El matrimonio de Javier y Valentina en Castro, Chiloé
En el campo Verano Rojo 1 profesionales
J&V
24 Feb, 2018La crónica de nuestro matrimonio
Javier y yo nos comprometimos el 18 de agosto, lo que significa que tuvimos sólo 6 meses para planificar nuestro matrimonio, aunque debo admitir que fue tiempo suficiente para preparar todo. Lo principal era conseguir el lugar perfecto para la celebración: un complejo turístico con centro de eventos, cabañas y campo en mi querida Isla de Chiloé. Lo encontramos, allí nos ofrecieron servicio de banquetería, lo que nos alivió bastante pues ya había menos en qué pensar. El menú consistió en asado al palo de cordero y de lechón (aunque había algunos vegetarianos a los que se le tuvo que preparar un plato especial) con papas y ensaladas.
La mayoría de las cosas las hicimos nosotros mismos y con ayuda de nuestros familiares, por ejemplo, las invitaciones, los arreglos florales, la decoración de los frascos que convertimos en floreros, las pizarras para señalizar el evento entre otros elementos de decoración. Todos estos detalles hicieron que nuestro gran día fuera absolutamente propio y personalizado: todo tal cual lo planeamos y mejor, gracias a la enorme ayuda que recibimos de nuestros padres y tíos.
Seguir leyendo »La ceremonia fue emotiva de principio a fin, desde el momento en que me bajé del auto con mi papá y vi a todos nuestros seres queridos allí esperándome, cuando caminé por el sendero de pétalos de colores luego de que mi novio lo hiciera con su mamá. Todo se veía tan hermoso. El arco de flores, los arreglos que decoraban el altar, las pizarras que recepcionaban a los invitados y cada detalle. El momento más emocionante fue el de la lectura de votos, donde a Javier se le quebró la voz y yo luché conmigo misma para poder decir los míos de principio a fin. De fondo se escuchaban los cellos de nuestros amigos músicos, que con mucho cariño prepararon una selección de temas de Bordemar y de Queen que les pedimos con antelación y que dieron un ambiente amoroso e inolvidable al gran momento del "sí".
Otro momento máximo de nuestra celebración fue cuando ambos interpretamos un par de canciones que por varios días preparamos para nuestros invitados, fue muy gratificante que todos pudieran escuchar el trabajo que hicimos con tanta rigurosidad e inspiración; así también fue con nuestro primer baile, optamos por una danza tradicional chilota y terminamos con un baile más alocado donde sacamos a bailar a nuestros padres. La gente se divirtió muchísimo con el espectáculo. Cabe destacar al respecto, que la banda donde tocan mi ahora marido y suegro, fue la que interpretó ambos temas. Ellos previamente también tocaron algunas canciones donde el novio pudo lucirse frente a los invitados.
Un sueño que teníamos para nuestro matrimonio, era llevar a una productora de la V Región en la que trabaja un primo del novio, para así asegurar una fiesta inolvidable y una animación entretenida desde el cóctel en adelante. Habíamos asistido a varios matrimonios y fiestas con ellos y decidimos que tenían que estar en nuestro matrimonio sí o sí. Hicimos unas listas con nuestra canciones y bandas favoritas, que sirvió de base para el DJ, el cual se lució especialmente en la fiesta, con entretenidos efectos, buenos mix y una variedad de estilos. El animador (nuestro primo) cautivó a todos los invitados, especialmente con el baile entretenido, momento en que los novios nos convertimos en instructores de baile e hicimos que hasta nuestros familiares más tímidos bailaran.
En resumen, nuestra boda fue maravillosa y nos llenó de orgullo, ya que muchas de las cosas las hicimos nosotros mismos, además, estuvieron allí nuestras familias y amigos más queridos, la fiesta resultó larga y muy entretenida, la música fue del gusto de todos los invitados, no faltó el trago (cosa muy importante en Chiloé), la ceremonia fue emotiva y muy significativa para nosotros, la comida estuvo abundante y sabrosa, los juegos del lanzamiento del ramo y del anillo de compromiso dieron paso a sorpresas divertidas y por último, al día siguiente la familia cercana pudo disfrutar de un maravilloso curanto que, de seguro, la familia nortina de mi marido jamás olvidará.
Por último, quiero mencionar que el broche de oro lo ha puesto la fotógrafa oficial de nuestro matrimonio, Helena Fitzek. Viendo fotos de otros matriomonios, nos dimos cuenta de lo importante que es contar con un profesional, pues así podemos atesorar aquellos momentos únicos en la mejor calidad. Además, la fotógrafa nos asesoró en temas de imagen, uso del espacio y decoración, ganándose con ello nuestro amor eterno. Aprovechamos los hermosos paisajes de la isla para hacer las fotos de la pareja, en solitario y junto a la familia más cercana. Les dejamos nuestra foto de portada, de seguro les dan ganas de contratar a un fotógrafo como Helena y de casarse en Chiloé.
Llegamos recién de nuestra luna de miel en Pirque, un maravilloso lugar ubicado a las afueras de Santiago donde pudimos descansar, relajarnos e incluso hacer trekking. Nos sentimos plenos y satisfechos con todos los hermosos momentos que hemos vivido juntos en nuestro primer mes de casados.
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