El matrimonio de Felipe y Catalina en Puente Alto, Cordillera

El día anterior a mi boda religiosa, estaba muy nerviosa porque nos casamos por el civil a las 08:00 hrs y luego tomamos desayuno y almorzamos en la casa de mi esposo junto a ambas familias, a los testigos, y al padre que nos casaría, el padre Manuel Paz (vicario de la zona oriente) pero también nos faltaban detalles y tuvimos que correr ese día, pero gracias a los excelentes amigos y familia que tenemos, pudimos terminar todo. Mientras estaban haciendo el almuerzo, aprovechamos de ir al supermercado junto a mi esposo a comprar lo que nos faltaba para la luna de miel, quizás eran detalles pequeños pero servían como por ejemplo: shampoo, acondicionador, toallas nuevas para la playa, pasta de diente, etc.

Después del almuerzo y sobre mesa, fuimos a comprar trago a una distribuidora (era bar abierto pero cerveza y espumante no había) y luego mi esposo fue con mi hermano y dos primos a buscar una estufa de patio al homecenter y arrendarla para llevarla al Cajón del Maipo, pero demoraron demasiado en el lugar y luego subirla a una camioneta (amarrarla) y además tenía que llevar el trago, la foto que iba en el centro de mesa, y yo tuve que ir a buscar mi vestido de novia que me acompaño mi hermana (era cerca menos mal y no quise ir a buscarlo antes porque me daba miedo que se me ensuciara o algo) y junto a la ayuda de amigas, suegra, amiga de mi suegra, y mi mamá, estuvimos en la iglesia haciendo los adornos (los ramitos de las bancas, pedestales, arreglos florales, etc.) que compramos el día anterior (jueves 1) en el terminal de flores y terminamos todo a las 00:30 horas. Pero me acordé que me faltaba el video con las fotos, pero ya no tenía cabeza para eso, así que nuestro mejor amigo dijo que él lo haría y sería una sorpresa, pero de igual forma no podía dormir y finalmente me dormí tipo 04:00

Llegó el tan anhelado día, el maravilloso sábado 3 de Octubre, me levanté tipo 11 de la mañana y empecé a depilarme, ducharme, secarme el pelo, alistar los detalles, luego llegó la persona que iba a maquillar y peinar a mi mamá y a mí, y en eso demoramos harto. Lo que hay que tener en cuenta siempre es que la persona que ayude a poner el vestido de novia debe maquillarse al último para no ensuciar el vestido blanco (así lo hicimos pero nos atrasamos, porque luego de que mi hermana me pusiera el vestido, debían maquillarla a ella y ponerse el vestido, pero la pobrecita tuvo que hacer todo muy rápido porque ya estábamos en la hora).

El trayecto de mi casa a la iglesia fue cortito, pero tan mágico y especial, jamás pensé sentir lo que me pasó en ese momento, era tanta alegría a mi alrededor; de mis vecinos, de la gente del camino, de personas que saludaban, de una abuelita que quedó mirándome con nostalgia, y luego la entrada a la iglesia, lo cual yo pensé que lloraría a mares pero no sucedió, solamente sentía que me tiritaba el rostro, pero estaba con una expresión de nervio pero al mismo tiempo feliz. Cuando llegué al altar, sentí un alivio enorme porque ya había pasado lo más cuático y estaba de la mano junto al amor de mi vida, entonces me sentía segura y tranquila.

La misa fue hermosa, y el sacerdote fue fundamental para que así fuera, ya que preparamos la misa con tanta dedicación (nos juntamos con el como 3 veces antes del matrimonio), por ende elegimos a las personas indicadas para leer la lectura, el salmo, oración universal, etc. Elegí amigas que cantaran e hicimos un tríptico con las canciones, por lo cual todos cantaron y realmente fue todo muy lindo, que hasta personas que no son muy creyentes nos dijeron que el padre estuvo excepcional y se notó la dedicación nuestra en ese momento tan especial. Además, mi papito lindo nos cantó el Ave María de Schubert y muchos lloraron de la emoción.

Al finalizar la misa, en el momento de salir, me pasó un percance, iba tan feliz y emocionada que se me olvidó el ramo (lo dejé en la banca) y ya cuando estaba afuera una amiga llegó corriendo a entregármelo, pero bueno, son cosas que pasan y lo fundamental es que ambos irradiamos felicidad y todo el mundo lo notó, y lo más lindo al salir, fue ver a mi alrededor y darme cuenta que muchos familiares y/o amigos estaban emocionados al vernos tan contentos.

Luego, nos fuimos al Cajón del Maipo, al Salón de Eventos el Manzano, y realmente el trayecto fue inolvidable, a pesar de que pasamos a mi casa a buscar las maletas (la de la luna de miel), igual nos encontramos con invitados en el camino, así que nos tocaban las bocinas y todos felices saludándonos.

Llegamos al salón y todo espectacular! linda decoración, exquisita comida (menú campestre bufete), buen animador y dj, excelentes personas atendiendo, todo realmente maravilloso. Solo he recibido lindos comentarios de mi linda boda.