El matrimonio de Carlos y Romina en El Tabo, San Antonio
En la playa Verano Azul 4 profesionales
C&R
12 Mar, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Casarse en la playa no es fácil. Con mi novio decidimos casarnos en la playa grande de Las Cruces en julio del año 2015 cuando me pidió matrimonio en ese mismo lugar, porque nos pareció un lugar significativo y romántico para hacerlo.
Debo reconocer que dada nuestra falta de experiencia, dejamos pasar valiosos meses de preparación, pensando en que durante los meses de vacaciones (soy profesora) podríamos realizar las tareas necesarias. En noviembre comencé a interiorizarme de los pormenores de la organización del matrimonio, para lo que matrimonios.cl fue fundamental. Al inscribirme y ver la lista de gestiones que había que realizar entré un poco en pánico y estuve bastante estresada. Cuando noté esto, contacté varios servicios de wedding planner, pero estaban fuera de mi presupuesto. A la luz de lo cansador y tensionante que fue, si me volviera a casar lo dejaría como un ítem importante para que todo salga perfecto y dejar en las manos de un experto los temas de gestión.
Los trámites para los permisos en la costa chilena son con 3 meses de anticipación, por lo cual comenzamos en enero. Primero se debe pedir la hora del civil. Nosotros elegimos el 12 de marzo de este año, 2016, pensando en que aún hay buen clima y la concurrencia de gente en la playa es menor. En nuestro caso correspondía solicitar la hora en el registro civil de Cartagena, y para el permiso en la playa debimos redactar una carta y entregarla en la capitanía de Algarrobo, quienes a las semanas nos concedieron el permiso, con la condición de avisar además a la alcaldía del Tabo, para evitar que se organizara alguna actividad paralela.
Seguir leyendo »La preparación fue cansadora, porque significó estar en enero y febrero 24/7 en cada detalle, que además debía estar en sintonía con los gustos tanto míos como los de mi novio. Eso hasta que una amiga me recordó que más que sufrirlos se deben disfrutar, ese consejo me sirvió para que el agobio disminuyera y me sintiera más feliz con todo el proceso. Si bien, desde un comienzo decidimos realizar un matrimonio sencillo, frente a cada presupuesto terminamos gastando más de lo que habíamos pensado, por lo demás tuvimos que invertir en varios viajes de coordinación y realizar compras en San Antonio, lo cual comparativamente con Santiago es más caro.
Un par de días antes del matrimonio llegamos a Las Cruces para comenzar a delinear todo lo que habíamos soñado y preparado. El día del matrimonio fue precioso. La mañana estuvo nublada y un par de horas antes de casarnos el cielo se abrió, salió el sol y entré al altar, a los pies de la virgen Stella Maris, con la canción milagro de Lucybell que me cantó mi amiga, profesora de música. La jueza civil cumplió su trabajo de manera diligente y rápida, sin embargo la ceremonia de bendición de argollas que realizó un amigo diacono, le dio la mística y profundidad que hizo a todos, incluyéndonos, emocionarse en lo más íntimo.
La cena y la fiesta fueron lo que esperábamos, todos bailamos y lo pasamos estupendo, bien entrada la noche. Hoy cuando miro hacia atrás, me siento feliz de lo vivido. Es una experiencia maravillosa compartir el milagro del amor. La luna de miel y las primeras semanas de casada han sido un bello desafío porque sabemos que hay que cultivar valores como la paciencia, la lealtad, la creatividad, la responsabilidad, el respeto, pero ante todo saber que juntos estamos construyendo una nueva familia.
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