El matrimonio de Freddy y Eileen en Pumanque, Colchagua
En el campo Primavera Blanco 2 profesionales
F&E
26 Nov, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Quisimos hacer nuestro matrimonio en el campo de mi suegro, en Pumanque, VI Región. El año pasado para la fecha se veía todo hermoso y dijimos por qué no. Pero nuestra idea fue construir nuestro centro de eventos y dejarlo para la posteridad, así que este año nos pusimos las pilas y viajando prácticamente todos los fines de semana (después del trabajo) se avanzó en obra gruesa, terminaciones, con maestros, ayuda de la familia, etc., Fue difícil, parece que no terminábamos nunca, nos estresamos, literal sangre, sudor y lágrimas. Pero valió 100% la pena.
Y bueno, como cualquier matrimonio, tiene muchas cosas que se hacen a última hora o que se dejan de hacer cuando no hay más tiempo. Es como que siempre faltara algo... Además el hacer todo nosotros (salvo banquetería), nos quitó aún más tiempo. Pero no importó, aprendimos a relajarnos si algo no se podía hacer y tratar de que todo resultara lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades.
Cuando finalmente llegó el momento, no hubo tiempo de nervios ni nada, porque teníamos que estar atentos con las cosas que nos faltaban por hacer. Nos acostamos muy tarde toda esa semana (tomamos vacaciones porque somos de Santiago) y nos levantamos temprano ese día, nuestro matrimonio era a las 12:00 hrs. del sábado y había que terminar con todo. Tuvimos poco tiempo para arreglarnos pero ambos somos bien sencillos y enfocados, entonces lo hicimos en tiempo record y quedamos perfectos! Mi novio permaneció en la casa de mi suegro y yo fui donde unas tías a arreglarme.
Seguir leyendo »Hasta que el día fue avanzando, no entendíamos cuando nos decían que los imprevistos existen. A pesar de no tener experiencia en organizar matrimonios ni nada, teníamos todo bien ordenado, pero la clase de imprevistos que se presentan son algo inimaginable, ahora me río, pero hasta lluvia se dejó caer sin haber pronósticos (¡dicen que si llueve el día de tu matri es un excelente augurio!). Teníamos cosas al aire libre, entonces los que se quedaron donde mi suegro tuvieron que limpiar y ordenar antes de que llegara la gente. En resumen: fue una nube gigante que pasó sobre la casa, llovió por 5 minutos como en los mejores inviernos por allá, dejó la crema y después brilló el sol como si nada. Casi misterioso, atribuimos que ocurrió esto porque está al límite de la zona costera (si se avanza más allá se llega a Pichilemu), pero de todas formas fue algo inesperado. Ni siquiera yo que estaba en la casa de la tía en las cercanías me enteré de lo ocurrido, la nube no pasó por allá. Menos mal ¡sino ahí sí que sí me pongo muy nerviosa!
Luego se perdió la llave del generador en la casa de mi suegro, justo ese día porque el día anterior estaba. La red eléctrica no daba abasto para la energía que se requería, por lo tanto era necesario contar con esto. Estuvieron una hora buscando y menos mal teníamos por ahí un experto eléctrico que lo hizo andar sin llave y problema solucionado.
Finalmente coordinamos mi llegada. Hice mi entrada en un carruaje hermoso que nos fue facilitado para la ocasión, pero no fue tan fácil porque el caballo no quería nada. Así que también con ayuda de nuestra familia, llegamos mi mamá y yo (mi papá falleció este año y quería que ella entrara conmigo). Después me recibió mi hermano y me llevó al altar. Olvidé mencionar que nosotros sólo queríamos ceremonia civil porque no somos religiosos, pero le dimos toda la ceremoniosidad al hito de contraer matrimonio. Desde siempre dije que me casaría de blanco; hoy en día no importa el formato, puedes casarte de cualquier forma que prefieras, ¡no hay que pensar que hay límites en eso!
Y llegó el momento de encontrarme con mi novio, fue ahí que me quebré y lloré, había tanta gente presente (unas 250 personas). Verlos y pensar que todos y cada uno de ellos tenían un gran significado en nuestras vidas fue abrumador por un momento, pero cuando empezó la ceremonia se puso todo tranquilo de nuevo y supimos que ya todo estaría bien de ahí en adelante.
Mientras avanzábamos con la ceremonia, almuerzo, etc., si algo no resultaba como planeábamos no teníamos problemas en salir del paso porque somos personas determinadas mi marido y yo (ahora suena bien, ¿no?). No nos definiría como la pareja típica, por eso a todos les puede parecer que lo tomamos de manera muy relajada, pero estábamos decididos a que nada opacaría el día más importante de nuestras vidas. Así que los invitados no notaron problemas y lo pasaron de maravillas, les gustó la espontaneidad y el ambiente. Y como buen matrimonio de campo, ¡algunos se quedaron hasta la hora de almuerzo del día siguiente!
Suena cansador, ¿no? Ordenando más encima hasta que todos se fueron al día siguiente, y el subsiguiente. Pero bueno, el que se casa tiene que estar dispuesto a esto, especialmente si decides hacerlo todo tú porque el esfuerzo es mayor. Pero vale la pena de todas maneras, no estamos arrepentidos de nada y el recuerdo de haber hecho esto juntos, quedará para siempre en nuestras memorias y en las de todos nuestros familiares y amigos.
Como reflexión final creo que la clave de todo esto fue no rendirse ni bajonearse ante nada, ser perseverantes, había que seguir con la ceremonia y celebración no importando qué ocurriera. En este punto nuestra familia y amigos fueron de gran apoyo y todo se desarrolló de maravillas. Decidimos también, como algo personal, pasarlo lo mejor posible porque era nuestro momento, entonces a esas alturas dejamos que las cosas fluyeran y fue increíble. Definitivamente el día más mágico de nuestras existencias, ¡y agradecemos a todos aquellos que nos ayudaron tan incondicionalmente!
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