El matrimonio de Johanna y Beatriz en Melipilla, Melipilla
En el campo Verano Naranja 5 profesionales
J&B
04 Feb, 2023La crónica de nuestro matrimonio
Comenzamos a preparar nuestro día 500 y tantos días antes. Sí, mucho tiempo antes, pero somos profes y aprovechamos las vacaciones para dejar más o menos organizado y tal y como queríamos.
Así fue. Contratamos los servicios de JR Producciones que tienen su increíble instalación en la Viña Chocalán. Conocimos a la "tía Ro" que es un hada madrina, y en cuanto vimos el lugar y conversamos con Juan Carlos decidimos de inmediato. Al par de días, igual fuimos a ver otro lugar que era precioso, pero no nos llenó como la Viña, con su paisaje verde, sus colinas llenas de parras, el cielo azul que parecía que caería sobre uno... Lo sentimos en el corazón que ese era nuestro lugar.
Una celebración pequeña, con 60 invitados e invitadas que nos han acompañado y amado en cada uno de nuestros días juntas. Algo sencillo, sin ninguna cosa estrafalaria o adicional. Pasó el año, y sin darnos cuenta, ya no quedaban 500 días, quedaban 100, luego 50, luego 30 y ahí llegaron los nervios y la ansiedad de que llegara pronto el día. La semana anterior al GD fue intensa. Viendo los últimos detalles y logística de cómo y cuándo ir a buscar y dejar cosas, planchar los vestidos (que no vimos hasta que nos juntamos en el altar), llenando de WhatsApp a Juan Carlos que con toda la paciencia y amor respondía y ayudaba a cada cosa que teníamos en nuestra mente, dándonos una casa difícil de describir.
Seguir leyendo »Yo había leído amigas novias y novios que comentaban que habían quedado con una sensación extraña después del matrimonio, con respecto a la actitud de sus invitados o a la experiencia misma, así que igual nos dio un poco de nervios que algo así nos fuera a pasar.
Y así, llegó nuestro sábado. El 4 de febrero a las 17:00hrs dimos el sí ante Dios y ante nuestra familia y amigos. Nos levantamos a las 7.45hrs. Llegó Andrea, nuestra increíble maquilladora y estilista que nos dejó tal y como habíamos imaginado. Llegó tan temprano, porque es tan seca que éramos cinco las personas en la casa que quisimos entregarnos a su arte (Emibeauty por si alguien quiere contactarla). Hizo todo en un orden maravilloso para que ninguna estuviera lista a las 9.30 y después ya no quedara maquillaje o el peinado ya no estuviera tan hermoso. Sus tiempos y su hermana que nos acompañó todas esas horas, hizo todo muy ameno y lleno de cariño.
Mi esposa Johanna estaba nerviosa. Nada paralizante ni nada por el estilo, pero nerviosa, y yo, completamente tranquila. Y eso igual me daba nervios aunque suene contradictorio ja, ja, ja.
A las 15.00hrs estábamos listas. Nos fuimos a la viña Chocalán donde nos estaba esperando nuestra hada madrina que tenía todo preparado hermoso y se preocupó de los últimos detalles que teníamos que montar, como la hermosa torta de Moritas Bakery y los recuerditos y esas cosas. Nos dio una paz increíble así que partimos con Daniel, nuestro fotógrafo (Danielh Fotos o Danielh Boda) a sacar fotos a nuestros vestidos, y luego, a vestirnos sin que la otra se viera para seguir manteniendo la magia.
Nuestras madrinas y hermana nos acompañaron hasta que llegaron nuestros papás a hacer el relevo, así que nuestros 4 padrinos recibieron a nuestros hermosos invitados que a pesar del taco y la distancia, llegaron super bien en la hora a acompañar nuestro matrimonio religioso que era el hito más importante para nosotras.
A eso de las 17.20 comenzó a sonar el Canon in D, de Pachelbel y con mucha emoción, comenzó todo. Marcelo, pastor luterano de la diversidad sexual de la Iglesia La Trinidad de Ñuñoa nos estaba esperando. Johanna entró con sus padres primero. Dejamos pasar varios minutos para que ella llegara al sector del parrón y no verla hasta llegar ahí. Luego salí yo, muy emocionada con mi mamá y mi tía. Se me hizo eterno el camino porque lo único que quería era ver al amor de mi vida y estar con ella. Y cuando la vi, morí en amor. Lloré como si no la hubiera visto en años, sabiendo en cada paso que iba directo a compartir el resto de mi vida con esos ojitos y ese corazón tan hermoso.
Fue una ceremonia hermosa. Llena de detalles. Nuestros padrinos leyeron las lecturas y se preocuparon de todos los detalles que queríamos que estuvieran presente en ese momento. Creo que no hubo persona que no llorara con nosotras en la hermosa ceremonia que presidió Marcelo. Cada palabra con un sentido único, con una asertividad maravillosa, con una alegría y emoción que no puedo explicar. Emocionado hasta las lágrimas igual que todos los demás. La homilía preciosa. Sacó carcajadas, nos hizo cantar y por supuesto, más lágrimas. Y luego los votos. Ese momento tan significativo donde nos prometemos amor ante Dios que bendice nuestro amor, porque es eso y Él es eso, amor. Y nosotras somos luz, que no hay que esconder en un cajón. Somos luz que debe brillar en el candelabro. Simplemente increíble.
El momento de la comunión, con un par de tantas de nuestras canciones favoritas instrumentales acompañando el momento, no sé bien qué palabras usar, pero perfecto se acerca bastante. Y ya luego la bendición final y la salida rodeadas de nuestros queridos y queridas personas, lanzando pétalos en ese pedacito de paraíso coronó el momento al son del mismo Canon in D de Pachelbel, pero versión rockera. La felicidad estaba completa.
