El matrimonio de Carolina y Said en Limache, Quillota

La crónica de nuestro matrimonio

Mezcla de emociones, sentimientos nunca antes explorados y mucha, mucha alegría. Esto resume la experiencia de mi matrimonio. Ese hermoso día viernes 6 de diciembre 2019, desperté en casa de mis tíos con mucha ansiedad y nerviosismo. Desayuné con ellos y luego fui a prepararme a la casa de mis papás.

A pesar de que tuve problemas con el nudo de la corbata, mi papá me ayudó y nos fuimos junto a mis abuelos en un Uber. Todos me recibieron de manera afectuosa y mostrándome empatía en esa situación je je. Esperar a la novia fue uno de los desafíos más grandes a los que me he enfrentado (pese a que llegó solo 10 minutos más tarde). A Carito la llevó mi suegro en su camioneta Hilux; un detalle que jamás olvidaremos. Luego entró Carito al salón, al verla no pude contener la emoción y alegría que sentí en ese instante.

La ceremonia fue hermosa, mi papá nos dio un discurso y luego tuvimos una sesión de fotos con nuestras familias y con quienes solo asistieron a la ceremonia. La sesión de fotos posterior, fue lo máximo. Estuvimos en la plaza de Limache y en la Calle Tránsito Guerra. Fue muy entretenido actuar para las fotos. Después, llegamos a Campo Verde, el lugar de la recepción. Al bajarnos del auto, nos recibió muy feliz un perrito que andaba por ahí, lo cual fue un detalle no planificado, pero muy propio de nosotros (somos doglovers). Y tuvimos una bella sesión en un sector del local con los invitados (decidimos hacer esto, en vez de las tradicionales fotos por mesa) Además que decidimos poner en el sector de área verde del local, un árbol pintado por mi padre donde en cada rama los invitados debían poner su huella digital y nombre, lo cual completaba nuestro árbol de recuerdo que representaba nuestra unión y todos quienes aportaron a que creciéramos y llegáramos al día de hoy.