El matrimonio de Carlos y Raquel en Queilén, Chiloé

La crónica de nuestro matrimonio

Hola! Uff, fué un día de muchas emociones encontradas, pero al final mi felicidad nada ni nadie pudo quitármela, dentro de los preparativos pasan muchas cosas, y en mi caso en algunas me angustió. Mas el gozo del Señor siempre es mi fortaleza, como novia(o) hay que estar preparado para todo, y en mi caso hubieron momentos pencas y bonitos y fué más por las personas que entregamos confianza para la preparación del matrimonio, en las cuales sentí que no fué la mejor decisión, por eso cuando preparen, mejor contratar banqueteria, me refiero a que contraten y no dispongan de personas cercanas pues les pueden fallar. En nuestro caso no teníamos un gran presupuesto, por ende, buscamos amigos de amigos, y es ahí donde hay que tener cuidado.

Mi prima me regaló los peinados de la mañana para el civil y de la tarde para la iglesia, tuve que viajar una hora ida y otra hora vuelta, o sea fueron 4 horas entre ida y vuelta para hacerme el peinado que la verdad no me gustó (quizás soy muy exigente), pero estaba bella igual. El camino al entrar en la iglesia era de pétalos, fué en mi iglesia evangélica donde mis hermanas me tenían esa sorpresa, que la iglesia estaba bellamente decorada en blanco y flores naturales, me sentí feliz al entrar pero con nervios, no pude evitarlo. Es una gran decisión y obediencia al mandato de Dios.