El matrimonio de Erik y Karen en Antofagasta, Antofagasta

El GD comenzó afinando detalles, con mi suegrita linda preparando delicias suecas para el cóctel de recepción, haciendo mi ramo de novia y mi esposo llevando algunas cosas al salón. Algo que marcó nuestra mañana fue que me llamó un videógrafos de bodas (proveedor de la página) y que estuvo interesado en nuestra historia de amor desde el inicio, pero por presupuesto no contábamos con fotografía ni con video, él nos llamó con una super oferta y aceptamos. Tenemos un resumen maravilloso de nuestra boda soñada. A media mañana llegó la chica que me haría las uñas, maquillaje y peinado, todo lo hicimos con calma y sin estrés, disfruté de ese momento con tanta calma. Creo que estaba calmada porque tal vez no podía comprender que ese era el día por el cual habíamos esperado. Estuve lista una hora antes que el novio. Cuándo me vi en el espejo lista se me cayeron unas lágrimas frente a mi mamá, quien se arregló conmigo. Una vez a solas le confesé que no podía creer que esto era real, que estaba pasando y que nos estaba pasando a nosotros. En privado o con mis más cercanos suelo ser muy loca, inventar canciones y cantarlas muy, muy mal, ser dramática e inventarme mis propios teatros con diferentes personajes, bailar sin ritmo y moverme de una forma loca... así que ahí, vestida de novia a punto de llorar bailé al ritmo de mi propia canción mientras mi mamá se reía y me decía "no puedo creer que sigas haciendo esto y que lo hagas a punto de casarte. Espero que Erik esté al tanto." Nos reímos y entro mi papá, el hombre que me ha cuidado toda la vida y del cual me siento profundamente orgullosa. Nos miramos mientras mamá se iba y me preguntó si estaba tranquila, respondí que me quería ir ya a la ceremonia y se rio, me abrazó y nos tomamos nuestra mejor foto. Íbamos en silencio bajando hacia el primer piso y yo mentalmente rogaba que nadie subiera al ascensor. De camino a la ceremonia de "reojos" miraba a mi papá leer su discurso, veía su carita llena de emociones y sus ojitos tratando de leer en con el movimiento del auto. Miré al frente y le dije: "Papá... nos vamos a casar. Me voy a casar, ¿lo puede creer?". Él me respondió: “no, yo tampoco” y tomó mi mano. Llegamos a la ceremonia y no podía hacer mi entrada, ¡mi mamá no estaba! Había un accidente en carretera y mamá estaba atrapada en el tráfico. Llegó unos minutos tarde, corrió a su asiento. Y todo comenzó, el padrino de bodas cantó hermoso. Cautivó a todos cantando en sueco. Nosotros camino al altar a punto de llorar, mi papá me dice que como lo ensayamos, que vamos muy rápido, pero yo casi que me fui corriendo al altar. Y ahí estaba él, mirándome, mirándonos con tanto amor. Era nuestro día, estaba pasando. Nuestras vidas se unirían en una sola. Seríamos familia, ¿algo más maravilloso que eso?

Como ya escribí unas líneas más arriba, tenemos un registro hermoso de nuestro GD, lo cual fue genial, porque debido a los nervios no recordábamos mucho de la ceremonia. Como ustedes saben, somos cristianos y en nuestra unión exaltamos y testificamos acerca del amor de nuestro Dios, cantamos alabanzas, tuvimos lectura bíblica y en lo simbólico tejimos una trenza de tres hilos que hace alusión a nuestra unión Erik, Dios y yo, todo salió hermoso. ¡Estábamos casados!

La cena estuvo riquísima, la decoración de ensueño. El salón estaba lleno de detalles hechos por nuestras manitos y cada rincón hablaba de nosotros y nuestra historia. Todo esto estuvo a cargo de un proveedor de esta página.

Inauguramos el salón con nuestro vals, digamos que fueron pasitos de movimientos románticos, porque de vals solo teníamos el tambaleo.

Durante la cena cada invitado tenía una misión, algo que hacer como: contar un chiste, bailar un pie de cueca, aprender una frase o palabra en sueco/español, gritar C - H - I, cantar una canción, hacer una clase de zumba y más. Pensamos una misión especial para cada uno de nuestros invitados y resultó genial.

Usamos la forma sueca para los discursos, en medio de la cena salieron adelante mis padres, los de mi esposo y nuestros hermanos mayores. Fue hermoso ver a cada uno hablando en forma especial para nosotros. Nos preparamos antes y una amiga tradujo los discursos que proyectamos para que todos al menos pudieran tener una idea de qué hablaba cada uno. Ver a mi papá hablar frente a todos fue tan especial.

Continuada la cena y casi al final una amiga y dama de honor nos preparó una video sorpresa super lindo acerca de nuestra historia. ¿Se acuerdan que les dije que los suecos y los chilenos tenían un plan? Bueno, había un segundo video y estaba comenzando super emotivo, cuando de repente se va la señal, algo pasó y veo a mi hermano parado al medio de la pista empezando a moverse, nosotros en shock, empezó la música y todos nuestros invitados a excepción de los más viejitos se pararon rápidamente en la pista de baile y comienzo el flash mob. Estaban todos, fue precioso y emocionante... las damas de honor habían conseguido que los suecos bailaran y eso sí que era difícil. Todos juntos, adultos y niños hicieron la coreografía más bonita para nosotros. Estábamos sentados frente a ellos impactados por todo lo que hacían, fue precioso y emotivo.

La noche siguió con el baile, los abrazos y los te quiero de todos. Todos disfrutaban y nos rodeaban con su amor. Fue una celebración bella, dónde el centro estuvo en el amor, en el nuestro y en el amor que Dios nos entregaba a través de nuestras familias, hermanos en la fe y amigos.

Así terminaba nuestro gran día, el día en que dejábamos de ser novios para ser familia.