El matrimonio de Carlos y Fernanda en Talca, Talca

Al llegar al lugar de la ceremonia, casi casi me pongo a llorar. Ver a mi novio en su traje, el dueto de cuerdas tocando "I cant help folling in love" y a mi papá todo orgulloso a mi lado, realmente me emocionó. Mi mayor miedo era que la oficial del registro civil fuera muy estricta y apegada al guión, pero no. ¡Todo lo contrario! La Sra. María Campos fue muy certera, graciosa y emotiva. Todos los invitados rieron y se emocionaron con su discurso.

Al salir, nos fuimos con Álvaro Tejeda, nuestra fotógrafo, al mirador de viña a hacer una sesión. Creo que esta decisión fue muy acertada, pues nos sirvió para tener un momento de paz e intimidad antes de entrar de lleno al cóctel y la fiesta. Además, quedamos con fotos preciosas.

Nuestra entrada al lugar del cóctel estuvo marcada por "A primera vista" de Pedro Aznar, interpretada por Felipe Abarca, quien además nos acompañó con su voz durante todo el cóctel y parte de la cena.

Honestamente, no comí nada durante el cóctel. Entre saludos por allá y fotos por acá, se me pasó el rato y de repente ya era hora de cenar. (Así que sugerencia: intenten que uno de los mozos los persiga y les insista. (¡Gracias a Dios existen las degustaciones!).

La cena estuvo deliciosa y el salón estaba precioso. Nuestras sinceras felicitaciones a San Martín Recepciones: superaron con creces nuestras expectativas. En este momento compartimos mucho con nuestros padres y recorrimos las mesas conversando distendidamente con nuestros invitados. La verdad siempre pensamos en una fiesta íntima y familiar, casi sin protocolo, por lo que la espontaneidad marcó cada momento. ¡Imagínense que al salón de la cena entramos bailando! Y eso ni siquiera lo conversamos antes. Sólo nos dejamos llevar por Can't stop de felling de Justin Timberlake.

Sobre la fiesta, les puedo contar que me dolieron los pies hasta el día miércoles. Imagínense cuánto bailé. Me di el gusto de disfrutar con amigos, amigas, tíos, mis abuelos, mis padres y obvio, con mi novio, que sacó a relucir sus mejores datos de bailarín. (El menú de trasnoche y el buffet de postres también pasaron desapercibidos para mí, es que no salí nunca de la pista de baile. Les insisto en el garzón a cuestas).

En resumen: Lo pasamos increíble. Me quiero casar 10 veces más. Y si bien en nuestro caso era más que nada una formalización legal, les digo de todo corazón que el amor, el compromiso y el compañerismo se viven ahora de manera diferente. No tengo dudas de que elegí al mejor compañero de viaje.