El matrimonio de Cristián y Paulina en La Unión, Ranco

El evento era a las 3 de la tarde, traté de estar ayudando hasta el último momento. La maquilladora llegó muy temprano a las 9 de la mañana, la verdad no estuve nerviosa y agradezco eso, porque me estreso muy fácil y siento que no lo habría disfrutado tanto como en verdad lo hice. Mis damas de honor y yo estuvimos listas a las 2 de la tarde, bien temprano. Todas las mujeres estaban maquillándose y arreglándose en una cabaña y los hombres en otra, fue un momento muy lindo, todas acompañándonos y ayudándonos. Los fotógrafos fueron a vernos mientras todo eso sucedía, y los invitados fueron llegando de a poco en auto, nadie se perdió.

Cuando comenzó la ceremonia, nos trasladamos en auto con mi papá y las damas para que nadie nos viera, los invitados estaban muy curiosos. El lugar fue decorado con mucho amor por todos nosotros, pero ya era hermoso de por sí, en un rincón rodeado de árboles nos casó un hermano de la iglesia. Cristián hizo la entrada con su mamá, luego sus padrinos y después mis damas, cuando entré yo con mi papá una amiga mía tocó el violín una hermosa canción que se llama The Swan, de Camille Sains Saens.

Llegué y bueno, creo que las fotos también capturaron a la perfección todo, palabras hermosas leídas por nuestro hermano que nos muestran la visión del matrimonio para Dios, y cómo este diseño viene directamente desde su corazón para nuestra formación. Entró el paje con los anillos y dimos nuestros votos, palabras hermosas de mi esposo que me conmovieron hasta las lágrimas. Nos entregamos los anillos y salimos.

Después, nos dirigimos con los fotógrafos a la sesión de fotos, buscamos en Google lugares bonitos y así llegamos a un lugar que se llama Las Turbinas, ubicado en La Unión. Toda la sesión fue muy entretenida, nos hicieron sentir en confianza y las fotos fueron preciosas.

Luego volvimos al centro de eventos, donde fue el brindis y discursos de mi hermana y mi suegra (también lloré mucho ja, ja, ja), nos tenían de sorpresa un video y nos sentamos a cenar. El resto de la noche fueron juegos, baile, fotos y mucha comida. Fue un día súper lindo, disfrutado y regaloneado con nuestros seres queridos. Fue perfecto en su imperfección.