El matrimonio de Jonathan y Paulina en Arica, Arica

La crónica de nuestro matrimonio

El 29 de agosto se convirtió para nosotros en uno de nuestros días mágicos. El día llegó tan rápido, pero sabíamos que habíamos preparado todo con tanto cariño y amor, que confiábamos que todo saldría hermoso, y así fue.

Desperté y dije, ha llegado el día, el día que tanto soñé desde que era tan solo una niña. Llegó la hora de peinarme y maquillarme y ya me sentía una novia. Jamás me probé maquillaje y vestido juntos, pero cuando lo hice, me sentí tan feliz y tan radiante que sabía que ese día nada podría salir mal y que era nuestro día, mi día.

Llegue a la iglesia y mi novio me esperaba (sin verme), así lo habíamos acordado, el entró a la iglesia y yo esperaba en la puerta, me vio y vi en sus ojitos ese amor único que él puede sentir por mi y dije, soy tan feliz. Desde que decidimos casarnos me preocupé porque soy muy llorona y no quería llorar ese día, y de verdad que en ese momento me sentía tan feliz que logré no llorar, pero si sentía una emoción gigantesca en mi interior,pero nada me quitaba mi sonrisa. Tuvimos una ceremonia tan hermosa, emotiva y llena de momentos inolvidables, acompañados por nuestra familia y amigos, realmente fue de una noche preciosa. Sin duda alguna, no existe nada más hermoso que estar en el altar ante Dios de la mano del hombre que amas.