El matrimonio de Juan y Tatiana en Temuco, Cautín

La crónica de nuestro matrimonio

Los preparativos fueron sobre ruedas, hasta que llegó el día. Todos atrasados pero todo sin novedad, estuvo todo genial. El matrimonio iba a ser muy sencillo, con nuestra familia y nuestros amigos. Teníamos muchas ganas de celebrar ese día con ellos! Cuando llegué al sitio donde se iba a celebrar la ceremonia no podía dejar de sonreír, aunque ya llevábamos 4 años por el civil, esto era diferente, el sentimiento de ambos hecho realidad.

Llegamos al altar y él me miraba y sonreía, hacía tiempo que teníamos ganas de que llegara el día. Nos hacía ilusión casarnos y sobre todo estar con nuestra gente, todos juntos.

Nos dijimos los votos, ¡qué cosa más emocionante! Fué nuestro día, preparamos vídeos e hicimos un baile, nos reímos un montó y pasaron chascos (se nos perdieron los souvenirs). A pesar de los años que nos costó llegar a este momento, de los mal hablados que nunca faltan, y de la familia que siempre pone problemas, fué nuestro mejor día de la vida después del nacimiento de nuestra hija (claro está).