Invertimos el momento porque no aguantamos las ganas de saludar a cada uno, así que nos fuimos al sector del cóctel a recibir solo amor y palabras hermosas de cada uno. Saber que para ellos la ceremonia fue tan significativa como para nosotras nos llenó más aún de alegría. Todos emocionados venían con su voz media temblorosa a desearnos felicidad y amor con palabras que están marcadas en mi mente y corazón.
Así que después de un ratito y de unas cuantas fotitos, nos fuimos un poco más abajo a aprovechar la increíble luz de día que nos acompañó a hacer una sesión de fotos que sin haberla visto aún, sé que son preciosas. Y volvimos al cóctel, porque si había algo que nos preocupaba era no disfrutar de cada bocado de amor que había preparado y así fue. La comida, los tragos, cada cosita estaba increíblemente exquisita.
Las fotos formales de rigor y a la carpa. Brindis y vals con nuestra familia. Cada una bailó con su mamá, su papá (en mi caso mi padrino), su hermana (en mi caso mi tía) y nuestros hermanos. Y otra vez, increíble. Cada palabra que recibimos en ese momento, grabada para siempre.
Y pasamos a la cena. Juan Carlos acompañó y sirvió todo el resto. siempre preocupado de que estuviera todo bien, en orden, hermoso. Pero si llegaron hasta acá leyendo que todo había sido increíble, me van a disculpar, pero debo decirlo nuevamente: ¡Increíble todo! No saben (y yo no sé cómo explicar) lo rico que estaba todo. Comimos literalmente hasta que nos dio puntada. Realmente exquisito. ¡La tía cocinera se las mandó! Discursos por mesa que nos hicieron llorar y que por suerte, quedaron grabados. Risas espontáneas, las mesas conversaban y se veían, porque no solo se miraban, se veían y compartían la vida. Se generó una atmósfera llena de amor. Pero de ese amor del bueno. Muchos sin conocerse entre si, los veíamos disfrutar con los otros, abriendo un poquito lo que cada uno era para seguir compartiendo (nuestro y el de cada uno) amor.
¡Y llegó el tan anhelado momento del bailoteo! Zapatillas listas, y nuestro baile. Mi esposa fanática de Friends (pero fanática de que se sabe los diálogos de memoria y si escucha alguna referencia la termina con un comentario de la serie ja, ja) y yo, fanática de Harry Potter, hicimos un mix del vals de la cuarta película y de "La Rutina" de Ross y Mónica. Creo que es uno de los jugos más hermoso y divertidos que hemos hecho. Y los "ñoños" presentes lo amaron ja, ja, ja. Limbo con luces de colores y a darlo todo.
Y así fue. Dejamos los pies en la pista. Estuvimos hasta las 03:00 a. m. bailando, conversando, compartiendo con cada invitado e invitada. Y no dejamos en ningún momento de recibir amor.
Teníamos un ramo con cintas mixto y para todos, que hicimos nosotras y que obviamente se nos enredó pero fue tan chistoso que es solo una anécdota más para atesorar. Cortamos y comimos nuestra hermosa torta, con nuestras hermosas monitas hechas por Alejandra (Ceramikaale) que no habíamos visto hasta ese momento. Su trabajo increíble. El nivel de los detalles de nuestros vestidos, y la coincidencia de las flores , francamente perfecto.
Coronamos la noche, con lo que para nosotras dos fue una de las cosas que nos nació del alma. Le pedimos a todo el staff de JR producciones que viniera a la pista porque les dimos un aplauso y nos sacamos una foto con ellos. No saben lo increíble de cada una de esas personas. Si los matrimonios de cuentos existen, el nuestro fue así gracias a Juan Carlos (que en ese minuto ya no estaba) y a cada una de las personas que trabajan con él. Porque les juro que se siente que para todos ellos, es más que un trabajo. No me explico de otra forma que todo haya resultado tan increíblemente perfecto y maravilloso.
Tenemos el corazón a reventar de emociones y cada una es preciosa. Solo agradecer, agradecer y agradecer. A todos. A nuestros 60 amados invitados, al staff, a Andrea, Alejandra, a Ziamira, a Mi Placard, a Flower Boutique, a Galuboutiquepm , a Nina Nailsbar, Joyas Baron, a Mi Lista de Regalos, a Novios Falabella, a los trabajadores y guardias de la viña, a las personas de aseo, y por qué no, a Ali Express y a Shopee ja, ja, ja. Espero no se me olvide nadie, pero también gracias si se me pasó. A todos.
Y a todas las personas hermosas que nos rodean pero que no estuvieron presentes ese día, si lo han estado en la vida. Nuestros amigos y amigas del trabajo, personas que nos hubiera encantado poder invitar, pero nos acompañaron igual de alguna forma. Necesitamos que sepan que fue netamente por el maldito y vil dinero. Si no, de todas formas hubieran estado invitados. Yo los tuve presentes de alguna forma. Maca, Claudia, Paula, María Paz, Mariana y Polo, Paulina y Tere, Carla, Cata Silva, Cata Sapiente, Cristóbal, Seba, Silvana, Andrea, Bárbara, Naty, Ale, Ángela, Pablo, Christian y Marcela... Son muchos, porque estamos rodeadas de amor. Espero no olvidar a nadie, los tuvimos en nuestros pensamientos y corazones. Gracias por la tarde noche más mágica que va a acompañar nuestros recuerdos el resto de nuestras vidas. Gracias por leer.
Johanna & Beatriz.
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