El matrimonio de Claudio y Carol en Limache, Quillota
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C&C
01 Feb, 2020La crónica de nuestro matrimonio
Mucha felicidad y amor... No sé cómo comenzar... Luego de tantos meses de preparación y cada detalle y cada instante que se quiso lograr en nuestro gran día, lejos, se cumplieron todos con creces. Nuestro matrimonio fue increíble, hermoso, genuino, rodeados de los más cercanos y amorosa familia y amigos, quienes muchos de ellos, sin creer en la iglesia, se hicieron participes en la ceremonia.
Pasaron muchas cosas inesperadas de igual manera, pero ya estando entregada a lo que se venía, tomé todo con calma y tranquilidad. Mi esposo estaba super nervioso, yo me retrasé saliendo, ya que mi papá iba a dejar a mi madre, hijos y madrina a la iglesia, y luego cambiaba de auto y venia por mí, así que eran las 17:30 y mi madrina me apretaba el corset del vestido.
Al llegar a la iglesia y al bajar del auto, un viento fuerte me sopló la cara y el velo que casi sale volando por los aires, pero ahí mi madrina estuvo para arreglarme y hacer el ingreso.
En ese momento realmente no ves a nadie y a todos a la vez, que te gritan y que se emocionan. Yo no veía a mi marido, que como era abierta la pérgola, él al modo gitano estuvo todo el rato dando la espalda, para no ver cuando me arreglaba el vestido, el velo y que fuera la sorpresa de verme frente a él, hasta que mi padre me entregó y solo atiné a mirarlo a los ojos y darle un beso breve, que no aguanté de no hacerlo, y él solo apretaba mi mano y no paraba de decir que hermosa me veía.
Seguir leyendo »La ceremonia fue muy emotiva y también muy entretenida. El diácono, Jaime, se encargó que fuera muy íntima con detalles nuestros que sacaron más de una risa, hizo que participaran nuestros hijos en la ceremonia. Mi hija, Ignacia, muy emotiva se la lloró toda y mi pequeño Enzo sacó aplausos y carcajadas con su manera tan particular de ser.
Luego la recepción y celebración fueron fabulosas, los momentos de video que mostraron nuestras imágenes, la cena, los postres, la torta, nuestro baile, la fiesta… Todo sin duda fue maravillosamente mágico. Los invitados quedaron fascinados con todo el trabajo de fondo que había, ya que la celebración la realizamos en nuestro hogar, en donde montamos casi un centro de eventos para que todo fuera cómodo, bello y acogedor.
Sin lugar a dudas, que estábamos muy cansados con todo el trabajo previo, pero finalmente con mi marido quedamos felices de la celebración, de los resultados y que ha sido un día tan maravilloso que nunca olvidaremos y que muchos de nuestros familiares y amigos jamás lo harán.
Somos afortunados quienes encontramos el matrimonio en nuestras vidas con ese ser tan especial y único que ha llegado para quedarse... La felicidad y el inmenso amor sobrepasa y desborda, por ello y para siempre... ¡qué vivan los novios!
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