El matrimonio de Gabriela y Cristian en Coronel, Concepción
Al aire libre Primavera Morado 6 profesionales
G&C
08 Oct, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Nuestro matrimonio para nosotros fue un sueño cumplido. Nuestra historia de amor tuvo de dulce y de agraz. Nos costó muchísimo llegar a este bello momento. Pero como dice mi esposo: "El amor todo lo pudo y es por eso que quimos sellar nuestro amor con nuestro matrimonio y demostrarle a todo el mundo que el amor es más fuerte".
El matrimonio se realizó en el Centro de eventos La Escondida, camino a Coronel. Un lugar bellísimo lleno de verde y locaciones hermosas para las fotografías. Nuestro matrimonio seria al aire libre como siempre lo soñamos. Octubre no era una fecha con un clima muy estable, pero confiamos en que todo saldría como esperábamos.
Cinco días antes de nuestro matrimonio llovía como si el agua la tiraran con balde. Teníamos 120 invitados y muy pocas posibilidades de realizarlo adentro. Con todos los preparativos finales no tenía mucho tiempo para pensar, solo para pedirle a Dios que lloviera todo lo que quisiera, pero que el viernes se detuviera para que el sábado ya no estuviera tan húmedo y pudiéramos realizarlo al aire libre.
Seguir leyendo »Dios escucho nuestras oraciones y el viernes amaneció como si nunca hubiese llovido, el sol se asomaba y mis nervios disminuían. El sábado estuvo parcial nublado con la temperatura justa. Mi mama dice que Diosito nos quiere mucho, el domingo amaneció nublado, ese día nos fuimos de luna de miel. Nuestro vuelo salía a las 17hrs a Santiago y de ahí a Punta Cana... Mi mamá dice que empezó a llover el domingo a la 19hrs ¡y no paró hasta 10 días después!
Volviendo a los días previos a nuestro matrimonio ¡Fue un caos! Como dice mi marido, gracias a Dios esto se hace una vez en la vida porque no creo que podría resistirlo otra vez.
Chascarros ocurrieron muchos, ahora los veo así, porque en ese momento ¡solo quería gritar, arrancar y llorar!
Por ejemplo, tres semanas antes del matrimonio. Mi novio, en ese entonces, ¡todavía no tenía su traje! Lo compró en Baggi en mayo, pero hubo un problema con el pantalón. La talla le quedaba estrecha, y de ese traje no tenían más tallas en la tienda, ¡hubo que mandarlo a pedir a Turquía! Como hombre que es, se desentendió completamente del traje y tres semanas antes le pregunto "cielo y tu traje?”, “¿cuándo vas a ir a retirarlo?", y me mira con cara de espanto ¡Lo había olvidado completamente! Llamó y le dijeron que hubo un problema con su traje. Que no tenían archivado su pedido y que la persona que en ese entonces lo atendió, ya no estaba, ¡lo habían despedido!
Cuando me di cuenta, el horror se apoderó de mí, casi me morí. Llamamos incansablemente toda una semana para que nos solucionaran el tema, ¡el traje estaba pagado y a semanas de casarnos! Finalmente se pudo solucionar el tema. Pero Cris por trabajo pudo recién viajar a Santiago a buscar el traje 4 días antes de casarnos. Tenía que estar un día a lo menos para los últimos ajustes. Todo bien con el traje menos mal. Salvo que unos amigos de Santiago aprovechando que Cris estaba allá, ¡le hicieron una despedida de soltero! Fue tanto el trasnoche y el cansancio, que le costó un siglo despertar y en el aeropuerto se encontró con mi mejor amiga que trabaja ahí, y se pusieron a conversar ¡Se entretuvo tanto la hora que perdió el vuelo! era jueves y Cris figuraba en Santiago (somos de Concepción) ¡Me llamó y yo furiosa! Teníamos ensayo el viernes y él aun en Santiago. Finalmente tuvo que viajar en bus, fue maratónico pero pudimos llegar al ensayo.
Una semana antes empezaron los problemas. Invitados que ya estaban confirmados, cancelando su asistencia a última hora. Armando y desarmando mesas. A mi suegra que se le habían perdido los zapatos y la cartera 2 días antes del matrimonio, yo a última hora terminando los recuerditos, y así un sin fin de cosas. Pero ninguna comparadas a estas situaciones que me pasaron.
