El matrimonio de Juan Pedro y Elizabeth en Peumo, Cachapoal
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J&E
28 Feb, 2015La crónica de nuestro matrimonio
¿Cómo empezar a contar el día más importante de nuestras vidas? Fue todo maravilloso, como siempre quisimos. El día partió con un poco de estrés, la noche del día viernes nos habíamos dormido tarde entre los nervios y las mil cosas que debíamos dejar listas, el sábado, día del matrimonio, nos sonó el despertador a las 7:20, ya era hora de que comenzara el gran día. El novio fue al lugar del evento, ya que el banquetero estaría ahí a las 7:30 para comenzar con todo lo suyo, así que yo como novia esperé en casa para tomar desayuno juntos. En eso comenzó a pasar la hora y el novio se fue a terminar todos los detalles que quedaron la noche anterior, mientras yo ya comenzaba a prepararme, con la ducha y ordenando mis cosas para ir a vestirme en la tarde a la casa de mis padres. Comenzamos a ordenar todo, al medio día estábamos todos en el lugar del evento, toda la familia ayudándonos en cada detalle.
Pasaban las horas y los nervios se empezaban a apoderar de nosotros, habían muchas cosas por terminar, somos demasiado detallistas, pero llegó una hora en la que ya necesitábamos estar en casa.
Seguir leyendo »Ya a las 3 de la tarde aproximadamente yo estaba en casa almorzando, en eso llamó el chofer del vehículo que ya estaba por llegar, (un gran alivio, ya teníamos asegurado nuestro auto), del novio apenas sabía, en ese momento ya habíamos decidido desconectarnos completamente hasta el gran momento. A las 4:30 de la tarde llegaba el peluquero, comenzaba mi momento. Me senté y olvidé de todo, dejé en manos de los expertos todo lo que era preparación de la fiesta y me di mi tiempo. Eso sí, mi tiempo se extendió demasiado, la ceremonia era a las 7 y a esa hora mi peluquero recién comenzaba a maquillarme y yo aún sin ponerme el vestido siquiera. Ahí ya comenzaban mis nervios de nuevo, está bien, las novias siempre se atrasan, pero esta vez era demasiado. Mi mamá estaba desesperada, casi gritaba diciendo que ella debería haber estado ya recibiendo a los invitados en la Iglesia, así que decidí decirle que se fuera tranquila y yo me vestía acompañada de mis tías. Aunque yo creo que no se fue tan tranquila, apenas terminó de maquillarme, me fui corriendo a poner el vestido, era demasiado tarde y el novio me llamaba desesperado porque no llegaba y el curita ya estaba atrasado porque a las 8 comenzaba la misa del pueblo.
Yo envuelta en nervios les hablaba a todos que estábamos atrasados, pero ya no había nada que hacer. En fin, el vestido, los zapatos, el velo, el perfume y la novia lista para partir, salí a toda prisa cuando el fotógrafo me dice, colócate ahí con tu papá para unas tomas.
Le respondí que estaba súper atrasada, pero ya, posé a la rápida, sonrisa de nervios y nos subimos a la limusina. Comenzaba nuestro sueño. Iban los niños con nosotros y ellos emocionados miraban como las personas que estaban en la calle observaban la limusina, de mi papá ni hablar, estaba mudo, yo creo que por nervios también.
Llegamos a la Iglesia y nadie se movía, todos afuera esperando y el novio con su mamá entraban a la Iglesia. Ahí nos comenzamos a bajar, todos con nervios pero principalmente porque era muy tarde, como 30 minutos de retraso de la novia, pero bueno, todo salió hermoso, caminamos con mi padre al Altar y pude apreciar muchas caras de los invitados y como me decían te ves preciosa y sus caras de ternura. Creo que no las olvidaré. Claro que al primero que miré fue al fondo a mi novio, elegante y que no quise mirar más para no emocionarme tanto, que no quería llorar tan temprano.
En fin, comenzó la ceremonia y todo fue maravilloso, las palabras del padre, nosotros tomados de las manos en todo minuto, nos mirábamos y creo que ambos pensábamos, llegó el día, nuestro día. Así se dio la ceremonia y salimos felices de la mano hacia el auto, muchas fotos, burbujas y pétalos a la salida, todo de sueños y nos fuimos. Fuimos a un lugar en donde nos sacamos las fotografías oficiales, mientras los invitados llegaban al centro de eventos, cuando llegamos de vuelta, comenzó la fiesta, brindis, palabras de agradecimiento, vals, la cena, fotografías oficiales por mesa, todo perfecto y llegó el momento del baile, comenzamos nosotros presentando un baile sorpresa con nuestros regalones, 3 sobrinos, y comenzó el baile, ya desde ahí la noche se nos pasó volando, bailamos hasta quedar sin fuerzas, lo pasamos súper, ya a las 7:30 de la mañana estábamos llegando a nuestro hogar y parecía que sin sueño. Repasábamos en nuestra mente cada momento vivido, todo genial, un día inolvidable.
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