27 de octubre. Estaba un poco ansiosa por ver al Benja, después de 9 días sin verlo y sin señal, por su geo-salida a terreno. El día "D" venía regresando de Vallenar y me levanté inusitadamente temprano, porque mi hermana me llamó a las 8 de la mañana y porque tenía tantas ganas de verlo. Así que no dormí todo lo que planeaba. Me quedaban algunas tarjetas de agradecimiento por firmar de último minuto. Llega el Benja y empieza todo, desde el depto. caminé a donde mis papás, y Benja se iba al barbero con el padrino y donde los suyos.
Seguir leyendo »A las 13:30 comenzamos con los arreglos en casa de mi mamá, peluquería, maquillaje, etc. Me puse nerviosa cuando llaman los audiovisuales para grabarnos a lo rockstar, y mi hermana me colocó el vestido y salió corriendo a la iglesia. Tuvimos el único gran roce con mi hermana mayor porque el ramo no me gustó (y era parte de la mística sorpresa no verlo antes), y tuve que hacerlo de nuevo en menos de 15 minutos. Lo bueno es que mucho después nos arreglamos y todo bien con las chiquillas.
Mi conductor puntualísimo, llegó a las 4 para que mis hermanas le ayudaran con el rosón y la decoración, se veía impecable, y las vecinas salieron a saludarme cuando me subí al auto, "ya no se ven estas cosas" decían. Me fui con mi papá, y el conductor nos llevó de paseo para hacer hora casi hasta el aeropuerto y era chistoso que todos nos saludaban en el auto.
En paralelo, Benja desesperado, listo desde las 4 de la tarde con el padrino preparado para arrancar, pero igual llega a la iglesia un poco corriendo, nervioso porque su mamá se daba muchas vueltas. Y no quiso partir antes solo con el padrino para no romper la tradición de llegar con toda su numerosa familia. A las 16:45 estaba en la Iglesia esperándome, recibiendo a los invitados que estaban citados a las 17:00 horas. Yo aparecí quizá muy temprano a las 17:15, siempre pensé que no me gustaba la idea de llegar como la típica novia como 40 min tarde, todos me aconsejaban y yo dije “sólo 10 min” para aprovechar la fiesta, pero como llegué sólo 15 minutos tarde y el Benja estaba afuera de la iglesia y me vio, esta vez tuve que ir a darme otra vuelta, ya que casi llego antes que el Benja. Un buen consejo que aprendí de esto es que hay salir con celular (mi papá podría haberlo llevado) y avisar cuando voy saliendo a alguien (mi hermana). Yo no llevé celular y no me sabía el número de nadie más.
Llegamos con mi papá y los ojitos de Benja se iluminaron, fue muy emocionante verlo y me aguanté para no ponerme a llorar. Fue lindo el sonido de "Canon en D" de Pachelbel tocado en piano, hasta que llegué a los brazos de Benja. Fue una ceremonia muy breve y bonita. Saliendo de la iglesia nuestros amigos nos tiraron miles de papeles de colores ¡muy lindos! (hechos por mi sobrina Vale). Nos subimos al auto y partimos a Pirque.
Hicimos el banquete en Casona Larraín de Pirque, que es un lugar impresionante, más aún porque nos tocó un día despejado y muy florido, con poco viento, y adentro es sumamente cálido. La decoración bellísima, todos los detalles maravillosos, decoración rústica, panel de mesas con atril, fotos colgadas, tina con cervezas y hielo (¡lo mejor!), limonadas al aire libre, y el espacio para sacarnos fotos hicieron todo muy lindo. Un asertiva decisión de último minuto fue tener al trío "Cuba ilé" tocando en vivo, entreteniendo a los invitados, mientras nosotros nos sacábamos fotos atrás y todos querían abrazarnos. Improvisadamente, los músicos anunciaron nuestra llegada y todos felices de compartir con nosotros un cóctel muy rico y muy abundante. Hubo mucha improvisación en esto porque no sabíamos por dónde entrar (insisto: no llevé celular), y descubrimos tarde que había una puerta secreta. Mi hermana aperró como coordinadora en todo momento, la pobre. Es clave contar con una delegada en estos momentos (hasta pagó las últimas cuotas de todo, y respondió mis mails, ¡es una santa!).
Fue una celebración muy emotiva, llena de detalles. Desde el video pre-boda, un conmovedor video trailer de Totem Weddings (lejos lo más emotivo) que dejó a todos nuestros invitados con ojos vidriosos, hasta nuestra canción ”Juntos a la par” que toqué en guitarra para Benjamín, que terminó siendo un dúo ya que él iba a cantarme la misma canción como sorpresa. Palabras de hermanos y padrinos me hicieron reír, pero también emocionar al recordar a mi recientemente fallecido abuelo, que no pudo estar, y tantas cosas lindas salen de la gente que a uno lo quiere.
La fiesta tuvo el mejor DJ, con música para todos los gustos, silla musical, ramo de cintas hecho a mano y bien peleado (mis amigas con 4 cintas), guante y penales con premios (pelota, Jager, jabones), que tenían a todos los invitados muy prendidos, nunca pasando hambre con la cena, tremenda torta, esquina de cupcakes vegano/celiacos (hechos por mi sobrina y su clan de amigas protectora de animaels, buffet de postres, estación de café, y el inesperado after-dinner con papas fritas, consomé y churrasquitos que fue lo mejor de la madrugada. Bailamos hasta las 3 y nos arrancamos al Hotel Ritz-Carlton sin ganas de irnos, ¡pero estábamos muertos! Dejamos a los últimos 10-20 invitados solos con una hora más de diversión, perreando hasta la canción de despedida.
Con todo, nos dijeron que nos vieron felices “con ojitos de amor”, y gozamos nuestra fiesta a concho sin importar si se ensuciaba el vestido o terminaba sin corbata el Benja. El 27 de octubre fue sin duda el mejor día de nuestra vida juntos, y ahora caminamos aún más juntos a la par.
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