El matrimonio de Eduardo y Constanza en Coquimbo, Elqui
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E&C
19 Mar, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Después de dos semanas caóticas, llego el día sábado 19, para el que tanto habíamos trabajado. Con mi pareja nos separamos en la noche para cada uno dormir en la casa de sus padres. Despertamos yo angustiada porque me faltaban postres para el buffet, y mi mejor amiga me llama y me dice que ella me lo solucionará comprándome pie, tartaleta y otras cosas. Me bañé, llegó la chica que me maquillaría, que fue un amor y me tuvo muy tranquila, y Daniel nuestro fotógrafo y un gran amigo de años, quien se reía de mi estrés, pero no dejaba de disparar con la cámara. Ahí estaba yo con mi cel, dando órdenes, llamando y afinando los detalles, ya que mi matri comenzaba a las una. Nos arreglamos junto a mis hermanas (somos 4), mi mamá y mi hija. Y tipo 11:30 llegó mi papa a buscarnos para llevarnos al Molle, donde nos casaríamos (como a una hora de mi casa). El viaje fue terrible, nos retrasamos, estaba muy nerviosa, y mi novio me llamaba que donde estaba, que necesitábamos empezar. En el camino mi papa me pidió saber con que canción entraríamos y se la mostré (Can't help falling in love de Elvis Presley) y estuvimos todos a punto de llorar en el auto, por lo que tuve que apagar la música y mi hermana puso el primer tema movido que encontró en la radio y empezamos todos a bailar, tratando de pasar los nervios. Llegamos y de ahí ya todo fue tranquilidad. Mis amigas ayudándome al bajar, todas las personas que queríamos en esa pequeña capilla, solo veía sonrisas y caras de emoción al pasar por el pasillo, para luego encontrarme con la carita de Eduardo y sus ojitos brillantes. La misa fue hermosa y cortita, me encantó. Con palabras muy profundas. Al salir nuestros amigos estaban allí tirando burbujas y pétalos de flores. La recepción fue alrededor de la piscina (entramos con la canción Kiss me de The Cranberries) y el día acompañó mucho ya que hacía mucho calor. Allí entregamos sombrillas, abanicos y sombreros de regalo, hubo una mesa de bienvenida y una zona con muchos carteles para fotos que a todos les encantó. En el almuerzo hicimos asado, para hacerlo bien campestre, el salón y el lugar en gral, estaba lleno de flores y colores, se veía hermoso. Luego de la comida vinieron los brindis, fue muy lindo y emocionante, de hecho todos lloraron y reían según se iban dando los discursos. Después del almuerzo invitamos a todos a la pista de baile, en donde nuestros amigos nos tocaron y cantaron el vals (La vie en rose de Louis Armstrong), salió hermoso y fue muy romántico. Luego de esto se abrió el bar abierto, la pista de baile (con talento de Tv-Willie Colón) y la cabina fotográfica, ahí comenzó la celebración a full, nos reímos un montón, bailamos, cantamos, compartimos con quienes mas queríamos y lo mejor que todos se sintieron bien. Después del matri solo hubieron comentarios positivos y nos decían que era el mejor matri al que habían ido. Nosotros también lo sentimos así, un recuerdo hermoso, el día se pasa volando. Como me gustaría vivirlo de nuevo, ahora cada vez que nos acordamos nos reímos y a pesar de que faltaron un montón de detalles o cosas que estaban planeadas y no se hicieron como correspondían, solo nosotros lo notamos, nuestro día fue perfecto.
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