El matrimonio de Claudia y Diego en Graneros, Cachapoal
En el campo Primavera Morado 4 profesionales
C&D
19 Nov, 2022La crónica de nuestro matrimonio
Tras 8 años de pololeo, el 10 de diciembre de 2020 en plena pandemia le pido matrimonio a Claudia a los pies del glaciar La Paloma en el cajón de Cochamó, a lo que ella me da la respuesta más esperada, un rotundo "Sí". Pasamos a ser novios y empezamos a programar la mejor fecha.
Visitamos lugares y cotizamos alternativas para el gran día. Hasta que llegamos a la conclusión que lo más conveniente (y sorprendentemente "económico") era un servicio integral en un centro de eventos. Llegamos a Los Tres Caminos y decidimos que la mejor fecha sería en primavera, noviembre para no entorpecer vacaciones y fiestas de invitados. Dado que estábamos en plena pandemia lo atrasamos lo mayor que nos permitieran la ansiedad, 2022 sería el año elegido y afortunadamente no nos equivocamos.
Ya con un servicio integral, sólo quedaba preparar los detalles; vestimenta, fotografía, recuerdos, lista de invitados, catequesis de matrimonio, y claro, armar la ceremonia y fiesta a nuestro gusto.
Así fue como a lo largo de 1 año fuimos preparando todo con detalle, para que nada se nos escapara, ahorrando una cuota mensual en una cuenta común, revisando bailes, decoraciones, sugerencias y toda la información que hay en internet sobre matrimonios. Cambiamos de ideas muchas veces y nos llevó tiempo tomar decisiones, pero logramos que nuestra imaginación (con el apoyo de todos) hiciera realidad un evento único.
Seguir leyendo »El gran día nos despedimos más tarde de lo pensado, a las 15:00 hrs. con Claudia preparando su maquillaje y peluquería; yo mientras relajándome un rato para despertar a las 17:00 hrs. y recién vestirme. Ambos no conocíamos nuestros trajes, era parte del juego y la sorpresa.
A las 18:30 sale la van que me lleva junto a mi padre y hermanos a Los Tres Caminos. Llegamos a las 18:50 y empiezan los nervios. Saludaba a los invitados evitando sus abrazos, aunque los necesitaba, sólo quería estar impecable para la llegada de ella.
La orquesta dirigida por Mauricio ya estaba lista; Emilio, nuestro diácono, tenía las palabras precisas para la espera. Y listo, de la nada son las 19:25 y debo tomar posición para ingresar junto a mi hermana por la alfombra roja. Sabía que Claudia venía cerca.
Son las 19:32 y Claudia llega en el convertible blanco que manejaba mi mejor amigo Joaquín. Se baja junto a su padre y tras unos breves arreglos comienza a caminar a través del arco. Se veía hermosa, el vestido, el maquillaje, su pelo, pero sobre todo su sonrisa me hacían recordar los 10 años que llevábamos juntos, la mujer de la que me enamoré y que día a día me vuelve loco de amor; este día no era la excepción.
Su padre me la entregó y la sonrisa se nos tatuó en la cara al menos por las 9 horas siguientes. Al parecer era contagiosa porque donde mirábamos, nuestros 100 invitados nos correspondían con emoción y felicidad. Pablo Saró, nuestro fotógrafo y Caro, su mujer, a cargo del video, capturaron con total acierto esas emociones.
Las palabras de Emilio fueron precisas, las argollas quedaron perfectas, los padrinos, pajes, invitados y todo el mundo lo estaba disfrutando. De fondo se veía el sol tras los árboles, a un lado escuchábamos la sutil música del violín acompañado por el piano. El viento jugaba su papel también para refrescar; y el conjunto de todo creaba un ambiente digno de la mejor película romántica.
Luego siguió la sesión de fotos nuestra, el cóctel y las fotos grupales.
Sin darnos cuenta estábamos bailando el vals, haciendo un brindis y cenando mientras compartíamos con todos.
Llega el momento de nuestra coreografía de baile y a pesar de que la habíamos ensayado poco, salió perfecta sólo por las ganas, naturalidad y amor que nos llenaba.
Comienza la fiesta y nada más que decir que fue mejor de lo que hubiéramos podido imaginar. Diversión, adrenalina, romanticismo, sabores y muchas historias que todos nos llevamos para compartir y contar por siempre.
Las nueve horas pasaron volando, todos queríamos seguir de fiesta, pero a las 05:00 am ya era hora de ir a dormir.
A las 11:00 am despertamos en Hotel Piedra Verde, Machalí. Y a las 14:30 hrs. estaba despegando nuestro avión que nos dejaría por 8 días en el Cusco, Perú, comenzaba la Luna de Miel y ya caíamos en la realidad de que estábamos por fin casados y pasábamos a ser Sr. y Sra.
Ahora en casa, ya más tranquilos, escribiendo nuevos proyectos; hijos, viajes, estudios, carrera, diversión y sobre todo amor, mucho amor que nos alimenta cada día y revalida una y otra vez nuestra decisión. ¿Felices por siempre? Espero que no, para tener certeza que esto es totalmente real. 10 años hacia atrás y toda una vida hacia adelante, de aprendizaje, crecimiento y fidelidad. Mi compañera, mi eterna polola, Te Amo mi Clau.
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