El matrimonio de Javier y Natalia en San José de Maipo, Cordillera

Mientras me peinaban y maquillaban todas las mujeres de la familia andaban por ahí arreglándose también, mis pajes revoloteando, el fotógrafo sacando fotos y cada cierto rato entraba alguien a preguntarme donde estaban las cosas. No fue tan tranquilo ese momento como me lo había imaginado, pero yo no estaba nerviosa, solo pendiente de que no se me olvidara nada.

Llegó la hora en que estaban citados los invitados así que mi mamá y mi suegra bajaron a recibirlos y luego bajo el novio también. De a poco me fui quedando más tranquila y finalmente me puse el vestido con la ayuda de mi hermana y una amiga.

El fotógrafo me tomo algunas fotos antes de que comenzara la ceremonia. Le pasé a mi hermana los anillos, el papel donde había escrito mis votos y los globos que llevarían mis pajes. Llegó mi papá a buscarme y en eso recibo el llamado de la organizadora para decirme que debía prepararme para entrar a la ceremonia porque el novio ya estaba haciendo su entrada oficial. Bajamos desde la cabaña y cuando comencé a escuchar la música me emocioné y se me caían las lágrimas. Fue inevitable, es tan lindo ver a todas las personas importantes para mí juntas en ese lugar, felices, emocionados, ver a mi novio ahí parado esperándome, mirándome con tanto amor, ¡es un momento mágico!

La ceremonia civil salió muy bien y luego pasó mi hermano que nos había preparado una ceremonia simbólica con la unión de las arenas. Lo que dijo nos emocionó a todos. No sabíamos que iba a decir, ni lo ensayamos y nos sorprendió, estuvo muy lindo. Luego dio paso a la lectura de nuestros votos, los que logré leer sin interrupciones a pesar de mi emoción y mis nervios. La ceremonia simbólica fue el toque perfecto para que esto no fuera un mero trámite y fuera algo mucho más íntimo y especial.

Salimos entre las burbujas que nos lanzaron los invitados y yo me sentía en las nubes. Nos tomamos unas fotos en el mismo lugar ya que era tan lindo que no necesitábamos salir de ahí y tampoco queríamos perdernos tanto tiempo para poder compartir con todos, así que fuimos a saludar a los invitados y a disfrutar del cóctel con ellos. Todos estaban fascinados con el lugar, con lo lindo de la ceremonia y felices por nosotros.

Después del cóctel hicimos el brindis y luego pasamos a la cena, donde hicimos nuestra entrada oficial como marido y mujer. Todo estuvo rico, abundante y con muy buen servicio. Después de pasar al buffet de postres pasaron los micrófonos por las mesas para las personas que quisieran hacer un brindis. En todas las mesas hubo alguien que habló por el grupo y nos dedicaron muy lindas palabras. ¡Nos encantó que todos quisieran participar! Luego vino el turno de mi hermana, que para su brindis nos tenía preparada una sorpresa. Uniendo música de algunas de mis canciones favoritas, contó un poco de nuestra historia. Fue muy emotivo y muy gracioso también, todos se contagiaron y le ayudaban haciendo los coros, todos riéndose y nosotros estábamos entre lágrimas y risas con mi marido, fue tan lindo e inesperado, ¡uno de los mejores momentos!

Luego pasamos a nuestro baile y el baile con nuestros padres, disfrutamos mucho ese momento más íntimo. Y después, comenzó la fiesta, bailé la primera canción y fui a cambiarme de vestido, al vestido que me había hecho yo, también solté mi pelo, cambié de tocado y volví lo más rápido posible. Bailamos sin parar con mi marido, hasta la hora del ramo, que atrapó mi suegra, la liga, que ninguno de los solteros quiso atrapar y luego partir la torta ¡que estaba deliciosa! La cabina fotográfica ya estaba instalada en los jardines y los invitados fueron de a poco a dejarnos sus fotitos al libro de recuerdos.

Todos se quedaron hasta el final de la fiesta y nosotros estábamos como si nada, pero apenas se fueron todos caímos muertos de cansancio y nos fuimos a descansar a nuestra cabaña. Dormimos felices y los días siguientes durante nuestra escapada no parábamos de hablar y recordar cada detalle de ese hermoso día. ¡Lo disfrutamos a concho, salió todo mejor de lo que nos habíamos imaginado, entretenido, emocionante, hermoso! ¡Ha sido lejos el día más feliz de nuestras vidas!