El matrimonio de Daniel y Camila en Maipú, Santiago

No tuvimos fiesta con baile, así que organizamos juegos, como el juego del espía y a cada mesa entregamos un sobre pidiendo fotos de momentos que se vivirían durante la celebración. Fue muy gracioso ver como se las ingeniaban para crear momentos que aún no ocurrían, solo para tener las fotos y ganar.

También tuvimos el infaltable karaoke y descubrimos varios talentos. Y finalmente tuvimos una piñata, nos vendaron los ojos y el primero que llegaba a un bate podía pegarle a la piñata. Fue muy entretenido ver como todos disfrutaban recoger dulces.

Para el final el ramo de la novia. Lo encerramos en una caja de acrílico con cadenas y un candado con clave. Las chicas que participaron tomaron un número al azar y una a una intentaron abrir el candado. Fue muy entretenido ver la emoción de cada una queriendo tener el número correcto.

Para los solteros, una camiseta de fútbol. Para que no pelearan por ella, hicimos un concurso en el que debían recorrer una distancia con un limón en los tobillos. Eso fue muy gracioso, caminaban como pingüinos.

Todos nuestros invitados quedaron muy felices y hasta hoy recuerdan ese día con mucha alegría. Hubo mucha entretención, la comida estuvo muy rica, el espacio, las luces y decoración hicieron de ese día algo muy especial.Estamos muy felices de haber elegido ese lugar y productora. Fue un sueño hecho realidad.