El matrimonio de Felipe y Rommy en Olmué, Quillota
Rústicos Verano Amarillo 4 profesionales
F&R
07 Mar, 2020La crónica de nuestro matrimonio
El día de mi matrimonio empezó súper temprano, ya cada uno estaba en su casa con nuestras respectivas familias. Ya teníamos listo todo lo que teníamos que llevar al local (hicimos muchas cosas a mano, los recuerdos, fotos impresas, kit de baño, etc...)
Llegamos temprano al local Domos lo Guala, Olmué donde pudimos acomodarnos en los domos que habíamos reservado para nuestras familias e invitados que venían desde más lejos. El día estuvo precioso, hacía calor y el solcito nos acompañó para poder refrescarnos en la piscina un buen rato y luego ponernos a montar todo lo que era por parte nuestra (stand de fotos, el altar de cruz, caramelos para el candy bar, etc.) Muchos amigos míos de años anteriores y familiares me ayudaron con el montaje, mientras los demás venían llegando y se instalaban en sus domos.
Mi maquilladora llegó tempranito para probar unos nuevos detalles de peinado (Connie Zchmidt) junto con el equipo de fotografía (Cecilia Estay Fotografía), fue un proceso hermoso, mimado y soñado. Mi maquillaje fue en tonos amarillos con dorado, saliendo un poco de lo normal, ya que amaba ese color. Fueron mis zapatos, maquillaje y ramo los que representaron ese gusto. Fue mi parte favorita, debido a que creo que a toda mujer le gusta tener un momento para ella sola, poder relajarse y que la mimen un rato. Mi vestido me quedaba un poco holgado de los hombros (bajé más de peso de lo que debía, por eso ojo con los nervios y el descuido, una quiere cuidarse para verse mina, pero a veces una se pasa). Pero aún así, amé mi vestido, era único y me sentía tan bien en él que lo disfruté todo el día.
Seguir leyendo »Nuestra ceremonia fue al aire libre en una pequeña terraza de donde podías ver todo el valle y pueblecito de Olmúe, estaba fresco a la hora de inicio (18:30-19:00) y el atardecer dio el toque perfecto a nuestras fotos. Firmamos los papeles del civil (acuerdo para casarse antes por la iglesia que por el civil, esto sirve para aquellos que encuentran fecha para más tarde, busquen su fecha con anticipación) y luego nos casamos por la iglesia con un "ritual" que creamos y escogimos con mi esposo, señalando el manto de Dios que nos cubre en nuestro inicio como uno solo.
Luego de la ceremonia, tuvimos un pequeño paseo dentro del mismo recinto donde nos hicieron una sesión de fotos preciosa, mucha vegetación y el domo de madera les dio el toque bello y rústico que buscábamos.
La recepción estaba bellísima, muy fresco el ambiente y nuestros invitados hicieron más que grato el momento. Tuvimos sesión de fotos afuera del salón con cada una de las mesas, en vez de ir una por una durante la mesa (debido a que queríamos cenar tranquilos junto a nuestros padres), fue una excelente idea, ya que pudimos hacer varias dinámicas y poses junto a los invitados que posaban con nosotros (eso mejoró el orden y pauta de nuestro cronograma y las fotos salieron incluso mejores de lo que esperábamos).
La cena inició como a las 20:00, un buffet de ensaladas y trozos de carne a la mesa, más un buffet de postres y candy bar, dejaron a todos satisfechos más la torta de tres pisos, nadie se quejó por la comida, menos de que era poca. Nuestra torta fue de panqueque manjar/nuez, panqueque naranja y nuestro piso de bizcocho de zanahoria (hasta el día de hoy quiero probarla de nuevo) y terminaba en dos canchitos vestidos acorde como topper.
Las mesas tenían centros de mesa ilusiones con girasoles, y todo con una temática campestre "elegante" donde la arpillera jugó el papel principal. Nuestros recuerditos fueron frascos con infusiones de té y etiquetas a doc con distintos mensajitos, deseando un buen pasar. Y nuestro "libro de invitados" fue un cuadro con corazones de madera donde el invitado colocaba su mensajito en un corazón y lo introducía como una alcancía.
La fiesta fue increíble, creo que nunca había recibido tantos buenos comentarios sobre un evento (fui coordinadora de eventos durante casi 7 años de una banquetera campestre). Mucha risa y por sobre todo mucha felicidad.
El único percance que hubo, fue que hubo un corte de luz media hora antes de terminar el evento, la productora de sonido no se hizo cargo de la devolución, y la banquetera aún queda pendiente.
Pero, ¿la verdad? fue solo un detalle de lo que se recuerda como un día tan hermoso, que recuerdo con nostalgia, pero solo porque quisiera repetirlo una y otra vez. No cambiaría nada, es un sentimiento de dulzura, ternura, demasiadas risas y buena compañía de quienes quisieron estar con nosotros.
Yo y Felipe creo que jamás nos habíamos sentido tan cómodos, no somos de robarnos el foco de atención, menos de que seamos el centro de algún tema, pero ese día, nuestro día; fue único.
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