El matrimonio de Leonardo y Carolina en Parral, Linares
En el campo Verano Azul 1 profesionales
L&C
31 Ene, 2015La crónica de nuestro matrimonio
Como todo en la vida, me dejé sorprender. Ese día fue una sorpresa para mí, pues siempre pensé que estaría muy nerviosa y estresada o que lloraría a mares toda la emoción contenida, pero no, resultó todo perfecto, como yo quería que fuese. Cada detalle, toda la emoción contenida se convirtió en felicidad para mí ese día, disfruté todo y esa tarde de enero inolvidable donde me convertí en la esposa del hombre que amo con locura.
Nosotros nos casamos en el campo, fuimos de Santiago a Parral, estuvimos dos semanas antes preparando los últimos detalles. Nuestra historia con Leo lleva ya más de 7 años, vivimos juntos 5 y tenemos a Santiago de 2 años y medio, quien fue el protagonista de nuestra celebración.
Ese día nos levantamos temprano y nos fuimos al local a terminar todo lo de la decoración, que la vimos nosotros. Mi hermana Evelyn, mi prima Camila y mi amiga Carla fueron quienes me ayudaron con todos los detalles. Todo quedó en su lugar y como yo lo había soñado.
En ese rato Leo tenía que ir a casa a buscar a más familiares que venían llegando, luego a las 14:30 aproximadamente nos pasó a buscar y yo debía estar a las 15:00 en la peluquería para el maquillaje y el peinado. Por supuesto que no alcanzamos a llegar a esa hora, porque entremedio pasé a la casa, vi a mi hijo que ya dormía su siesta y nos fuimos rumbo a la peluquería con mi mamá y mi hermana, y nos llevaron al pueblo nuestros queridos amigos Victor y Sole que venían llegando recién, quienes también nos prestaron su. Esa media hora fue de locos, porque además había que pasar a buscar a mi prima que venía llegando de Santiago y la dejarían en la carretera, en un paradero la recogimos y la subimos al auto, ella venía con botas pensando que en el sur hacía frío y en Parral habían 36 grados.
Seguir leyendo »Todo salió perfecto en la peluquería, Paulita me maquilló suave como yo quería y mi peinado no se movió en toda la noche, bello todo. Durante ese rato tuve que estudiar los votos de la Iglesia, pues no tenía idea qué debía decir, como que lo olvidé todo y llegó también el chico del video, Marcelo, que me ayudó, pues él se los sabía mejor que nadie, pues los escucha todas las semanas en los matrimonios en donde trabaja. Ya era tarde, casi las 17:15 cuando me llama mi papá que ya habían llegado a buscarnos a la casa y nosotros aún no salíamos de la peluquería, nos fuimos y llegamos al lugar. Debo decir que me demoré sólo 15 minutos en vestirme, mi hermana ya había ensayado como amarrar el vestido y todo eso, pero se lució, ordenó el falso, mis zapatos y la novia estaba lista, con decir que salí a abrirle la puerta a mi papá que ya venía de nuevo a buscarnos.
Mi papito era el más emocionado, él estaba muy contento y sólo me miraba orgulloso, creo que ahí se refleja toda la vida de una cuando el padre te da el brazo y te acompaña al altar, el camino de una niña a mujer y madre en mi caso. Entonces, mis sueños y anhelos estaban ahí en ese trayecto, en que todo en nuestras vidas salga bien, que tengamos la calma y paciencia para llevar la vida juntos llenos de amor y que seamos felices, como hasta ahora y más.
Y llegamos a la Iglesia y estaban ya todos ahí esperándonos, entré segura, como iluminada, la luz la representaba también a cada persona que nos acompañaba ese día, quienes nos quieren, nos conocen, nos aceptan y entienden que la han llenado de alegrías y otras veces de tristeza, quienes nos han enseñado, quienes nos han acompañado en los triunfos y en los fracasos. A las familias y los amigos y a mi hijo y mi Leo, que estaba allí mirándome como yo siempre lo soñé, entre nervioso y feliz, entre emocionado y seguro.
La ceremonia fue muy emotiva, significativa, las palabras del padre fueron las adecuadas para nuestra familia, para nuestra unión, la entrega de su bendición era la que nosotros buscamos para ese día.
Luego de la ceremonia salimos de la Iglesia con Santiago, los tres como la familia que somos, que construimos hace un tiempo, luego vendrían los saludos afuera, deseándonos todo el amor y la dicha, yo lloré cuando me abrazó mi padre y reí con mi mamá que estaba radiante.
Fuimos en paseo con Santiago de la mano, él estaba un poco inquieto y ya nos echaba de menos, luego llegamos al lugar y empezamos a vivir la fiesta como Dios manda, disfrutando, comiendo y bailando. Las personas que estuvieron con nosotras se fueron felices y llenas de recuerdos inolvidables.
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