El matrimonio de Juan y Pamela en Maipú, Santiago

Cuando empezaron a llegar los invitados comenzaron los nervios a full, comencé a enviarle mensajes a mi novio para preguntarle por el fotógrafo y la civil. Mientras estaba en una pieza, esperando el momento, entraron mis hermanas, tías, primas, mi suegra y mi cuñada y, en verdad, las emociones estaban a flor de piel. Todos estábamos muy ansiosos.

Estaba esperando a la civil en una pieza con mi sobrina, ella iba a llevar un letrero anunciando mi llegada. Cuando sube la metre y me dice que había llegado la civil y que había que comenzar la ceremonia. Yo no quería partir sin el fotógrafo, pero lamentablemente la civil no nos iba a esperar.

Bajé al salón y estaba llena de nervios, pero mi felicidad irradiaba en el lugar. Cuando bajé estaba mi padre y mi padrastro, ambos nerviosos por entregarme. Llegué al lado de mi novio y sentí una tranquilidad y calma, pensaba en todo el tiempo que habíamos planeado el evento y ahora estaba ocurriendo frente a nosotros.

La civil nos dice que nos tomemos de las manos, en ese momento pensé que estaba en el lugar correcto y nada iba a cambiar ese maravilloso momento. Por fin nos casamos, luego de diez años de relación. Nos conocimos muy pequeños, en el colegio, y ahora estábamos uniendo nuestras vidas.

Luego del civil, comenzó una pequeña ceremonia religiosa, donde nos bendijeron nuestras argollas de matrimonio. Fue un momento muy especial para ambos. Luego comenzó nuestro primer baile, fue un momento muy hermoso ya que estábamos ya relajados y comenzamos a conversar mientras bailábamos.

La fiesta estuvo realmente muy buena, bailamos y disfrutamos como nunca con nuestros seres queridos, todos pasaron un buen momento y este día será recordado por siempre.