El matrimonio de César y Patricia en La Florida, Santiago
De noche Verano Morado 3 profesionales
C&P
14 Ene, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Después de 8 años de relación decidimos casarnos, comenzamos los preparativos en abril para casarnos en enero del 2017, yo en julio ya tenía mi vestido de novia listo, cuando me llevo una gran sorpresa… ¡estaba embarazada! Seguimos con los planes adelante, sólo que tuve que cambiar mi vestido y hacerle arreglos.
Hasta que llegó el gran día 13 de enero de 2017, matriminio civil. Ese día me las corrí todas por que firmamos con mi marido el contrato de compraventa de nuestra casa durante la mañana y en la tarde la ceremonia. Durante la ceremonia me las lloré todas.
Día siguiente, matrimonio religioso. Fue un día de caos, en mi casa había mucha gente, familiares, amigos, etc. A primera hora fuimos con mi marido a dejar los tragos al centro de eventos, ellos ya tenían todo arreglado, se veía precioso.
Luego ir al estilista, arreglarme y pasaba tan rápido la hora, media hora antes de la ceremonia llegaba a mi casa a ponerme el vestido, me ayudaba mi mamá, mi papá, amigas, cuñada, estaban todos ayudándome. No me lo podía colocar, el entrecruzado del corsé no me cerraba, quedaba corrido, quedaba corta la cinta. Cómo no, si tenía 6 meses y medio de embarazo. A veces tenía un poco de panza y otras no.
Seguir leyendo »Se fueron todos a la iglesia, quedé sola con mi padre, estaba muy nerviosa ya era la hora de empezar la ceremonia y yo aún en la casa de mis papás. Tiritaba, parecía el estilo de Betty la fea al caminar. Subí al vehículo y fotos, fotos, fotos. Íbamos a salir camino a la iglesia y ¡el ramo! Se me había quedado. Me pasaron el ramo.
Camino a la iglesia todo ok. Llegamos. Me avisan que el novio aún no entraba, que había problemas. Esperar en el vehículo.
¡Cada vez aumentaba mi nerviosismo! Me preguntaban de los recuerdos, yo me acordaba que se los había pasado a mi prima. Ella se encargaba de ellos.
Entrar a la Iglesia y ver a sólo la mitad de tus invitados, miles de cosas pasaban por mi cabeza, mi corazón latía vigorosamente, no sentía mis piernas, apretaba el brazo de mi padre, los nervios invadieron mi ser, al frente del altar estaba mi marido corriendo en mi búsqueda. Sofía se movía en mi vientre, ella la invitada especial no se perdía ningún detalle de sus padres.
Al padre no se le entendía lo que hablaba (entre un español poco entendible y como que le caía la placa). Ya éramos marido y mujer por las 2 leyes. Damos vuelta hacía el público y estaba llena la iglesia. Todos aplaudiéndonos felices. Luego fuimos a la sesión fotográfica a los pies del Cerro Minillas para continuar al centro de eventos.
En el centro de eventos todo salió perfecto, con algunos detalles en mi persona. Todo por estar embarazada. El brindis fue con seven up, lo más parecido a la champagne, no pude comer caviar, ceviche, postre de pisco sour, salmón entre otros. El vals tuvo que ser corto por la bebé. Y tuvieron que acostar la silla para la liga. Fue entretenido. Lo pasé muy bien. Día inolvidable.
Me volvería a casar nuevamente pero esta vez sin estar embarazada.
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