El matrimonio de Bernardo y Alejandra en Valparaíso, Valparaíso

Después de la sesión de fotos estábamos listos para unir nuestras vidas por siempre, así que Bernardo fue a recibir a nuestros familiares y amigos y yo esperaba con ansias salir y caminar al altar de la mano de mi mamá. Los minutos pasaban y escuché de los organizadores un "¡estamos listos!" y supe que había llegado la hora, 18 hrs. en punto y escuché la canción de la película Breaveheart, que era la canción de entrada de mi marido y luego de unos segundos sonó Open Arms y ese era mi momento de entrar. Iba super tranquila con una sonrisa gigante, di dos pasos y me bajaron unas ganas enormes de llorar, al escuchar la canción y mirar a mi mamá sentí todas las emociones que no había sentido antes, toda esa felicidad era abrumadora, contuve mis lágrimas hasta el final. Llegue al altar y estaba mi marido esperándome y mi sonrisa volvió a aparecer.

Tuvimos una hermosa ceremonia civil y luego de eso realizamos una maravillosa ceremonia simbólica, con el ritual de la arena y de la abundancia, acompañados por cuencos tibetanos. Una vez terminadas las ceremonias salimos del altar con la canción Marry You de fondo y nuestra familia y amigos nos lanzaron pétalos. Luego de eso, los organizadores nos llevaron al salón, para que los viéramos decorado sin gente adentro y nos sacáramos fotos. Se veía tal cual lo soñé, estaba hermoso, todo era perfecto. Después de la segunda sesión de fotos, salimos a saludar a todos al cóctel, todos nos abrazaban y nos pedían fotos, éramos como celebridades.

Finalmente, hicieron entrar a nuestros invitados al salón para la cena y luego entramos nosotros con bombos y platillos. Una vez sentados todos en sus mesas mi madre y mi suegra hicieron un hermoso brindis de honor, todo era demasiado perfecto.

La cena fue maravillosa, todos se reían mucho, pasamos por las mesas y todos nos comentaban lo felices que estaban y lo rico de la comida. Durante el postre, mostraron un video con fotos de nuestra infancia y la segunda parte del video eran fotos de nuestros 5 años y medio de relación. Ese video nos permitió tener presentes a aquellos que amamos y que nos están con nosotros hoy. Después del video pasamos a un momento más relajado y de risas e hicimos karaoke. Siendo honesta a nosotros no nos convencía mucho esta actividad, pero decidimos relajarnos y disfrutar y debo decir que fue todo un éxito. Cantaron 9 personas, todos unos verdaderos artistas. Desde ese día sabemos que tenemos muchos cantantes en la familia.

Llegó el momento de nuestro primer baile y reconozco que eso si me tenía nerviosa, ya que solo habíamos practicado la coreografía 3 días nada más. Mi marido se paró solo en la pista de baile, comenzó a sonar la música y las puertas se abrieron de par en par, tal como lo habíamos practicado, bailamos y salió hermoso, nos reímos y los disfrutamos, lo mejor de todo es que no olvidamos ningún paso. Seguido a este baile, bailamos con nuestros familiares más queridos e importantes para nosotros. Elegimos la canción Thinking out loud para bailar con ellos, ya que dura 5 minutos y eran varios familiares.

Una vez terminados los bailes, dimos paso a la fiesta, fue maravillosa. Bailamos hasta más no poder. Era el carrete más esperado por nuestros amigos, fue realmente épico. Durante el baile hicimos una pausa para cortar la torta, entregar el ramo (el cual decidí entregarlo con la dinámica de las cintas) y lanzar la liga. Después de eso la fiesta continuó, nosotros nos escapamos unos minutos para nuestra tercera y última sesión de fotos bajo las estrellas.

Una vez terminada la sesión entramos a disfrutar el cierre de nuestro matrimonio, tomando unos ricos consomé. Cerré la pista de baile en compañía de mis mejores amigas, ya se habían ido todos y estaban retirando la decoración de las mesas, fue lo mejor, una noche perfecta. No cambiaría nada.

Nos fuimos a nuestra casa, mi marido tardo 20 minutos desarmar mi peinado y debo decir que fue un poco doloroso, pero valió la pena.