El matrimonio de Charlie y Angélica en Quintero, Valparaíso
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C&A
11 Mar, 2016La crónica de nuestro matrimonio
El día de mi matrimonio fue tal y cómo lo soñé. Nos casamos por el civil, pero hicimos una ceremonia al aire libre. Fue el día viernes 11 de marzo de este año. Con mis hermanos y amigos llegamos el día anterior para acomodar las cosas en el centro de eventos Hibiscus, que queda ubicado en Quintero.
Nos levantamos el día viernes a las 7 am más o menos. Comencé a arreglarme temprano y mi hermana no me dejaba mirar por la ventana de la cabaña, porque estaban todos corriendo afuera de un lado a otro.
Comenzaron a llegar los invitados (porque se quedarían allí todo el fin de semana en las cabañas). Pasaban las horas y estaba muy nerviosa, porque nunca salió el sol y mi vestido era tipo strapless.
El día estaba nublado y con mucho viento. A eso de las 4 pm, los invitados comenzaron a instalarse en el área de la ceremonia. Llegó mi papá con la oficial civil y empezó a sonar la música para que entrara mi novio.
Mi papá me fue a buscar a la cabaña junto con mi hermana, mi dama de honor. Estaba nerviosa, impaciente, con un nudo en la garganta.
Seguir leyendo »No sé cómo explicar lo que sentía al avanzar al lugar. Estaban todos allí, toda la gente que me importaba, la gente que más quería.
Todos mirándome fijo. Algunos con sonrisas de oreja a oreja y otros con lágrimas en los ojos de felicidad. Tenía un nudo inmenso, controlando todo el rato mis ganas de llorar para no correr el maquillaje. Todo lucía hermosísimo.
El altar estaba bajo unos frondosos árboles, el pasto se veía muy verde a pesar de que no había luz del sol. Los adornos florales eran maravillosos y a lo lejos lo veía a él. Ahí estaba mi novio, con esa cara que siempre pensé que pondría al verme llegar. Con ojitos brillosos y sonrisa nerviosa, igual que en las películas románticas que vi tantas veces.
Comenzó la ceremonia y siempre estuvimos tomados de las manos. Y cuando la oficial dijo "los declaro marido y mujer". Nos dimos un beso mientras sonaba la canción "Somewhere over the rainbow". Giramos para caminar por la alfombra y toda la familia estaba emocionada. Nos tiraron pétalos de flores mientras salían burbujas desde una maquinita en una esquina. Al terminar el camino, todos se acercaron a saludarnos y abrazarnos.
Luego caminamos al coctel y tuvimos una sesión fotográfica. Al terminar el brindis y las fotos, ingresamos a la carpa. El lugar se veía maravilloso, con esos adornos de flores, la pista de baile y la música que sonaba de fondo.
La cena estuvo exquisita y la fiesta aún mejor. Al final no sentí frío en ningún momento y pude lucir mi vestido todo el tiempo sin tener que ponerme un abrigo.
¡El matrimonio duró más de 12 horas! Y lo mejor, fue que todos los invitados se quedaron en el lugar, así que seguimos celebrando y disfrutando durante todo un fin de semana con asado campestre y juegos.
Estoy muy feliz de haber confiado en mis proveedores, en mi familia y amigos, que hicieron que aquel día, fuera el más hermoso de todos.
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