El matrimonio de Ignacio y Katerine en Concepción, Concepción

Luego de la ceremonia nos fuimos en un Chevrolet Deluxe del 1951 color blanco, hermoso. Llevaba tarros colgando y un letrero de recién casado, nos fuimos a hacer una sesión de fotos al lugar en que mi esposo me pidio matrimonio, muy emocioonante.

Días anteriores se no ocurrió contratar una banda de cumbias en vivo, habia que ponerle bueno, total uno se casa una vez en la vida. Así que con todo el estilo paramos en un banco para sacar plata y así pagarles en efectivo, sabemos que es mas fácil manejar efectivo para estas cosas, asi los chicos se reparten ahí mismo la platita, y por temas de locura prebodas olvidamos sacar antes el efectivo. Estuvo genial, fue la mejor inversion de todas esa banda.

Llegamos a nuestro lugar de recepcion y de ahí en adelante fue puro pasarlo bien, hicimos fotos con todos los invitados, el lugar al aire libre sin duda le dió el toque fresco que quería y por su puesto el chico que tocó blues en vivo.

Durante los tiempos en que servían la entrada, cena y postre se nos ocurrió hacer sorteos, para que la espera fuera entretenida. Al entrar al salón cada invitado sacaba un llavero que mi espozo hizo, eran de corcho que el grabó con una impresora laser, puso una imagen, la fecha de nuestra boda y por supuesto un número del 1 al 112 (la cantidad de invitados), muy bellos, y bueno, en los tiempos muertos el animador salía a hacer lo suyo, nosotros escogíamos un número y dependiendo de lo que el animador les hiciera hacer se ganaban el premio, él hizo participar a todos, compramos tragos y chocolates para sortear esa noche.

Luego de la cena fue puro baile, creo que me faltó noche para seguir, me compré una zapatillas super altas y suuper cómodas, recordar, jamás perder el glamour. Baile toda la noche con ellas.

Ese día fue todo, pero todo bello.