Mi mejor amiga, quien me peinaría y maquillaría, la de Santiago que trabaja en el aeropuerto. Una semana antes me dice "amiga no te alteres, pero parece que no podremos ir", como me dice no te alteres pensé yo, a su pareja le habían negado el permiso en el trabajo para viajar y yo, ¡me quería morir! El desastre fue por partida doble. No tendría a mi mejor amiga en mi matrimonio, y tampoco tendría a mi peluquera y maquilladora estrella, ¡todo mal! Ya habíamos ensayado meses antes el peinado y todo estaba coordinado. Me quería morir, ella destruida tratando de pensar una solución. Me decía "tú tranquila, viajaré sola en bus en la noche para peinarte y maquillarte por último y me vuelvo, porque la Mîa (su hija, mi ahijada, no podía quedarse mucho sola, sin ella, y viajar con ella sería un caos, en ese entonces tenía 1 año y 8 meses). Gracias a Dios todo se solucionó. Sebastián dejó literalmente botado su trabajo y viajaron el viernes en la noche desde Santiago. El alma me volvía al cuerpo lentamente. Fue una bendición tenerlos ese día con nosotros.
Otro desastre fue mi manicurista. Ella iría a hacernos las manos y los pies el jueves (permanentes) a mi mama, a mi abuela y a mí ¡Y nos canceló ese mismo jueves en la mañana por problemas familiares! Como no entenderla, eran motivos de fuerza mayor, pero yo figuraba sin manicurista y casi sin tiempo. Pero lo peor estaba por venir. Conversé con Cris sobre lo que me había pasado, me dice pero llama a la chica que le hace esas cosas a mi mami ¡puh! Le envié una fotografía de lo que quería. Y quedamos en que ese mismo jueves en la tarde iría a la casa de mis papas. Cuando me vi mis uñas quede en Shock, ¡era el dibujo de flores de una niña de cinco años! Porque no me dijo que no sabía hacer dibujos y no me hizo una francesa por ultimo. No fui capaz de decir una palabra, miles de pensamientos pasaban por mi mente pero no fui capaz de gritar, llorar o decir una palabra, más encima le pase mi otra mano. Cuando termino, le pague y me fui a mi habitación mire mis unas y llore amargamente ¡La manicura era permanente! no había forma de quitármela ¡No entendía porque todo me estaba saliendo mal!
Finalmente me levante el viernes en la mañana decidida a que no podía el día de mi matrimonio sacarme fotos con mis manos así. Busqué en internet y llegue a un local chiquito de manicura (Luna Nueva en Concepción), donde por supuesto, se rieron de mis uñas. Costo una eternidad sacar la permanente de niño, porque estaba recién hecha. Pero lo lograron y me atendieron super bien, me hicieron reír, ¡me pude relajar y me hicieron un diseño precioso en permanente que me duro casi 1mes!
Después de todo lo que nos pasó previo al matrimonio. Damos gracias a Dios que aquel día fue perfecto. El día estuvo maravilloso, llegaron casi todos nuestros invitados y todo fluyo. Obviamente no exento de " ciertas" situaciones pero que son parte de aquel día y que las recordamos con alegría.
Como que el matrimonio era a las 16:30, y la gente no llegaba y tuve que "esconderme" con mi papa en un parque cercano al lugar del evento. Estuve dentro del auto como 40 min Muerta de calor. Era un auto antiguo por lo que las ventanas se habrían solo hasta la mitad ¡Llegué como tomatito a la ceremonia!
Y cuando Cris se traspapelo en el vals, y en el primer cambio de parejas en vez de sacar a su mama, saco a la mía y termino bailando con mi mama casi toda la canción, y no pudo bailar con su mamá, ¡plop!
¡O el perro de algún vecino que chillaba justo en el momento de la ceremonia! Parecía que lo estaban matando al pobre.
O el mimo que teníamos contratado, con el cual no pudimos juntarnos nunca para que nos pudiera mostrar la rutina. Aquel día el show era harto subidito de tono, pero ya estaba ahí y no había nada que hacer. Igual la gente se entretuvo harto.
Obviamente son momentos que quedaran en nuestro recuerdo, y que reviviremos cada ves que veamos nuestro video o nuestras fotografías. Ahora son anécdotas que no hacen otra cosa que reafirmar que pase lo que pase, ¡nuestro amor es más fuerte!
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