El matrimonio de Jorge y Roxana en Maipú, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un día especial y esperado... nos levantamos temprano con mi novio para preparar los últimos detalles, si bien hubieron algunas bajas de invitados dada la contingencia nacional, eso no nos amargó el día. Partimos temprano a buscar mi ramo, era insoportable el calor.

Después Jorge se fue donde su hermana a prepararse y fue nuestro último beso como novios, ya tenía mariposas en la guatita. Había que esperar que llegara Mónica la pelu, para que comenzara a realizar esa magia exquisita que se ve en eventos tan importantes como mi matrimonio. Comenzamos con mi mamá, sobrina y mi pequeña damita de honor, al último quedé yo, la hora calzaba precisa, así que nada de nervios hasta ese momento.

El vehículo que me llevaría por ese largo trayecto había sido puntual, una preocupación menos, Karla, la fotógrafa, también había llegado puntual a mi casa, así que alcanzó a sacarme esas fotos que una siempre veía en este sitio... al final era yo la privilegiada.

Ya estaba lista a las 17:45 horas, la última foto con mi hija, reírnos un rato por si me arrepentía y era salir hacia la calle y tomar el vehículo. No niego que me emocioné al ver como una señora de avanzada edad desde la esquina de la casa, me saludaba como si yo fuera una reina de belleza. Estábamos tan adelantados en la hora que nos dimos una tremenda vuelta, en ese trayecto sentía bocinas de otros vehículos, señoras que a lo lejos me saludaban y en mi mente pensaba: "hoy es mi día". Llegamos tan puntuales que debimos esperar unos minutos cerca hasta que llegara la oficial del civil. Mientras tanto mi hija llamó al novio para hacerle una broma (que habíamos quedado en pana) aprovechamos de reírnos.